Suplemento
televisivo cutre de The Adversiter
Chronicle
SOLa
(O cómo sobrevivir a ser sobrina
de La Pantoja)
¡Aaaah,
que tiempos aquellos en que ver telemierda era gratis y la masa tele
espectadora soltábamos carcajadas ante los gurús que vaticinaban
que habría que pagar! Decían los sesudos analistas que nuestra
cultura televisiva era gratuita y que el vaticinio fracasaría. Pues
casi dos décadas después resulta que hay que pagar si quieres ver
lo que era gratis y encima pagar para ver auténtica mierda. Pero
estábamos caninos en la Redacción por catar telemierda de nueva
hornada y nueva temporada. Así que formato nuevo de fisgar a todas
las horas, concursante que goza de gancho entre la audiencia y sólo
quedaba saciar la voraz necesidad de ver buena mierda televisiva...
Lo
primero que hay que decir es que para fisgar de día y de noche hay
que suscribirse y apochinar tres aurelios de vellón, para lo cual
cogimos por banda al becario y de buenas malas maneras, casi peores
formas, logramos que viera lo conveniente de usar sus datos y sus
aurelios que se gasta a diario en la máquina de chuches para su
currículum. El formato es rentable para la cadena si la idea termina
de cuajar gracias a que los gastos de producción son mínimos toda
vez que el llamado apartamento es una especie de contenedor
amueblado, distribuido, decorado y equipado como apartamento de
solanas o de soltero que se decía en la era analógica. Ademas la
cosa está en la azotea de los estudios con lo cual todo queda cerca
de los distintos programas.
Se ha
elegido a una fémina como primera concursante, nada menos que Anabel
Pantoja, ese personaje televisivo objeto de mofa y befa con escarnio
por parte de sus compis de Sálvame con
Kiko Hernández de Gran Inquisidor del Santo Oficio a la hora de
martirizar a la sobrina de La Pantoja. Es la más talentosa de trío
formado por ella misma y sus primos, el inefable Kiko Rivera y la no
menos inefable de Chabelita. Canta mejor que el ceporro televisivo de
su primo y la cámara se enamora de su belleza genética, cosa que no
sucede con su prima. Se han suscitado interesantes y acalorados
debates entre el equipo de cata televisiva sobre si este concurso en
solitario será ideal para que se quite el complejo de inferioridad y
mansedumbre psicológica a su primo y prima o si por el contrario
veríamos al personaje de siempre, tendente al lloro, a comer como
una vacaburra para saciar su ansiedad, que se derrumbaría a los diez
días y mandaría a la mierda adelgazar, superar sus complejos, el
concurso, a la audiencia y a su dieta, finalizando todo con la ingesta
masiva de mayonesa con distintas cosas...
Las
esperanzas de ver emanciparse a la Anabel de la sombra familiar como
personaje televisivo aumentaban por el pregonado hecho de que es youtuber, anglicismo
que suena a tú tubero,
chapurrera traducción al cristiano en apariencia pero que, lejos del
honroso gremio de la fontanería, quiere decir que hace vídeos
caseros que cuelga en Internet logrando seguimiento de los mismos por
la masa usuaria y, dicen, ganando sus buenos aurelios. Además hay
desafíos de perder lorzas, perder su dependencia yonkosa de la salsa
mayonesa y demás buenos propósitos de enmienda en toda entrada a un
encierro televisado. Dimos por hecho que Anabel explotaría su faceta
mostrada de yutúber y
hablaría con la audiencia, se haría amiga de las cámaras y nos
conquistaría con su naturalidad. Lo de verle las tetas ya no tiene
morbo alguno debido a la cantidad de veces que se le han salido este
pandémico verano las mismas de su escote.
Tras
un visionado continuo desde su inicio hasta el momento de escribir
esta crónica, podemos afirmar con rotundidad que es de las cosas más
castaña que puedes ver pagando. Se te queda cara de haba, al becario
en este caso, por haber cedido tus datos y abonado tres aurelios de
vellón por semejante castaña que sólo induce al sopor y a la
desgana televisiva. Anabel demuestra una vez más su inocencia
televisiva sin dar juego hablando con la audiencia y jugando con la
cámara. Sí, mucha naturalidad de los cojones pero esto es un tele
realidad donde se supone que está habituada a jugar con la cámara y
hablar con los y las espectadores. Totalmente decepcionante la
sobrina de La Pantoja que si bien es cierto que se trata de adaptar y
está como en su casa, no está concursando como debería. Sólo Rafa
Mora presentando Cazamariposas,
simulacro de, muestra tanta bisoñez televisiva pese a llevar ya dos
lustros en el medio. Hay que dejarlo puesto porque se ha pagado y
apagar el dispositivo por decepción sólo aumentaría la cara de
haba, del becario en este caso. Al final los gurús tenían razón,
Anabel no se suelta del lastre de ser Pantoja y hay que pagar si
quieres ver lo que era gratis...
¡Pero
como mierda televisiva, todo un acierto, oiga!
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
theadversiterchronicle@hotmail.es
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