Llegan ecos de noticias al
acantilado, heraldos de que por segundo año se suspenden o modifican
a mínimos las celebraciones primaverales y veraniegas de fiestas
patronales, festejos de semanas grandes y citas lúdicas que eran
cosa normal en los viejos tiempos, entendiendo por tales hasta el año
2020 donde las fiestas y los banquetes son celebrados y devorados por
el coronavirus y los grandes capitalistas de las multinacionales
farmacéuticas...
Lo de las fiestas y
festejos anuales hay que tomarlo con resignación, desde la
resignación cristiana a la musulmana pasando por el resto como son
el budismo, las energías y hasta los fundamentalismos; no así los
nacionalismos que están en su salsa en los tiempos revueltos aunque
muestren su cretinismo fanático en la gestión de caudales y
recursos...
Este segundo año sin
fiestas ni festejos carece del optimismo para encararlo del pasado
año, aún en trauma de incredulidad la sociedad que asistíamos
perplejos al confinamiento y a un ser microscópico que ha derrumbado
nuestros gigantes pedestales de humanos inteligentes...
Esta vez el ánimo muestra
fatiga. El sucedáneo de normalidad que es la nueva normalidad ha
perdido el sabor que recordaba los viejos tiempos, ya no hay un
horizonte de fin de la pandemia y aún estamos buscando el final de
la vacunación masiva que nos inmunice contra el coronavirus...
Y por los ecos que llegan
de movilidad para el verano, el año que viene tampoco estaremos en
condiciones de tirar cohetes salvo los que salgan a la órbita
terrestre y más allá...
En el más acá, seguimos
disparando cohetes contra nosotros mismos.
The
Adversiter Chronicle,diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
ttp://theadversiterchronicle.org
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