Unas memorias de
Antón Rendueles en
exclusiva para The Adversiter Chronicle
NOCHEVIEJA

Para aquel niño la Nochevieja marcaba el ecuador de las vacaciones escolares, aún lejanas en su final pero ya consumidas en su mitad. Los jóvenes padres y madres se iban esa noche de cotillón, ese universo enigmático que tanto fascinaba y que significaba pasar la velada con los abuelos, promesas de traer bolsas llenas de confeti, matasuegras, gorros de fiesta navideña, todo ello del enigmático cotillón que duraba toda la noche...
Pero en casa, tras la cena y esperar con ansia las uvas, llegaba el momento de trasnochar viendo la tele, noche de carta blanca en lo que respectaba a irse a dormir y el juramento de aguantar despierto hasta el día siguiente aunque la noche terminaba con el programa especial de TVE...
Eran programas fascinantes para un niño, con gente en mesas y el escenario de gala dando paso a interminables actuaciones musicales. Interminables para un niño que aguardaba con ansia la aparición de humoristas y sus chistes. Cosa aparte eran las realizaciones del entonces inefable Valerio Lazarov que saturaban la retina llevando casi al mareo...
Aquellos que se llaman nacionalistas y dirigen a las masas, saben perfectamente el pecado social de adoctrinar a la infancia. Aquellos adultos venían de cuatro décadas de nacionalismo y dictadura pero supieron coger el tren de los tiempos y tuvieron el acierto, la sabiduría o la buena fortuna de intentar dar a su infancia unas navidades que son sobre todo unas fiestas de adoración a quienes nos sucederán y transmitan ese espíritu años tras año, navidad tras navidad porque es la época en que más se notan y se añoran las ausencias. Unos niños y niñas que cantan villancicos a la vez que son utilizados para fines políticos, llámese dictadura fascista o nacionalismo, no son niños y han dejado de ser infancia pero no lo saben, sus adultos puede que lo sepan pero ven en la navidad otra forma de sacar músculo y mostrar su poder...
Debe ser muy triste, por eso nos dieron aquella infancia, ser adulto y no tener recuerdos navideños de inocencia infantil, resulta curioso que conquistadas las libertades políticas y el asentamiento firme y decidido de la democracia, se utilice a la infancia y que sus adultos no sólo lo permiten sino que lo ven válido...
Los años pasan al igual que las navidades y no hemos aprendido nada del siglo XX.
Antón Rendueles
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/


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