Con la
colaboración del profesor T. A. Rambaina
en exclusiva para The
Adversiter Chronicle
PAN DE MOLDE ENVASADO
Hoy
si que traemos al análisis del MBC todo un clásico de la dieta como
es el, nunca bien reconocido en sus méritos como alimento, pan de
molde envasado en bolsa de plástico y ya partido en rodajas donde se
cumple ese anhelo de fartones y fartonas como es la simplicidad de su
uso basado en el sacar y servir. A solas, relleno de los más
variados y variopintos ingredientes sin más límites que los de
nuestra imaginación o gula, siempre se oculta su consumo y que forme
parte de la dieta diaria, casi un paria dentro del clasista mundo del
pan...
-Rémoras
de un pasado más reciente de lo deseable donde el pan de molde se
veía como algo propio de los anglosajones, en el mundo hispano el
pan ha de ser de barra y recién hecho, sin menoscabo de los clásicos
panchones o las actuales barras estrechas y de nombre franchute. Sin
embargo puede que sorprenda que mientras el pan clásico ha
degenerado en el sabor y los ingredientes pese a la supuesta variedad
que se oferta, el sabor del pan de molde envasado ha conseguido
perpetuarse. Es de los pocos alimentos cuyo sabor pueden conocer
consumidores de distintas generaciones. Popularizado desde los 80´s,
aquellos descerebrados jovenzuelos transmitieron su amor por el pan
de molde envasado, todo ello facilitado porque para los machos alfas
el envase es de fácil apertura y de preparación sin peligro para la
integridad física, salvo que se metan los dedos sin percatarse de
ello y se los muerda y ampute al primer mascado.
-Si
nos fiamos de los comentarios del populacho consumista diríamos que
no es pan ya que todos y todas coincidimos en que ya no hay el pan
que conocimos antaño, pero si tiramos del refranero del populacho
consumista hay que decir que si sabe a pan, lo pagamos como pan y se
come como pan pues pan es, ya sea un berberecho o una rebanada de pan
de molde. Puede afirmarse, sin negar cierta controversia y polémica
entre eruditos, que si bien no es el pan a la vieja usanza sí se
consume como pan. Es el mismo caso de las hamburguesas veganas que
camuflan imitando un alimento prohibido el repulsivo aspecto y sabor
de sus veganos alimentos permitidos con la salvedad de que el pan de
molde envasado es y sabe a lo que es: pan de molde.
-Primero
es saludable para el bolsillo, donde con poco menos de dos euros se
tiene ración para una semana o diez días si no se sucumbe a la
glotonería. Saludable para el ánimo que nos permite alimentarnos y
si hay posibles hasta ser creativo elaborando ricos y variados
sándwiches. Es saludable hasta para el bienestar ya que haciendo una
bolita con la miga se pueden taponar pequeñas goteras hasta que
venga el chapuzas a sueldo del seguro de hogar. A la imprescindible
harina de trigo, agua y levadura, contiene además aceite vegetal de
girasol y conservadores artificiales que no suene raro a nuestro
paladar acostumbrado a consumir mierda industrial alimenticia como
ingredientes.
-Porque
a ciertas generaciones el comer pan de molde es síntoma de ser casi
un pordiosero, sobre todo en época de vacas gordas, pero en época
de vacas flacas como ésta que vivimos, pues se ha generalizado su
consumo porque es asequible, llena el estómago y en casos de
siniestro total económico podemos alimentarnos dé el sin tener que
gastar en más. Sigue vigente esa coletilla popular de expresar con
un `este mes a comer pan de molde y mortadela´. Son prejuicios
consumistas pero puede decirse que hoy por hoy el pan de molde
envasado en plástico es parte fundamental de la dieta y ha pasado de
ser esporádico su consumo a ser a diario. Además para los y las
consumidores con dentaduras jodidas o postizas, es de fácil mascado
sin peligro para la integridad bucal. Oiga, se ha metido un dedo en
el sándwich y terminará por morder y amputarse el...
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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