The Adversiter Chronicle

miércoles, 16 de septiembre de 2020

"TELEMIERDA INC.", suplemento televisivo cutre


Suplemento televisivo cutre de The Adversiter Chronicle

SOLa
(O cómo sobrevivir a ser sobrina de La Pantoja)

¡Aaaah, que tiempos aquellos en que ver telemierda era gratis y la masa tele espectadora soltábamos carcajadas ante los gurús que vaticinaban que habría que pagar! Decían los sesudos analistas que nuestra cultura televisiva era gratuita y que el vaticinio fracasaría. Pues casi dos décadas después resulta que hay que pagar si quieres ver lo que era gratis y encima pagar para ver auténtica mierda. Pero estábamos caninos en la Redacción por catar telemierda de nueva hornada y nueva temporada. Así que formato nuevo de fisgar a todas las horas, concursante que goza de gancho entre la audiencia y sólo quedaba saciar la voraz necesidad de ver buena mierda televisiva...

Lo primero que hay que decir es que para fisgar de día y de noche hay que suscribirse y apochinar tres aurelios de vellón, para lo cual cogimos por banda al becario y de buenas malas maneras, casi peores formas, logramos que viera lo conveniente de usar sus datos y sus aurelios que se gasta a diario en la máquina de chuches para su currículum. El formato es rentable para la cadena si la idea termina de cuajar gracias a que los gastos de producción son mínimos toda vez que el llamado apartamento es una especie de contenedor amueblado, distribuido, decorado y equipado como apartamento de solanas o de soltero que se decía en la era analógica. Ademas la cosa está en la azotea de los estudios con lo cual todo queda cerca de los distintos programas.

Se ha elegido a una fémina como primera concursante, nada menos que Anabel Pantoja, ese personaje televisivo objeto de mofa y befa con escarnio por parte de sus compis de Sálvame con Kiko Hernández de Gran Inquisidor del Santo Oficio a la hora de martirizar a la sobrina de La Pantoja. Es la más talentosa de trío formado por ella misma y sus primos, el inefable Kiko Rivera y la no menos inefable de Chabelita. Canta mejor que el ceporro televisivo de su primo y la cámara se enamora de su belleza genética, cosa que no sucede con su prima. Se han suscitado interesantes y acalorados debates entre el equipo de cata televisiva sobre si este concurso en solitario será ideal para que se quite el complejo de inferioridad y mansedumbre psicológica a su primo y prima o si por el contrario veríamos al personaje de siempre, tendente al lloro, a comer como una vacaburra para saciar su ansiedad, que se derrumbaría a los diez días y mandaría a la mierda adelgazar, superar sus complejos, el concurso, a la audiencia y a su dieta, finalizando todo con la ingesta masiva de mayonesa con distintas cosas...

Las esperanzas de ver emanciparse a la Anabel de la sombra familiar como personaje televisivo aumentaban por el pregonado hecho de que es youtuber, anglicismo que suena a tú tubero, chapurrera traducción al cristiano en apariencia pero que, lejos del honroso gremio de la fontanería, quiere decir que hace vídeos caseros que cuelga en Internet logrando seguimiento de los mismos por la masa usuaria y, dicen, ganando sus buenos aurelios. Además hay desafíos de perder lorzas, perder su dependencia yonkosa de la salsa mayonesa y demás buenos propósitos de enmienda en toda entrada a un encierro televisado. Dimos por hecho que Anabel explotaría su faceta mostrada de yutúber y hablaría con la audiencia, se haría amiga de las cámaras y nos conquistaría con su naturalidad. Lo de verle las tetas ya no tiene morbo alguno debido a la cantidad de veces que se le han salido este pandémico verano las mismas de su escote.

Tras un visionado continuo desde su inicio hasta el momento de escribir esta crónica, podemos afirmar con rotundidad que es de las cosas más castaña que puedes ver pagando. Se te queda cara de haba, al becario en este caso, por haber cedido tus datos y abonado tres aurelios de vellón por semejante castaña que sólo induce al sopor y a la desgana televisiva. Anabel demuestra una vez más su inocencia televisiva sin dar juego hablando con la audiencia y jugando con la cámara. Sí, mucha naturalidad de los cojones pero esto es un tele realidad donde se supone que está habituada a jugar con la cámara y hablar con los y las espectadores. Totalmente decepcionante la sobrina de La Pantoja que si bien es cierto que se trata de adaptar y está como en su casa, no está concursando como debería. Sólo Rafa Mora presentando Cazamariposas, simulacro de, muestra tanta bisoñez televisiva pese a llevar ya dos lustros en el medio. Hay que dejarlo puesto porque se ha pagado y apagar el dispositivo por decepción sólo aumentaría la cara de haba, del becario en este caso. Al final los gurús tenían razón, Anabel no se suelta del lastre de ser Pantoja y hay que pagar si quieres ver lo que era gratis...
¡Pero como mierda televisiva, todo un acierto, oiga!

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV
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