Con la colaboración del profesor T.
A. Rambaina
en exclusiva para The
Adversiter Chronicle
Ha sido aprobada
la exhumación de los restos de Franco, el dictador de España
durante cuatro décadas del pasado siglo XX y The Adversiter
Chronicle comienza una serie de diálogos sobre la dictadura desde
distintos prismas, político, social e incluso religioso. Hoy
hablamos sobre el prisma social ya que uno de los argumentos de
quienes desean la secesión ilegal, e incluso desde la nueva
izquierda revolucionaria, es que en España existe una sociedad
franquista, lo cual sería hilarante si no fuera que lo dicen en
serio...
-Fue
una dictadura que se prolongó en el tiempo y en circunstancias de
cambio en toda la sociedad occidental y europea en particular. Hay
que sumar que la dictadura intentó copiar la ingeniería social del
nazismo pero sin su connotación racial, de odio y exterminio del
judío y hay que sumar una Iglesia católica que amén de su apoyo a
la causa fascista durante la guerra sumó ser parte fundamental del
intento de ingeniería social impregnando a la sociedad de un sentir
y filosofía de resignación cristiana donde el bando perdedor debía
ser reconquistado para la fe, ya fuera en familiares de personas
republicanas y sobre todo en la infancia. Hay una primera sociedad
tras el fin de la Guerra Civil y hay otro tipo de ingeniería social
tras los acuerdos con EEUU. No se puede decir que el franquismo
creara una sociedad específica aunque se hizo ingeniería social de
raíces nazis sin el componente racial que fue sustituido por el
político y posteriormente surgió una sociedad industrializada a
semejanza del entorno europeo y occidental.
-Había
que serlo sobre todo en los años de la autarquía y el aislamiento
internacional. A medida que el Eje iba perdiendo la guerra ganó peso
el componente religioso del régimen en detrimento de las tesis
falangistas de sociedad que tras 1945 perdieron toda influencia
social aunque pervivieron las organizaciones sociales a imitación de
las existentes en la Alemania nazi. Los vencedores eran creyentes
porque formaba parte de la victoria, una contraposición total a los
tiempos de la República donde los avances sociales debían ser
borrados de la memoria y de la historia colectiva. A medida que
pasaban los años tras los acuerdos con EEUU y se derivaba a una
sociedad industrializada se produjo la típica escora a una sociedad
más laica y en el seno de la Iglesia misma surgía una nueva estirpe
de sacerdotes ajenos a la sociedad de los primeros años tras la
guerra. Ir a misa se convirtió en acto de redención donde la
asistencia o no a las misas y actos litúrgicos podían suponer
conseguir un trabajo o simplemente dejar de estar en listas de
sospechosos al régimen. La Iglesia no dudó en colaborar en crear la
nueva sociedad de una nueva España. La consecuencia de aquellos
tiempos es que aún hoy en las encuestas existe un alto porcentaje de
ciudadanía que se considera creyente pero no participa de la misa y
es muy crítica con el papel de la Iglesia en temas que antes eran
tabú y ahora se exigen como derechos. En la dictadura había que ir
a misa y ser buen cristiano de puertas afuera para los vencedores y
no quedaba más remedio a los vencidos aunque fuera en segunda
generación. Sólo citar las levas forzosas de la División Azul
donde se completaron cupos gracias a que los curas animaban a hijos
de republicanos a redimir las culpas de sus mayores y garantizar la
supervivencia a hermanas y madres, por citar sólo un ejemplo del
poder de la Iglesia desde 1939 hasta bien entrados los 60´s.
-Es
un argumento mezquino pero útil a intereses políticos y está
arraigando en las generaciones digitales la leyenda de que los
cuarenta años de dictadura fascista dieron lugar a una falsa
Transición que ha logrado que perdure el franquismo. Que lo digan y
defiendan gente que tiene estudios y preparación intelectual sólo
demuestra la demagogia en política. Ahora se habla de las cuatro
décadas sin querer mostrar que la sociedad se desarrolló durante un
largo periodo de tiempo y en la Transición las partes en conflicto
en 1936 pactaron un marco de convivencia democrático. Debemos
considerar que cuando se acusa a la sociedad de entonces de
franquista y se la tilda de fascista se olvida el día a día que la
sociedad hubo de sobrellevar. Ahora es natural exigir derechos
laborales, sociales y políticos pero es gracias a la democracia.
Cuando se hacen tales acusaciones es normal que quienes vivieron bajo
la dictadura se sientan heridos y se reivindiquen aquellos años
aunque no reivindican el modelo político. La sociedad actual
proviene de aquellos y aquellas que sabían lo que era pasar hambre,
emigrar de pueblo a la ciudad y tratar de dar una vida mejor a sus
descendientes. España no era franquista con Franco, vivía bajo el
poder dictatorial de Franco, que es muy distinto. Aparte de la masa
silenciosa luego estaban los vencedores de la guerra y los perdedores
que siguieron la lucha en la clandestinidad mientras que los
vencedores podían aplicar la represión. La prueba de que no era una
sociedad franquista es que a su muerte la sociedad española asimiló
las tesis democráticas. Con Franco no se podía hacer política pero
la sociedad sí tenía inquietudes. Y la prueba final es que el
llamado franquismo fue liquidado como política y España se integró
políticamente en Europa. Ahora mismo el llamado franquismo es
mercadotecnia y acabar con su culto y exaltación en el Valle de Los
Caídos es inevitable, siempre lo fue, pero el momento es ahora y en
ese sentido es cerrar una herida en la sociedad que favorecerá tanto
a quienes se consideran franquistas como a quienes creen en la
democracia. Es un proceso normal tras una dictadura de cuarenta años
donde a su fin la sociedad decidió la democracia y sin las purgas
que se dieron en otros países en 1945 tras la derrota del fascismo.
Es curioso que quienes acusan a la sociedad de franquista utilicen
métodos fascistas para alcanzar sus metas tratando de hacer
ingeniería social basada en la superioridad nacionalista y
excluyente de quien no piense igual, es curioso, muy curioso...
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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