Con la
colaboración del profesor T. A. Rambaina
en exclusiva para The Adversiter
Chronicle
GUISANTES DE LATA
Auténtico
manjar para sibaritas del laterío que nos fascina desde la más
tierna infancia donde aprendemos a pincharlos con el tenedor.
Complemento elegante y colorido a guisos, guarniciones dignas de
llamarse tales y a la vez nunca valorado en su justa medida
gastronómica, relegado a segunda plana junto con los champiñones de
lata, por poner un ejemplo ilustrativo. Hoy en MBC hablamos del
guisante de lata y si hay una marca de referencia en laterío de
guisantes y pimientos hay que hablar de las populares Conservas
Martínez, cuya fama trasciende
allende el orbe hispano y nadie mejor que nuestro asesor el profesor
T. A. Rambaina para que nos ilustre de las bondades de un alimento
sencillo y a la vez imprescindible como es el guisante de lata...
-Es
cierto que en apariencia no deja de ser una esfera, una bolita que
siempre hace gracia dispuesta en un plato de guarnición, alegre
plato acompañado de jamón y que ejerce una fascinación en nuestra
psique desde que se toma contacto por vez primera con los guisantes.
Resulta raro encontrar un paladar que desprecie al guisante si bien
como alimento en sí mismo es un gran desconocido. Y es que el
guisante es una leguminosa de la familia de las papilionáceas,
también llamado chicharro, es herbácea, de tallos volubles, con
hojas compuestas de tres pares de folíolos, con zarcillos, flores
blancas, rojas o azuladas, en racimos colgantes y legumbres con
varias semillas, y son éstas las que apreciamos como alimento.
-¡Vale,
vale! ¡Dejemos los hierbajos y vamos al guisante! ¿Son mejor los de
lata, los congelados o los ecológicos?
-Es
cierto que desde hace unas pocas décadas se ha popularizado el
formato de guisantes congelados, de buen calibre y uniformes aunque
de colorido un tanto tanatoestético, digamos, que le proporciona
cierta palidez que se transforma en un colorido algo artificial una
vez cocinados. Si un guisante de la lata es la luna, un guisante
congelado es Saturno u cualquier otro gigante gaseoso. Los ecológicos
calman conciencias consumistas de alta huella de carbono, son más
caros y en la psique se cataloga como lujo al alcance y su estética
es bastante chuchurría que quita las ganas de tragarlos. El guisante
de lata tiene personalidad propia, la familiaridad de ver un rostro
amigo, compañero incansable de homenajes gastronómicos y que alegra
con su tamaño cualquier plato. ¡Cuantas parejas se soportan porque
cuando uno habla el otro se entretiene pinchando guisantes con el
tenedor! ¡Cuántas!
-Analizamos
el popular formato de lata de 160 gramos de peso neto que se quedan
en 95 gramos de peso neto escurrido. Los ingredientes son todos de
consumo común como son los guisantes propiamente dichos, agua,
azúcar y sal. Quiero destacar que este formato es de abrir, escurrir
y servir para comensales solitarios, con prisas o simple vagancia a
la hora de afrontar elaborar la comida de turno. Valor energético
básico pero sostenible de 69 kilocalorías, un gramito de grasa nada
saturada, unos confortables 7,8 gramos de hidratos de carbono de los
cuales 2,3 gramos son de azúcares; 5,2 gramos de la siempre
saludable fibra alimentaria y unos 4,4 gramos de las nunca
despreciables proteínas. Para tiquismiquis de la cosa saludable, la
sal presente es de unos insignificantes 0,66 gramos. Se aprecia a
simple vista que, aunque parece un alimento casi insignificante, es
un complemento ideal para una dieta sana y para dietas dañinas, lo
mismo acompaña el guisante unas setas que un buen chuletón de buey.
-Lo
de la leyenda negra del guisante de lata es una realidad, tanto
sonora como olorosa, pero no más que otros alimentos con leyenda
negra de flatulencias y flojera intestinal tras ingerirlos. Cada
estómago es un caso único pero es cierto que un buen plato de
guisantes de lata provoca sonoras molestias para quien tenga la
desgracia de estar al alcance de la ventosidad, pero no da cagalera
ni leyendas por el estilo. Lo que ocurre es que el tema de las
flatulencias llama a la sorna, la chanza y las risas, y hasta en este
aspecto de alegrar la existencia el guisante de lata es magnífico.
Otra cosa son las estadísticas de divorcios por causa de las
flatulencias de un miembro de la pareja. Sin embargo, las mismas
estadísticas indican que las parejas donde ambos miembros sufren
flatulencias y sensibilidad intestinal tras ingerir guisantes en lata
son más felices, bondades de la risa donde, reitero, destacan los
guisantes de lata.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr.
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http://theadversiterchronicle.org
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