Suplemento fartón
cutre de The Adversiter Chronicle
Restaurante
El Mediterráneo: cachopo de setas y cecina
Alfonso
I - 16, Gijón- España
Tocaba
convidar por celebración de cumpleaños y nada mejor que escoger un
sitio fiable y acogedor pero con el calor y sabor hogareños:
El Mediterráneo.
El Mediterráneo.
El equipo de cata de The Adversiter Chronicle ya había
paladeado el chuletón:
http://theadversiterchronicle.blogspot.com.es/2011/10/fogones-de-fogueo-suplemento-farton.html
Para esta ocasión y dado que no era una cata
programada, nos ponemos en las manos de Jose, el camarero flamígero
como después veremos, que dada la carestía de pecunio presupuestado
para el convite y no quedar cutre ante la damisela, necesitaba de una
sugerencia acorde al presupuesto y de paso quedar como todo un señor,
que siempre garantiza una posible recompensa erótico festiva u al
menos que no nos manden al cuerno.
Finalmente se escoge el cachopo de setas y cecina
acompañado de ensalada y patatas fritas. Pudimos comprobar que
la carta del menú del día sigue siendo una de las más competitivas
de la ciudad donde sin menoscabo de la calidad no hay aumento de
precio, cosa rara en estos tiempos donde en la mayoría de garitos no
sólo se sube la minuta sino que desciende la calidad del producto.
De bebida pedimos vino y gaseosa, era un miércoles y no
es cuestión de ponerse pedo ya de almuerzo y correr el riesgo de que
la damisela nos enviara al cuerno poco después de los postres...
La sugerencia incluía la garantía de que un cachopo
daba para dos comensales como era el caso. Sin dudar de la palabra de
Jose,. Confieso que tenía mis dudas ya que abundan en la urbe y
alrededores renombrados establecimientos que sí ponen cachopos de
calibre artillero naval pero que suponen una desilusión por cuanto
la cantidad vista colapsa ya las ganas y casi las entrañas por ese
extraño axioma que practican algunos fogones de dar un cachopo
enorme con su interior abultado y trazas gustativas de fritangas
anteriores...
Las dudas comenzaron a disiparse para finalmente
desaparecer cuando hizo asiento en la mesa la bandeja con el cachopo:
tamaño justo que invita a comer sin fartar por la vista, apetitosa
presencia y bella estética en la presentación en la fuente con la
gracia de Lorena al servir, aunque olvidado el escarmiento de la
anterior visita al establecimiento, su sonrisa no despertó mis
sospechas de un posible cataclismo, no edulcorado como la anterior
degustación con el azucarillo de a kilo y el cucharon, sino
ardiente e infernal con el show del camarero en llamas...
Hay dos maneras de saber si un convite es un éxito y
una de saber si sorprende a la damisela invitada: las primeras son
por el órgano del gusto una y la cara de satisfacción de la
damisela la otra, tenemos que decir que en este aspecto el cachopo
entra solo y es una fanfarria de sabor con la magia de Geli a los
fogones que cual nigromante logra el sabor filosofal de convertir en
apetitoso, sabroso y delicioso lo que toca a la hora de cocinar.
La manera de saber si se ha sorprendido gustosamente a
la invitada es el hecho de que hable poco, expresión da placer al
masticar y que pase de nuestros intentos de seducción a la mesa
aunque tal carestía es augurio de la recompensa posterior que
desafortunadamente no siempre se cumple pero si no recuerda nuestros
encantos al menos recordará el convite...
Al cachopo y su escolta no hay nada que se le pueda
objetar estando los tres elementos del plato exquisitos. El calibre
es el apropiado sin quedarse corto ni pasarse lo cual siempre se
agradece porque una cosa puede estar muy rica que si es escasa
siempre se nota y si es abundante puede llegar a empachar antes de
haber terminado.
Setas y cecina de relleno a la altura de calidad del
filete y del empanado, que éste último no siempre lo hacen bien y
requiere de sapiencia ya que un empanado mal hecho logra que no se
disfrute. El conjunto pasó la exigente prueba del cuchillo o teorema
del partido: no se desarma el tinglado al trincharlo con cuchillo
y tenedor para llevárnoslo a la boca. Parte bien en dos mitades sin
ir dejando desparramadas la seta y cecina entre la fuente y el plato
salpicando la mesa, no suponiendo el cortarlo ningún problema.
Un sobresaliente al cachopo de setas y cecina.
Llegados a los postres, pedimos helado por varios
motivos: es digestivo y no supone un desgarro presupuestario, aunque
el vecino de la mesa de al lado pidió arroz con leche, que
recomendamos encarecidamente.
Si en nuestra anterior cata fuimos víctimas de Lorena,
al pobre hombre vecino de mesa le tocó Jose para servir el postre
que a la postre sería una trampa mortal para comensales no avezados.
Sirve el arroz en su cuenco y se saca de la manga una
especie de soplete liliputiense para requemar el azúcar sobre el
arroz con leche, nada que objetar por cuanto las nuevas tecnologías
también se utilizan en hostelería, pero de repente ese artilugio
infernal suelta una llamarada digna de caldera del Titanic y
poco faltó para que el camarero ardiera como una tea, al tipo se le
quemaran las pestañas y al equipo de cata de The Adversiter
Chronicle salir por piernas ante el voraz incendio que imaginamos iba
a tener lugar...
En realidad, supimos luego, se trata de una performance
de Jose como aliciente y espectáculo a la clientela, mas si se
descuida un poco va a terminar abrasado aunque nos atrevemos a hacer
la siguiente recomendación: si a los postres es Lorena la encargada
del azúcar y Jose el encargado del requemado, llamen a los bomberos
porque incendio se prepara...
Comida cumpleañera en tiempos de crisis y pérdida de
poder adquisitivo que no impide no obstante darse un pequeño
homenaje sin descalabrar la cartera, todo ello gracias a
establecimientos como El Mediterráneo que te asesoran al
presupuesto festivo y con calidad y presencia en la sugerencia.
Porque es cierto que la crisis afecta a todos pero aún quedan
hosteleros en la ciudad que sin renunciar a su esencia tampoco
renuncian a la idea de adaptarse y cuidar amén de mantener a la
clientela...
Así que si andáis cortos de aurelios nada mejor que El
Mediterráneo,donde su carta abarca desde el desayuno a la cena
pasando por el plato del día sin menoscabo de especialidades
y sugerencias nada estratosféricas a la hora de pagar y donde a la
gracia y amabilidad de Geli y Lorena se suma el espectáculo a los
postres de flambeado de camarero por Jose.
Eso sí, si veis que antes de requemaros el arroz advertís que acaba de cargar el soplete, salir por patas o poneros un traje ignífugo...
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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