Suplemento
cinematográfico cutre de The Adversiter
Chronicle
EL HALCÓN INGLÉS
(1999)
(The
Limey)
Se presentaba interesante
la nocturna jornada laboral con esta producción de 1999, director
solvente, efectivo y con dosis de efectismo en ocasiones del Steven
Soderbergh y un reparto atractivo con Terence Stamp que, haciendo un
ocurrente juego de palabras, siempre deja estampa en sus personajes e
interpretaciones. Además, bien arropado por el siempre genuino del
Peter Fonda, el irrepetible secundario en papeles de pachuco del Luís
Guzmán y Lesley Ann Warren, sin menoscabo de una joven y sensual
Mellissa George. Firma el guion Lem Dobbs y la crítica fue bastante
benevolente en su estreno, desde homenaje al cine de los 60´s hasta
que tiene fuerza y resulta elegante. Argumentos de sobra para aparcar trastos de faena nada más fichar y dispuestos a disfrutar del cine con birras frías y pistachos sin faltar la tertulia posterior hasta la hora de fichar para salir...
El argumento está en boga
pese al tiempo transcurrido, una historia de padre que pierde a una
hija que se relacionaba con un hampón y que al descubrir el cotarro
que maneja su novio, éste la mata para que no denuncie a la policía.
Os sonará familiar el rollo de padre vengativo que cuenta como
mascarón de proa del subgénero con el Liam Neeson en los últimos tiempos cinematográficos. Aquí el protagonista
es Wilson, un británico que ha cumplido casi una década en prisión
y que viaja a Los Ángeles para averiguar y aclarar las
circunstancias de la muerte de su hija. Contará con la ayuda de un
amigo de su hija por haber estudiado juntos arte dramático y la
profesora de dicción de ambos. Logra localizar al asesino de su
hija, un villano humano interpretado por Peter Fonda que necesita no
estar solo, los guardaespaldas y su jefe de seguridad no son compaña
en la soledad existencial, y para evitar la soledad se enrolla con
guapas jovencitas a las que dar la turra con sus historias,
mantenerlas como una reina y hacer de cicerone. La cosa tiene miga en
la forma de contar la historia y narrar los retrocesos temporales,
que al principio puede desconcertar, pero que acaba atrapando a la
butaca aunque resulte predecible el resultado final.
La magia está en el
montaje que engancha a seguir la historia, las interpretaciones son
sencillamente magníficas y el guion flojea y renquea en las
subtramas que ayudan a comprender el conjunto. Terence Stamp domina
los planos al igual que Peter Fonda, ambos sabedores de los arcanos
del espectáculo cinematográfico. Porque en realidad la película
habla de la soledad en los dos extremos, el ex-presidiario que ha
dejado por el camino familia y amigos y el triunfador de los bajos
fondos que vive como un sibarita rodeado de gente que no son más que
gentuza en realidad y necesita una virginal inocencia para jugar la
parodia de que tiene a alguien. Nos gustó mucho la violencia, lejos
de espectaculares tiroteos, palizas imposibles de sobrevivirlas y
demás excesos que tan bien quedan en las pelis de acción. Aquí los
disparos son pocos y la violencia física es la que se puede ver
cualquier fin de semana en ambientes de marcha a horas malditas en que los bares están a punto de cerrar, que cantaba el poeta.
Película digna de ver
donde se nos cuenta algo ya visto con otra forma de contarlo. Terence Stamp dota a su personaje de una profundidad, al igual que Peter
Fonda, que logra hacer entender sus tribulaciones, que son las
tribulaciones de entrar en la etapa final de la vida, de ver los
errores y tratar de controlar las consecuencias aunque ya sea tarde
para arreglar nada y sí hay tiempo para tratar de comprender y buscar
venganza. El final es de lo mejorcito de la película cuando Wilson
comprende que, en realidad, es culpable de no haber sabido ser el
padre que su hija quería. La recomendamos para verla con mente
cinematográfica abierta, dejando que el metraje nos coja de la mano
y nos lleve por los vericuetos del argumento...
Película con personalidad
propia aunque eclipsada por títulos posteriores del mismo género y
argumento rodadas de forma más comercial pensando en la taquilla.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake
City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV
http://theadversiterchronicle.org
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