The Adversiter Chronicle

miércoles, 3 de abril de 2024

"Manual del Buen Comer", por el profesor T. A. Rambaina

Con la colaboración del profesor T. A. Rambaina 
en exclusiva para The Adversiter Chronicle

GUISANTES DE LATA

Auténtico manjar para sibaritas del laterío que nos fascina desde la más tierna infancia donde aprendemos a pincharlos con el tenedor. Complemento elegante y colorido a guisos, guarniciones dignas de llamarse tales y a la vez nunca valorado en su justa medida gastronómica, relegado a segunda plana junto con los champiñones de lata, por poner un ejemplo ilustrativo. Hoy en MBC hablamos del guisante de lata y si hay una marca de referencia en laterío de guisantes y pimientos hay que hablar de las populares
Conservas Martínez, cuya fama trasciende allende el orbe hispano y nadie mejor que nuestro asesor el profesor T. A. Rambaina para que nos ilustre de las bondades de un alimento sencillo y a la vez imprescindible como es el guisante de lata...

-Forma simple y sin embargo atractiva la del guisante, profesor...

-Es cierto que en apariencia no deja de ser una esfera, una bolita que siempre hace gracia dispuesta en un plato de guarnición, alegre plato acompañado de jamón y que ejerce una fascinación en nuestra psique desde que se toma contacto por vez primera con los guisantes. Resulta raro encontrar un paladar que desprecie al guisante si bien como alimento en sí mismo es un gran desconocido. Y es que el guisante es una leguminosa de la familia de las papilionáceas, también llamado chicharro, es herbácea, de tallos volubles, con hojas compuestas de tres pares de folíolos, con zarcillos, flores blancas, rojas o azuladas, en racimos colgantes y legumbres con varias semillas, y son éstas las que apreciamos como alimento.

-¡Vale, vale! ¡Dejemos los hierbajos y vamos al guisante! ¿Son mejor los de lata, los congelados o los ecológicos?

-Es cierto que desde hace unas pocas décadas se ha popularizado el formato de guisantes congelados, de buen calibre y uniformes aunque de colorido un tanto tanatoestético, digamos, que le proporciona cierta palidez que se transforma en un colorido algo artificial una vez cocinados. Si un guisante de la lata es la luna, un guisante congelado es Saturno u cualquier otro gigante gaseoso. Los ecológicos calman conciencias consumistas de alta huella de carbono, son más caros y en la psique se cataloga como lujo al alcance y su estética es bastante chuchurría que quita las ganas de tragarlos. El guisante de lata tiene personalidad propia, la familiaridad de ver un rostro amigo, compañero incansable de homenajes gastronómicos y que alegra con su tamaño cualquier plato. ¡Cuantas parejas se soportan porque cuando uno habla el otro se entretiene pinchando guisantes con el tenedor! ¡Cuántas!

-Pasemos pues al análisis alimenticio del guisante enlatado, bite.

-Analizamos el popular formato de lata de 160 gramos de peso neto que se quedan en 95 gramos de peso neto escurrido. Los ingredientes son todos de consumo común como son los guisantes propiamente dichos, agua, azúcar y sal. Quiero destacar que este formato es de abrir, escurrir y servir para comensales solitarios, con prisas o simple vagancia a la hora de afrontar elaborar la comida de turno. Valor energético básico pero sostenible de 69 kilocalorías, un gramito de grasa nada saturada, unos confortables 7,8 gramos de hidratos de carbono de los cuales 2,3 gramos son de azúcares; 5,2 gramos de la siempre saludable fibra alimentaria y unos 4,4 gramos de las nunca despreciables proteínas. Para tiquismiquis de la cosa saludable, la sal presente es de unos insignificantes 0,66 gramos. Se aprecia a simple vista que, aunque parece un alimento casi insignificante, es un complemento ideal para una dieta sana y para dietas dañinas, lo mismo acompaña el guisante unas setas que un buen chuletón de buey.

-No quiero terminar sin preguntarle por la leyenda negra del guisante en lata, profesor.

-Lo de la leyenda negra del guisante de lata es una realidad, tanto sonora como olorosa, pero no más que otros alimentos con leyenda negra de flatulencias y flojera intestinal tras ingerirlos. Cada estómago es un caso único pero es cierto que un buen plato de guisantes de lata provoca sonoras molestias para quien tenga la desgracia de estar al alcance de la ventosidad, pero no da cagalera ni leyendas por el estilo. Lo que ocurre es que el tema de las flatulencias llama a la sorna, la chanza y las risas, y hasta en este aspecto de alegrar la existencia el guisante de lata es magnífico. Otra cosa son las estadísticas de divorcios por causa de las flatulencias de un miembro de la pareja. Sin embargo, las mismas estadísticas indican que las parejas donde ambos miembros sufren flatulencias y sensibilidad intestinal tras ingerir guisantes en lata son más felices, bondades de la risa donde, reitero, destacan los guisantes de lata.

-¡Y no irritan el ano como el chorizo picante!

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido

Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org





theadversiterchronicle@hotmail.es

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Powered By Blogger