Una sección de
El Bis en exclusiva para
The Adversiter Chronicle
LA CANCIÓN DE LOS
PITUFOS (1978)
Hoy
rendimos homenaje a todo un fenómeno que tuvo en la música el
vehículo de promoción y penetración en las neuronas para comprar
el disco. Creada para una película de animación en 1977 por Pierre
Kartner, famoso en tierras de Flandes, se hizo número uno en 1978
donde nadie conocía la película pero todo el mundo conocía a los
pitufos dando lugar incluso a un nuevo vocablo y frase hecha, porque
todos y todas pitufaban. Es por otra parte un ejemplo de fenómeno
viral de la época final de la era analógica que comenzaba entonces
donde los tiempos de propagación no eran inmediatos y en tiempo real
como ahora...
Es
1978 y de repente aparece en la pequeña pantalla un tipo con trazas
extrañas para los españoles y con ese aura que tenían entonces los
cantantes extranjeros, con su acento al interpretar la letra en
español. Toda una novedad visual que se presentaba como el padre
Abraham y padre de los pitufos. Sin darnos cuenta, encontramos toda
una mercadotecnia donde las figuritas eran pieza codiciada sin
olvidar la serie de dibujos animados. A todos y todas hicieron gracia
y las ventas del disco pasaron de 400.000 amén de hacer versiones en
alemán, francés, japonés y español.
Porque
en la España de 1978, que se afanaba en terminar el franquismo para
dar paso a la monarquía constitucional, que se tradujera al español
un tema extranjero era algo que indicaba que se estaba en la onda.
Simbólicamente podía verse en el color azul un símbolo de las
camisas azules que veían perder sus privilegios de vencedores de la
Guerra Civil o una comuna comunista, según la calenturienta mente
de cada uno. Pero el hablar pitufando triunfó en las masas y en la
infancia de la época de tal forma que llega hasta nuestros convulsos
y digitales días donde aún se dice pitufo al bebé de la casa, al
vecino bajito del segundo sin olvidar ciertas partes de la anatomía
masculina donde las féminas no dudan en decir que es pitufa la...
Recuerdo
de una época y de unos personajes de animación cuyas figuritas de
la época se las disputan los coleccionistas, visto ahora hay ciertos
elementos que serían políticamente incorrectos como que todo fueran
pitufos y una sola pitufa, lo cual plantea angustiosos pensamientos
de cómo perpetuaban la especie o si la comuna pitufa era la fantasía
de un pederasta. Sea como sea, la canción forma parte de la memoria
de varias generaciones y advierto de que se incrusta en el hipotálamo
aunque empieces a escucharla y te digas que la olvidarás...
¡A
pitufar música!
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr. IV http://theadversiterchronicle.org
Suplemento
cinematográfico cutre de The Adversiter
Chronicle
COCODRILO DUNDEE II
(1988)
(O que segundas
partes nunca fueron buenas y que buena estaba la Kozlowsky)
Nos hemos ya acostumbrado a las secuelas, precuelas y
demás, pero en los 80´s aún triunfaban las segundas partes, cierto
que con más o menos fortuna. Se jugaba con las apetencias del
espectador de ver más de algo que había sido grato y la producción
rentabilizar con beneficios lo que siempre se llamó estirar el
chicle. En ocasiones, películas de modesto presupuesto daban la
campanada y estaba cantado que habría segunda parte. Es el caso de
la película de hoy, una variante de poner a un cateto y paleto en la
gran ciudad y pasar unas risas entre confusiones y situaciones
cómicas basada en el contraste de la vida en el pueblo u villorrio y
la de una gran urbe...
Cocodrilo Dundee se estrenó allá por el 86 y en el
público hispano tenía terreno abonado para ser rentable en taquilla
por cuanto el Paul Hogan era popular ya que había entrado en las
vidas del público gracias a la televisión en una de esas series de
humor donde el representante hispano era el inefable Emilio Aragón y
su Ni en vivo ni en directo. El público joven y adolescente
estaba ya entregado de antemano en su estreno para pasar por taquilla
pero también los adultos que se rindieron al sentido del humor ellas
y a la turbadora belleza despampanante de la Linda Kozlowski, ellos.
Por supuesto su salida en formato vídeo contribuyó a popularizar el
título y animar a las productoras a realizar la segunda parte.
La fórmula de las segundas partes era sencilla: repetir
lo que hizo que fuera éxito de taquilla añadiendo pocas, y en
ocasiones ninguna, variantes a la trama, al guión e incluso sin
alterar la línea de acción. Se pasaba por taquilla porque había
que ver las segundas partes pero igual que se corría la voz de que
una película era buena o estaba bien, el mismo proceso ocurría a la
inversa y por lo general las segundas partes no repetían el éxito
de la primera aunque se estirara el chicle hasta una tercera o cuarta
entrega incluso. Pero cuando vimos la oportunidad de visionar esta
segunda parte, todo el turno de noche estuvimos de acuerdo en aparcar
linterna, mocho y caja de herramientas para recordar al Cocodrilo
Dundee pero sobre todo volver a ver en plenitud de belleza,
sensualidad y rostro de la Linda Kozlowski que forma parte del
panteón de las fantasías onanistas de la época junto con la Kelly
LeBrock de La mujer de rojo...
La trama repite fórmula y si en la primera era el
cateto de los territorios australiano el perdido en la gran ciudad,
aquí son unos narcos quienes se ven fuera de su ambiente al
perseguir a la Kozlowski por unas cuitas de su ex- con los malos. La
película es una auténtica castaña por no decir que es una
auténtica mierda: historia trillada, sin chispa ni dinamismo con el
pecado de estar siempre esperando ese chiste o gag que diga que haya
merecido la pena su visionado. El Hogan está hierático y hay que
ser australiano de los territorios para pillar la supuesta gracia
donde desde el último secundario hasta el protagonista se ve que
están haciendo un trabajo siendo además los personajes villanos
simples estereotipos de la imagen que se tenía entonces de los
narcos colombianos.
Terminaron en bodorrio y da la sensación de que el
Hogan sólo hizo esta película para acabar de conquistar a la
Kozlowski, que se come la cámara y es la única motivación para ver
la película en 2019. Porque está buenísima, porque se nota la
química entre ambos y porque además está monona porque se ve que
está enamorada. Si en la primera nos dejaba ojituertos en la escena
en traje de baño, aquí está vestida hasta las orejas y sin embargo
su sensualidad logra poner como burro en primavera. Cuando el Hogan
le pide que se quite el sostén para dejar una pista falsa a sus
perseguidores, igual que si fuera la primera vez se espera ver teta,
pero se lo quita debajo de la ropa y sólo logra aumentar el deseo de
macho alfa amén de que cuando
le contesta que no le parece el
momento de quitarse el sostén, esa mirada de enamorada que resalta
el brillo de su belleza, logra que pases de la película para pasar a
tertuliar sobre la esencia de mujer y recordar otras actrices míticas
por su belleza que acabaron casándose con los actores
protagonistas...
¡Pero estaba muy buena la Kozlowski, de toma pan y moja la
cama!
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr. IV http://theadversiterchronicle.org/
Suplemento
televisivo cutre de The Adversiter
Chronicle
LAZOS DE SANGRE (RTVE)
La
televisión también se va de vacaciones en agosto y llega sequía de
mierda televisiva que no sacian repeticiones de éxitos de audiencia
en su tiempo ni los y las suplentes de los programas estrella de las
distintas cadenas terminan de satisfacer, con lo cual el panorama sólo
invitaba a visitar la televisión pública donde nos hemos tropezado
con el Boris Izaguirre sin sus histrionismos del personaje televisivo
y sí como cicerone del asunto a tratar y de anfitrión donde va
dando paso e hilando el guión con los invitados a colaborar...
RTVE
siempre destaca desde hace ya casi dos décadas como el tratamiento
ñoño y familiar para todas las edades en temas de mierda rosa,
donde aún se oye hablar de las casas reales, de famosos
aristocráticos y del mundillo de la farándula, artes y oficios
sobre el escenario. Desde Corazón Corazón con
la ñoñez en las artes de la presentación de la Anne Igartiburu,
que supuso toda una revolución visual su presencia y que iba para
estrella de la tele y se ha estancado en el eterno florero cuya
belleza se va marchitando un poco más a cada nueva temporada
presentando noticias ñoñas con estilo ñoño...
Pero
aún conserva su extraña sensualidad, eso es innegable.
El
caso es que desde que triunfa la telemierda y el resto de cadenas han
desistido de competir con la casquería rosa de Sálvame
y su estilo combativo sin piedad donde los colaboradores se han
convertido en protagonistas y personajes televisivos relegando al
famoseo de toda la vida, sólo la televisión pública española se
molesta en hacer un suave y ñoño resumen de la actualidad de la
prensa rosa donde se la cogen con papel de fumar, papel de clase
ñoño, a la hora de tratar y abordar los vericuetos de los y las
personajes de turno. Todo ello con el inconveniente y la dificultad
de no hacer de caja de resonancia que derive a la audiencia a la
cadena rival en estos temas. Cuando el presentador es Boris
Izaguirre, lo primero que viene a las neuronas es que será otro
programa de casquería lejos de los parámetros de la tele pública...
Craso
error, camuflado bajo el argumento de repasar la trayectoria de sagas
familiares e importantes del orbe hispano, nos encontramos ante un
programa amable, casi íntimo en cuanto a la ñoñez suave en que se
trata el tema de la saga de turno. Pero es un programa que en
realidad juega una vez más con la nostalgia, inherente a ser la
primera vez en la historia que se pueden ver imágenes del pasado y
difundidas a las masas gracias a la televisión. El tono es
civilizado, el trato es civilizado y hasta en la terna de
contertulios aparecen rostros de la telemierda a los que cuesta ver
en la pública de forma comedida y sobre todo civilizada. Mas da la
sensación de que es un programa para quienes perteneciendo por
generación a la era analógica no se terminan de adaptar a la era
digital donde ha cambiado y sigue mutando la tradicional forma de
consumir contenidos televisivos.
Un
chantaje emocional que siempre funciona en la televisión pública
por ser el refugio de quien añora viejos tiempos y no se adapta del
todo a los nuevos. Lo malo es que los temas y el tratamiento de los
mismos los hemos visto hasta la saciedad y ni siquiera las
confidencias que se desvelan o las entrevistas al personaje de turno
también están más vistas que un tebeo. Cierto que se agradece el
tono y el Boris logra crear un micro clima donde su ojo avizor sabe
como frenar, motivar o dejar seguir el tema cuando se va por
peteneras, con batallitas que cuentan los
contertulios como el
Parada, o bien se tocan temas escabrosos. Como si estuviéramos en el
salón de Boris tomando un té con pastitas. Entretenido si te gusta
ver por enésima vez el rollo vital de la Preysler, la Marisol o las
marginadas de la telemierda y de Sálvame que
son las Azúcar Moreno... Agradable
y familiar amén de ñoño programa de biografías del personal del
mundillo del corazón en los tiempos analógicos que hace que sea una
alternativa poner una colada en la lavadora y ver como gira y gira el
bombo mientras devoramos unos pistachos.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr. IV http://theadversiterchronicle.org/
Una sección de
Kitapayá en exclusiva
para The Adversiter Chronicle
WIPEOUT - Omega
Collection
No abandonamos la velocidad ni títulos que permitan a
la veteranía compartir partida con la infancia y juventud de la
casa. Cambiamos los coches rápidos por naves del futuro en circuitos
futuristas que recuerdan a la mítica carrera de vainas de la saga
galáctica cinematográfica. Uno de esos vídeojuegos que tienen en
su sencillez y simplicidad argumental su grandeza ya que deberemos
trabajar la coordinación, la agilidad mental y trabajar las neuronas
de memoria, todo ello sin darnos cuenta y cuando nos percatamos han
pasado los minutos sin enterarnos...
Sencillez por cuanto hay que limitarse a correr y ganar
a los rivales con un inquietante cronómetro al que deberemos ajustar
nuestro pilotaje. Simplicidad porque sólo hay que recordar el
circuíto y manejar las distintas armas que vamos recogiendo por el
circuíto y que requiere concentración, lo cual se logra porque
tiene esa virtud de un buen vídeo juego que te hace sentir rabia y
que compulsivamente vuelvas a intentarlo hasta lograr al menos acabar
en tiempo clasificatorio. Y la grandeza de la virtud ya citada de
querer intentarlo hasta lograr el objetivo y que no se logra si no
llegas a la inmersión porque te parece imposible rebajar segundos al
cronómetro, conjugar pilotaje con el manejo de armas y además y a
la vez tener que tener en mente la imagen del circuíto para arañar
tiempo.
Por supuesto las mentes digitales le cogen el manejo
rápido, en el caso de jugadores veteranos y veteranas que
aprendieron a manejar el joystick en los sistemas de finales de los
70´s y los 80´s la cosa conlleva tres o cuatro carreras para
habituarse al mando y los botones pero se logra sin gran dificultad y
la derrota nos servirá para pulir el pilotaje, acabar de integrar el
mismo con las armas. Se logra pronto aunque no se puede descartar
casos de dolor en los dedos ante la herrumbre acumulada durante
décadas y lustros de no catar un mando. Simples molestias que se
curan jugando, ya sea en solitario u acompañado. Si sois pudientes y
tenéis los complementos para la realidad virtual de la consola, que
no es mi caso, incluye versión para los mismos. En resumen un juego
sencillo en su complejidad para todo tipo de edades, porque como
siempre os digo:
¡Quien no se consuela es porque no vídeojuega!
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr. IV http://theadversiterchronicle.org/