Suplemento
cinematográfico cutre de The Adversiter
Chronicle
Mayor Dundee
Traemos
hoy una de esas películas que resultan interesantes por varios
motivos pese a que el año de su estreno puede hacer que las
generaciones nacidas en la era de los ordenadores personales y
acostumbrados a los efectos digitales salgan corriendo de su
visionado ante el temor de encontrarse una de esas bazofias de
películas de vaqueros que pululan por las cadenas de televisión...
Producción
de 1964 dirigida por un Sam Peckinpah que por una vez no nos muestra
las imágenes de violencia a cámara lenta, lo que con el tiempo
sería su seña de identidad y leche materna de Tarantino por poner
un ejemplo.
Un
reparto que visto ahora es un elenco de estrellas que nos
acompañarían luego en nuestro periplo cinematográfico vital siendo
alguno de los integrantes estrella propia en carteleras y que verles
ahora juntos y en plenitud de juventud reconforta: Richard Harris,
Charlton Heston, James Coburn, Jim Hutton, Michael Anderson Jr y
Denta Berger entre otros.
Como
película de vaqueros tiene
todos los ingredientes esenciales del género, subdivisión
soldadesca de caballería: ambientada en la Guerra Civil Americana
con yankis y confederados, indios rebeldes mandados por un
sanguinario jefe apache, el típico poblado mejicano de zarapastrosos
y revolucionarios destripaterrones explotados por los franceses con
ambiciones imperiales a costa de los despojos del decadente imperio
español, historia de amor imposible con bella moza y acto heroico
final que hace que nos aborde una lágrima y sintamos como propio el
amor a la bandera de barras y estrellas.
En
este sentido es una película imprescindible del género rodada con
oficio, ágil realización y espectáculo cinematográfico sin tacha
que puede visionarse si nunca se ha visto sin temor y si ya la viste
seguramente la veas cada quince o veinte años a los largo de la
vida...
Pero
tiene más miga.
Rodada
en el centenario del conflicto final, refleja a la manera de
Hollywood que sólo Hollywood sabe hacer y sigue haciendo, las
tensiones raciales y de lucha por los derechos civiles que azotan los
EEUU en 1964. Así, vemos la tensión, sin violencia física pero sí
en miradas, gestos y provocaciones, entre los racistas sureños y el
pelotón de negros en una traslación de lo que sucedía en la nación
cien años después y que al calor del combate contra el enemigo se
forja el respeto mutuo como se aprecia en la escena en que un soldado
negro y otro sudista llegan a la conclusión de que los negros
coloniales gabachos son inferiores a los negros afro americanos
porque no han nacido en el sur. Además la
película no peca de la
hipocresía eufemística políticamente correcta de utilizar el
término afro americano que
acabaría imponiéndose como se aprecia en las palabras del líder
negro del pelotón que pide ir al combate tras dos años limpiando
cuadras y haciendo guardias refiriéndose a mis negros.
Otra escena clave y cumbre de
cómo aborda el tema racial la película es cuando el soldado
sudista, con esa mirada de paleto endogámico sureño basada en la
supremacía racial mamada desde la cuna, ordena al soldado negro que
le quite las botas y es el predicador que sigue los cánones bíblicos
quien le baja los humos racistas... ¿Metáfora de LBJ y sus leyes a
favor de los derechos civiles?
Se
pueden apreciar, aunque en el imaginario colectivo la guerra de
Vietnam es memoria a partir de 1968, una metáfora sobre la
intervención en el sudeste asiático que en 1964-1965 vio el
incremento brutal de tropas estadounidenses: la confaternización y
fornicios en el pueblo mejicano, el sadismo francés como tropas de
ocupación que presumen de libertadoras que empequeñecen la
brutalidad de los indios y la guerra no declarada al entrar en
territorio mejicano las tropas de caballería que entran en combate
repetidas veces pero sin enarbolar la bandera hasta la batalla final.
Es cierto que este símil parece cogido por la cabellera, nunca mejor
dicho, pero tal vez era un mensaje larvado dentro de los cánones de
lo correcto que imperaba por aquel entonces de exaltar el patriotismo
y los valores de la milicia en el cine de Hollywood, que apenas ha
cambiado salvo que ahora se muestra el inconformismo ya sin censura.
Finalmente
está la visión de cómo el combate y el ejército no hacen
miramientos racistas ni conocen de diferencias ideológicas porque el
combate y las penurias de la guerra unen más que las ideas que
separan. Vista ahora en 2013 no se aprecia lo que debió significar
en 1964 de aleccionador e instructivo para los mozalbetes ver a
negros, confederados y unionistas cabalgando y muriendo juntos
resultando fácil deducir que para los adultos que se enfrentaban en
las calles, autobuses y campus universitarios ver tales escenas no
debía resultar muy agradable en los cines de las localidades sureñas
del sur profundo y racista de EEUU de la era...
En
un presidio unionista cerca de la frontera con México ejerce el
mando el mayor Dundee, destinado allí para pudrirse como soldado
profesional por ser acusado oficiosamente de ineptitud en la batalla
de Gettysburg. Desolado y rabioso ante la matanza de civiles y
soldados acompañado del rapto de los niños varones por las huestes
renegadas del jefe apache Sierra Chariba, decide formar una fuerza de
combate que les persiga y libere a los secuestrados formada por lo
más selecto de las tropas de guarnición que manda y voluntarios
entre los presos sudistas liderados por su antaño amigo del amor
hermoso al que considera un traidor de su país y que conserva el
sueño e ilusiones de un Sur algodonero y caballeroso enfrentado a
una guerra imposible de ganar.
Se
forma la unidad de combate y parten a perseguir a Chariba teniendo
para ello que adentrarse en territorio mexicano de manera ilegal y
enfrentarse a tropas francesas que en número de 30.000 ocupan el
país.
Por
el camino confraternizan con la población y el mayor Dundee ve
desperdiciar la oportunidad del amor y una vida sedentaria en los
EEUU por una noche de fornicio mientras se recupera de las heridas y
asistimos a su descenso a los
infiernos como ser humano pese a que en
el día a día como comandante debe mostrarse frío y en ocasiones
intolerante no dudando en ajusticiar a quien deserte de la unidad. Su
antagonista pero amigo verá redimida su alma en un trepidante y
heroico final den que rescata la bandera de barras y estrellas de
manos francesas y herido de muerte se lanza en solitario contra
tropecientos lanceros franceses mientras sus camaradas cruzan el río
y se ponen a salvo cruzando la líquida línea fronteriza que les
devuelve al hogar...
Espectáculo
cinematográfico en suma que engancha a la pantalla y trasfondos
densos que no solo no lastran la historia que se nos cuenta sino que
la enriquece si la vemos con la óptica adecuada siendo adelantada a
su tiempo por cuanto pregona el valor de las cualidades humanas por
encima de racismos, prejuicios e ideologías, lo cual no viene mal en
estos tiempos de zozobra donde nos enfrentamos unos a otros, como
hacemos siempre, pero que con la crisis económica hace aflorar
actitudes que pensábamos desterradas: el odio entre compatriotas por
motivos ideológicos y al prójimo por motivaciones racistas
camufladas de optimización de gestión de recursos públicos...
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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