De un tiempo a esta parte
siento algo de grima cuando pongo la tele y veo gente conocida de la
pequeña pantalla desde que tengo uso de razón...
Lo digo porque veo sus
rostros y casi no reconozco a la persona al otro lado de la pantalla.
Habla, piensa y se comporta como la persona que conozco, pero no
encuentro su rostro, al menos me cuesta reconocer el rostro que
recuerdo a base de moldeado de bisturí. Otras y otros conocidos si
son reconocibles aunque con el paso del tiempo como ocurre a todos
los mortales, sus rostros siguen reflejando su humanidad, algunos con
estragos del paso del tiempo pero rostros vivos...
Porque cuando veo un
rostro moldeado a golpe de bisturí, el expresionismo facial se torna
mueca, casi grotesca, un rostro céreo que en algunos y algunas es
macabro como una figura del museo de cera en penumbra...
Creo que la diferencia
entre quien se moldea el rostro a golpe de bisturí, una esclavitud
estética en realidad que requiere de pequeños arreglos
periódicamente hasta la muerte con sus correspondientes costes y
precios, y quien sufre el paso del tiempo aceptando que es inevitable
creo que consiste en que si no te moldeas el rostro te delata la edad
y te lo dicen mientras que si está moldeado tu rostro pues te dicen
que de puta madre y luego por detrás comentan que debes ser ya algo
Matusalén porque te has operado hasta las pestañas...
Me pregunto qué sienten esas personas conocidas de la pequeña pantalla cuando están a solas
frente al espejo reflejando su rostro, si pensarán igual que cuando
se pusieron en manos del bisturí ahora que tiempo después su rostro
es inexpresivo, con una mueca en vez de expresión. Igual se ven tan
jóvenes como lo eran en su juventud, pero al menos en rostros
femeninos de baja y media alcurnia resultan algo grotescas y hasta
repelentes a la vista. Parece además, en mi demente opinión, que
fueran todos al mismo galeno estético porque resulta reconocible la
firma del galeno estético, tal ves sea que usan la misma técnica
porque parecen rostros moldeados en serie cual vulgar motocarro en la
cadena de montaje...
Supongo que soy el típico
crítico que no tiene medios de detener el paso del tiempo en su
rostro y mira con nada sana envidia los rostros moldeados a golpe de
bisturí. Quiero pensar que no soy así, que sólo es un sentimiento
de perdida de un rostro conocido y que según los aurelios
disponibles el bisturí hace mejor o peor su trabajo, que la elección
de técnica y resultado no es por cuestiones meramente estéticas y
sí de peculio, como llevar el coche a un taller oficial o a un
chambón que lo mismo te cambia la batería que hace de chapista sin
pagar IVA ni mierdas impositivas que tanto engordan la factura.
Cierto que luego el coche te deja tirado cuando menos te lo esperas o
que ese rostro recuperado a módico precio degenera hasta ser causa
de daños psicológicos...
Así que me puse a
barruntar, barrunta que te barrunta cómo no ver en mi rostro el
inevitable paso del tiempo y la inevitable falta de aurelios para
moldear mi rostro a golpe de bisturí, en modo junglero, aprovechando
los recursos a mi disposición, aplicando mi sesera para modelar el
entorno en busca del objetivo de no ver los estragos faciales de
estar vivo en mi careto...
He tapado todos los
espejos del acantilado.
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