Suplemento
viajero cutre de The Adversiter Chronicle
Viaje bajo la lluvia de
noviembre
El
viajero inicia el trayecto en el coche de San Fernando mirando de
reojo al cielo, un lienzo de grises de distinta densidad que parecen
reflejarse en el asfalto tiñendo de gris el paisaje urbano. Los
paraguas en manos de los transeuntes alivia al viajero la pesadumbre
existencial de cargar con paraguas, pesadumbre de no poder meter la
mano en el bolsillo buscando calor existencial por cuanto el viajero
es peatón que no gusta de alforjas...
Pero
hay jornadas de viaje en que resulta inevitable cargar con paraguas,
un veterano plegable de precio económico que no cubre como debiera a
su dueño, que se oxida en la punta de las varillas y si hay
ventolera, se abre a la inversa cual arácnido de pesadilla, pero
reconforta su presencia al viajero que la mayoría de las veces
decide no abrirlo esperando a que escampe o que cuando se decide por
fin, cesa el aguacero...Camina el viajero haciendo el camino sin mojarse de momento y se anima a seguir el trecho que falta. Al igual que en cada viaje desde que empezó la crisis económica, el viajero se entristece ante el paisaje de locales cerrados, calles que antaño estaban vivas aparecen ahora moribundas, mortecinas, como gritando en silencio que la gente haga caso de la calle, pero seguimos caminando y supone el viajero que, al igual que él, también otros viajeros urbanos viajan con el recuerdo de las calles antaño...
Cosas del paso del tiempo, barrunta el viajero cuando siente en su cocorota una molesta y casi dolorosa gota que cuando el viajero reacciona ya está comenzando a diluviar de nuevo y los paraguas florecen en el paisaje urbano. El viajero hace un rápido cálculo mental que no es tan rápido como la lluvia que trata de empapar su ropa y se mete al refugio de un soportal. Otro negocio cerrado y otro local en alquiler, el viajero siempre se paraba a mirar su escaparate y, recordando al voleo, calcula el viajero que estuvo abierto casi treinta años...
Lo que se abre es el paraguas del viajero que camina ahora tratando de ir a contra viento y que el mismo no desbarate las varillas, a la vez que trata de evitar otros paraguas en un duelo de nervios cuando se cruza con otro transeúnte a ver quién se aparta el primero, duelo que suele perder el viajero dado el poco calibre de su paraguas plegable...
Llega el viajero a su destino y trata de sacudir el agua del paraguas y se mete dentro del local a tiempo de evitar una racha de viento que hace inútiles los paraguas. Mira el viajero por el cristal y las gotas velan la imagen como un velo de mortaja, golpea la lluvia el cristal y el viajero pide un cafelito que caliente el cuerpo y temple el alma, porque al viajero le gusta noviembre mientras piensa, como cantaba el poeta, que ojalá aquella rubia le mire al pasar...
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
No hay comentarios:
Publicar un comentario