Una sección de
F. O. Roffön en exclusiva
para The Adversiter Chronicle
Caso Piqué
Estoy
hasta los cojones de que la política salpique al deporte, prefiero
hablar de que el Sporting no acaba de carburar, que el Oviedo apenas
arranca o que sólo existen para el consumo de masas el Madrid y el
Barcelona; de cómo lloran y se lamentan si pierden o empatan, que La
Roja puede clasificarse para el Mundial esta semana. Pero no, hay que
tocar los cojones con que si Piqué esto que si Piqué lo otro y
demás mierdas donde la masa encuentra dirigir sus miedos y
frustraciones que la cosa política no logra canalizar a través de
sus representantes elegidos en las urnas.
Me
duele que el ciudadano Piqué sea juzgado por su profesión.
Guardiola, que ahora es imagen del secesionismo ilegal, lleva desde
que destacó en su juventud pregonando que su patria es Cataluña y
ahora ya de entrenador lo sigue haciendo, pero como futbolista jugó
en La Roja aunque siempre que le preguntaron afirmaba que preferiría
jugar en una selección catalana y no se armó tanto follón. Pero
con Piqué parece que hay que picarse sí o sí tanto si habla de sus
cosas como ciudadano como si se tira un pedo y huele a butifarra...
La
cosa está como está y hace ya mucho tiempo que en las periferias
los nacionalismos terruñeros han politizado el deporte. Culpable es
también la federación y los clubs de toda España que permitieron y
alentaron banderas y parafernalia anticonstitucional porque daba
colorido a las gradas, eran un apoyo a las directivas y también
porque el deporte profesional es utilizado por el sistema para que
desfoguemos, nos dirijan y encima paguemos por ello ya sea
contratando televisión de pago, ya sea abonando las cuotas de socio.
La política en el deporte, llevar la misma a estadios y
competiciones, sólo envenena el mismo para terminar en un punto
donde lo de menos es el encuentro y lo más hacer el energúmeno y
enfrentando aficiones. Que sean una minoría los energúmenos queda
anulado porque acojonan al resto de público, consiguen resonancia
mediática y jugosas prebendas por parte de las autoridades.
Que
Piqué se manifieste como ciudadano en las redes sociales con los
temores y pesimismo que toda confrontación política conlleva cuando
se lanza a la gente contra los anti disturbios, no sólo es lógico y
normal, es sobre todo comprensible y es lo que haríamos cualquiera
si en nuestro terruño pasara lo ocurrido en Cataluña donde mientras
las personas humanas se enfrentaban a la policía los políticos que
lo alientan se refugian en sus poltronas y atentos a cualquier
micrófono o cámara cerca. Pero el deporte ha de ser deporte siempre
y tenemos que aceptar que un seleccionado por España tenga su propio
criterio además de comprender que Piqué y su generación ya son
digitales en cuanto a manejo de Internet y las redes sociales. Yo leo
más txuminadas del nacional catolicismo español en las redes,
bueno, en realidad sólo en facebook porque no puedo chorizar mucho
el ordenador del chigrero en su caja registradora, que ofenden a la
inteligencia y sin embargo nadie protesta alimentando como alimenta
el mito secesionista de que de 1936 a 2017 todos somos franquistas,
mantenemos un régimen franquista y menos mal que la Copa del Rey no
se llama del Generalísimo. Suena a coña y lo sería de no ser por
la gravedad de los hechos.
Piqué
ha sido y es un profesional cuando viste la camisola nacional. El día
que meta un gol en propia puerta o no se aplique al 100% en un
partido, voto a bríos que seré el primero en crucificarle y
tildarle de traidor, pero hasta entonces me parece que deberíamos
ser menos borreguiles y sensibles a los titulares sensacionalistas
porque en el campo todos somos rectos patriotas pero luego en la vida
diaria unos caimanes. Yo hoy me declaro en contra de pitar o insultar
a Piqué y afirmo rotundamente que los cretinos, memos y gañanes son
quienes le tocan los cojones en entrenamientos y encuentros de La
Roja porque luego compran y consumen mercadotecnia del Barça que
está politizado pero el pasado 1 de octubre prefirieron no perder
puntos a ser coherentes con sus actos politizados...
Demagogia
y propaganda donde pierde el deporte, los deportistas y la afición.F.O.R.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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