Una sección de
F. O. Roffön en exclusiva para The
Adversiter Chronicle
Derbi asturiano con
empate, descubren que se cae El Molinón y cese del míster en la
selección
En
las últimas temporadas en Segunda, los derbis asturianos se
caracterizaban por ser revulsivo para unos y comienzo de decadencia
para los otros. Aparte las plantillas, la afición vivía con pasión
estos partidos que se reflejaban en la comida de ambas directivas.
Esta temporada ambos entrenadores en la picota, las plantillas sin
rendir como se esperaba y las directivas no se pueden ver delante
mientras ambas aficiones van de capa caída ante el juego desplegado
cuyo reflejo es el empate en el derbi. Los entrenadores siguen en la
picota y si este viernes pinchamos en El Molinón se destituirá al
entrenador, lo de las directivas es mejor ni comentarlo porque como
ambos equipos son grandones y la región más grandona aún,
alegría...
El
caso es que estamos en peligro de puestos de descenso y también la
afición somos culpables tragando la moto cada mes de agosto donde se
nos vende, esta temporada hasta los jugadores vendieron la moto, que
somos un equipo de ascenso, con un míster cojonudo que tiene un
sistema acojonante y unos fichajes de cojitrancos, galgos y podencos
que si bien no son tan cojonudos pues sí que tienen cojones para
sacar el proyecto adelante. Ahora la moda es tener la figura de
director deportivo que se supone es el responsable de los fichajes y
el proyecto de plantilla, se supone que con la connivencia del míster
de turno. Pero sólo es un parche donde antes de deponer al máximo
accionista ahora primero va el míster de turno y si la cosa pinta
jodida, pues el director deportivo. De todas formas no se invierte ni
en fichajes ni en cantera y poco puede hacer un director deportivo
competente cuando la orden al acabar una temporada es vender la moto
desde antes de pretemporada...
En el
Real Sporting se ha instalado en todos sus estamentos, incluyendo la
afición, en un amargo trance de alienación donde se dejan las cosas
pasar apostando todo a que se ascienda con acceso al pastel de los
millones televisivos, patético sueño por cuanto implica la
pesadilla de volver a descender. Si encima nos superan en la tabla
clasificatoria los carbayones como en la pasada temporada apaga y
vámonos. Un ejemplo es El Molinón, estadio centenario y que fue
remodelado por completo para el Mundial 82 y que ya en la temporada
83/84, un año después del Mundial, ya presentaba inquietantes
signos de mala factura en la obra realizada. Cables colgando rodeados
de goteras, forjado oxidados al aire como si hubiera termitas en el
hormigón y una infinidad de pequeños remates mal rematados que
transcurridos unos cuantos lustros son ahora inquietantes e
inequívocas señales de que la cosa va camino del colapso estructural.
Es
como la fachada autolimpiable que está llena de mierda, otra moto
más. El caso es que club y ayuntamiento se lanzan acusaciones de
falta de mantenimiento o más bien de quién de ambos corre con la
factura. Yo me pregunto, ahora que en la última intervención donde
se instaló la fachada autolimpiable que está llena de mierda y
nadie quiere pagar su limpieza, hay en los bajos distintos tipos de
establecimientos y me pregunto que cuando los parches puestos esta
vez dejen de serlo y afloren las deficiencias y sus consecuencias en
formas de goteras, cortes de luz por bajada de automáticos o
derrumbe de falsos techos a quién deberán reclamar. Dice mi
peluquero que cuando se hizo, una forma de pago fue conceder a la
empresa de la intervención la gestión de los nuevos bajos
comerciales, pero cuando colapse alguna deficiencia es posible que la
empresa desaparezca y la factura corra a cargo del ayuntamiento, del
club o de ambos a partes desiguales. El caso es que se han dado
cuenta de que El Molinón va camino de algún colapso de material
antes de subir y disfrutar de los millones televisivos...
¡Eso
sí, en agosto éramos grandones en camino de serlo de nuevo!
Y han
cesado o fulminado a Robert Moreno, ese joven desconocido que cogió
las riendas tras el abandono por motivo familiar grave de Luís
Enrique, que ha convocado a jóvenes talentos en forma antes que a
nombres consagrados en baja forma. Siempre, por decir algo, se dejaba
al seleccionador que lograse la clasificación a Eurocopa o Mundial
jugar la fase final, pues esta vez se cesa al míster. La escusa es
que Luís Enrique vuelve a coger las riendas y extraña que lo haga
sin haber insistido para dejar a Robert Moreno jugar la Eurocopa,
dirigir a La Roja. Esto suena a tiempos no tan lejanos cuando la
selección española era una fuente de conflictos, rivalidades,
reivindicaciones y grupitos que nos hacían cagarla estrepitosamente.
Ahora que hay buenos mimbres, combinación de jóvenes talentos en
forma con veteranos laureados volvemos a las trifulcas y los
engarres. A mí no me ha gustado el cese, no me gusta que Luís
Enrique no sea corporativista con quien fue su segundo en distintos
equipos. Me da que Robert Moreno no era del agrado ni de la
federación ni de los clubs. Puede que se gane el torneo con Luis
Enrique, pero no empezamos nada bien cuando se castiga el objetivo
cumplido con un trabajo que prometía ser competitivo...
¡Ver
veremos, dijo un ciego que iba pedo!The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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