Suplemento
literato cutre de The Adversiter
Chronicle
Libro: 1491
– Una
nueva historia de las Américas antes de Colón-
Autor:
Charles C. MannEditorial: Santillana Ediciones Generales, S. L.
Traducción: Miguel Martínez Lage y Federico Corriente
Edición: 2006
Tradicionalmente
se ha aceptado y enseñado que antes de la llegada de Colón el
continente americano era una especie de Arcadia ecologista donde los
nativos vivían en armonía con la naturaleza, la población era
escasa y donde la conquista del ser humano del entorno que le rodeaba
era relativamente reciente en comparación con las culturas
orientales y europeas, las grandes obras arquitectónicas sólo
podían haber
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
theadversiterchronicle@hotmail.es
sido construidas con ayuda extraterrestre porque la
tecnología y conocimientos necesarios no estaban entre las virtudes
de los pobladores. Le unimos que durante la conquista fueron
destruidos códices y legados culturales de las distintas
civilizaciones, resulta de todo ello un halo de misterio y
desconocimiento donde las lagunas de información tienden a
rellenarse con prisma europeo ignorando la historia del continente.
La
propuesta de hoy es una nueva visión y teoría a tenor de nuevos
descubrimientos que echan por tierra los tópicos típicos como que
los yanomami siempre vagaron por la jungla ajenos al mundo o que las
orillas del Amazonas estaban despobladas en contra del testimonio de
conquistadores que relataban orillas plenas de población.
Posiblemente las reticencias a las teorías que nos muestra el autor
resida en que obligaría a escribir de nuevo la historia y dejaríamos
el resto del planeta sin su superioridad cultural y tecnológica en
comparación a los habitantes del continente americano...
Charles
C. Mann es corresponsal de Science
y del Atlantic Monthly.
Coautor de varios libros, ha recibido, entre otros, los premios de la
Asociación Americana de Abogados, la Fundación Margaret Sanger, el
Instituto Americano de Física y la Fundación Alfred P. Sloam.
Datos
del año de edición y parca la contraportada en biografía pero en
Internet encontraréis más información. Como es habitual unas
breves pinceladas que os inciten a su lectura:
El
Beni...
"Bajo
nosotros se extendía el Beni, una provincia boliviana más o menos
del tamaño de Illinois e Indiana juntos y casi igual de llana.
Durante la mitad del año, la lluvia y la nieve derretida, procedente
de las montañas del sur y del oeste, cubren la tierra y la tapizan
con una lámina de agua móvil e irregular, imprevisible en su
grosor, que termina por afluir a los ríos del norte de la provincia,
los afluentes más altos de la cuenca del Amazonas. Durante el resto
del año, el agua se evapora, y el intenso verdor de tan vasta
llanura se convierte en algo que recuerda, y mucho, a un desierto.
Esta llanura tan peculiar, remota, a menudo inundada, era
precisamente lo que había atraído la atención de los
investigadores, y no sólo por ser uno de los pocos lugares que hay
en la tierra habitados por gente que tal vez jamás haya visto a los
occidentales armados con sus cámaras fotográficas.”
Pueblo
de la Primera Luz...
“La
primera descripción escrita que tenemos del Pueblo de la Primera luz
es la de Giovanni da Verrazzano, un marinero italiano contratado por
el rey de Francia en 1523, para descubrir si era posible llegar a
Asia rodeando las Américas por el norte. Al poner rumbo al norte
desde las Carolinas, observó que la línea de costa estaba
`densamente poblada´, pues eran frecuentes `los humos de las
hogueras de los indios´; a veces, le llegaba el aroma del humo a
cientos de kilómetros de distancia. Ancló su barco en la amplia
rada de Narragansett, cerca de lo que hoy es Providence, estado de
Rhode Island. Verrazzano fue uno de los primeros europeos que los
nativos vieron. Quizás el primero de todos, a pesar de lo cual los
narragansett no se dejaron intimidar. Casi de inmediato, veinte
canoas de eslora considerable rodearon a los visitantes. Seguro de sí
mismo, elegante, el `sachem´ de los narragansett se adelantó para
subir a bordo. Era un hombre alto y de largo cabello, de unos
cuarenta años, que llevaba joyas multicolores colgadas del cuello y
de las orejas, `tan bello de estatura y de complexión que no podría
describirlo bien´, escribe Verrazzano.”
Epidemias...
"Huayna
Cápac falleció en la primera epidemia de viruela. El virus se cebó
con el Tahuantinsuyu de nuevo en 1533, 1535, 1558 y 1565. En cada una
de estas ocasiones, las consecuencias fueron inimaginables desde esta
era afortunada en la que vivimos. Según un testigo ocular de la
epidemia de 1565, `morían a centenares. Los pueblos quedaban
diezmados, despoblados. Los cadáveres quedaban esparcidos en los
campos, o apilados en las casas o en las chozas […] Los campos
quedaban sin cultivar […] Los rebaños quedaban sin recibir
atenciones, y el precio de los alimentos tuvo tal incremento que a
muchas personas les resultaba imposible comprar comida. Se habían
salvado de la terrible enfermedad, pero sólo para perecer de
inanición´. Por si fuera poco, el Tahuantinsuyu fue objeto de
invasión de otras pestes europeas a los que los indios eran
igualmente vulnerables. El tifus (probablemente) en 1546, la gripe en
1558 (junto con otra oleada de viruela), la difteria en 1614, el
sarampión en 1618... Todas ellas debilitaron sumamente los cimientos
de la cultura inca. Tras sumar el total de estas oleadas de
enfermedades arrasadoras, las estimaciones de Dobyns son que las
epidemias habrían acabado con la vida de nueve de cada diez
habitantes del Tahuantinsuyu.”
Nueva
técnica de datación...
“Cuando
las personas, las plantas o los animales mueren, dejan de asimilar
C14.
El que está ya presente en sus cuerpos continúa descomponiéndose y
el resultado es que el porcentaje de C14
de los fallecidos
disminuye de forma constante. La velocidad de disminución se conoce
con exactitud: cada 5730 años, la mitad de los átomos de C14
presentes en sustancias inanimadas se convierte en átomos de carbono
regular. Libby pensó que al comparar el nivel de C14
presente en los huesos y utensilios de madera con el nivel normal
presente en los tejidos vivos, los científicos deberían ser capaces
de determinar la antigüedad de tales objetos con una precisión sin
precedentes. Era como si toda criatura viva albergase en sus células
un invisible reloj radiactivo.”
Los
principados mixtecas...
"Al
igual que las ciudades-estado italianas del medievo, los principados
mixtecas estaban rígidamente estratificados; el rey y un pequeño
grupo de parientes y de consejeros de noble extracción acaparaban
gran parte de la riqueza y de la tierra. Cambiaban constantemente de
configuración; algunos se expandían a costa de sus vecinos, y otros
hacían implosión cuando las aldeas que los constituían se
separaban y se vinculaban a otros cuerpos políticos. La unión de
dos estados al contraer matrimonio sus soberanos eran un suceso más
común. En el territorio mixteca del siglo XI, la alianza a través
del matrimonio real era tan habitual como en la Europa del siglo
XVII. En ambos casos, los árboles genealógicos reales constituían
una intrincada red que estaba por encima de las fronteras nacionales,
pero en el territorio mixteca las tierras de la reina permanecían en
manos de su linaje: el heredero del rey no lo era necesariamente de
la reina. Otra diferencia: la primogenitura no se daba por supuesta.
Si la reina no consideraba a su hijo primogénito apto para reinar,
podía otorgarle la corona a otro vástago, e incluso a un sobrino o
a un primo.”
La
mano del hombre...
“La
interacción de los pueblos americanos con el medio ambiente era tan
heterogénea
como las propias sociedades indígenas, aunque siempre
obedecía a un proceso histórico concreto. En algunos casos
excepcionales, como el de la civilización maya, los investigadores
han logrado describir el proceso con cierta exactitud, pero lo más
frecuente es que sólo se conozcan someramente los avatares
históricos como sucede en la reconfiguración de la mitad este de
Estados Unidos. Estos dos ejemplos paradigmáticos son los temas que
abordaré a continuación. En ambos casos, los indígenas
transformaban a gran escala amplias franjas de territorio para sus
propios fines. Si se analizan los datos, se concluye que muchos
indígenas, aunque no todos, eran muy activos en el dominio de la
tierra; no se limitaban a esperar sus dádivas. No cabe duda de que
podemos aprender mucho de ellos, pero no coinciden en absoluto con el
estereotipo habitual.”
Alteración
de ecosistemas...
"Lo
que sucedió después de Colón fue como si hubiese mil
`kudzus´(Pueraria lobata) por doquier. A lo largo y ancho del
hemisferio, los ecosistemas se resquebrajaban y se hundían como el
hielo invernal. Los ecos del tumulto biológico resuenan en los
manuscritos coloniales. Los colonos de Jamestown dejaron de quejarse
de sus vecinos indios para hacerlo de los estragos que les infligían
las ratas que habían importado por accidente. Sin embargo, no todos
los invasores eran una plaga tan evidente. En América, el trébol y
las hierbas del género `Poa´ -en Europa tan dóciles y respetables
como unos contables a sueldo- se transformaron en Atilas biológicos,
extendiéndose a través de áreas inmensas con tal celeridad que los
primeros colonos ingleses que penetraron en el interior de Kentucky
encontraron a ambas especies ya aguardándoles. Los melocotones, que
no suelen considerarse una mala hierba, proliferaron con tal furor en
el sureste que ya en el siglo XVIII los granjeros temían que ambas
Carolinas quedaran convertidas en una `jungla de melocotoneros´.”
Apasionante
viaje al pasado a la luz de nuevos descubrimientos, técnicas y
teorías de un mundo perdido que no estaba tan atrasado respecto a
otros, donde el ser humano dejaba su impronta y su superioridad como
especie alterando la naturaleza y todo ello alterado a su vez por la
llegada de los europeos con sus enfermedades desconocidas hasta
entonces por los nativos desterrando al olvido las culturas indígenas
del continente y donde los historiadores ignoraban por menosprecio
las culturas precolombinas.
Libro
ideal para curiosos de la historia, amantes de la misma y servicios
nocturnos sin jefes en lontananza, estancias hospitalarias o
simplemente lectura por placer donde descubriremos un mundo
fascinante que echa por tierra algunas verdades ecologistas y sirve
de cura de humildad al resto del mundo y culturas que siempre han
encontrado reconfortante negar que en el continente americano hubo
culturas y civilizaciones que no sólo igualaban a sus contemporáneas
en Europa sino que la superaban en grandiosidad, tecnología,
conocimientos y población...
Apasionante.The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
theadversiterchronicle@hotmail.es
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