¿Son
las entidades prestamistas una opción en estos tiempos de crisis
recesiva o recesión crítica? Lo cierto es que nos saturan con
anuncios en televisión y en Internet con suculentas tentaciones de
conseguir un dinero rápido y eso que se han visto auténticas
tragedias y sentencias favorables al consumidor, pero han vuelto y se
hace necesario saber algo más. Entrevistamos para ello a Estanislao
Vergadura, dueño de Pufidis S. L que se dedica a estos negocios...
-Lo primero Vergadura
es preguntar si estas entidades prestamistas son necesarias si ya
tenemos el sistema bancario para solicitar préstamos, ein?
-Somos
una opción para el ciudadano que necesita conseguir dinero rápido
por distintos motivos, desde comprar una vídeo consola o un coche
pasando por comprar pañales y paliativos para la suegra, por poner
tres ejemplos. La banca no ofrece productos asequibles e inmediatos
como nosotros y eso resulta un incordio. Gracias a empresas como
Pufidis S. L. la ciudadanía es un poco más libre de las ataduras a
las que nos ha condenado la banca y que se robaran a sí mismos
provocando la crisis económica que aún padecemos ocho años después
y con visos de continuar.
-¿Y
el tema de los intereses con usura que muchas veces hacen imposible
devolver el préstamo a tiempo?
-El
que algo quiere algo le cuesta. Lo que no se puede ser es tan
caradura y tan jeta de solicitar un préstamo y luego no cumplir lo
pactado. Nadie pone una pistola en el pecho al consumidor de nuestros
productos crediticios, en tal caso habría que culpar a los
políticos, a la banca y al sistema en sí mismo que provoca esa
angustiosa prisa a la ciudadanía. El que solicita el crédito recibe
información clara sobre las condiciones del préstamo, nada le
obliga a aceptarlo salvo la necesidad, pero dígame: ¿Quién no
tiene necesidades en estos tiempos, quién?
-Ustedes
los prestamistas desde luego que no, Vergadura. Bien, vayamos a un
ejemplo práctico que demuestre la veracidad de la propaganda que nos
inoculan en dosis intravenosas. ¡Quiero solicitar un crédito para
adquirir un producto de importación, digamos que de Paraguay...
-¿Para
qué?
-Paraguayo,
un producto de importación paraguayo... O de otro sitio.
-Que
para qué quiere el préstamo, si es para comprarlo, para invertir,
adquirir un producto de ocio...
-Bueno,
pagar algún que otro pufo acuciante, comprarme algo de vestuario en
los chinos y a ver si sobra para dar la entrada de un coche...
-¿Qué
bienes posee?
-Pues
que sean posesión, decir posesión con lo que ello implica de
posesionar pues poseo un reloj Casio digital, un clásico de los 80´s
que se revaloriza según pasan los años, una vídeo consola y un
teléfono móvil...
-¿Cantidad
que solicita?
-¡No!
-¡No!
-¡No!
-¡No! El estudio de su solicitud sólo nos permite
ofrecerle un préstamo de 100€. Tiene 20 días para devolverlo con
el interés inicial...
-De
eso no debe preocuparse que ya nos ocupamos nosotros. Si transcurrido
el plazo de devolución y a partir del segundo siguiente del
vencimiento se le aplicarán intereses progresivos aunque se puede
renegociar el préstamo. Por ejemplo si tarda una semana, no se puede
devolver en día intermedios, deberá abonar 235€. Lógicamente se
incrementa a cada día que pasa y cada semana que no paga. Firme
aquí...aquí...aquí y aquí...
-¿Supongo
que como consumidor tengo mis derechos y ello incluye un periodo de
reflexión... Si los políticos se lo permiten, yo ciudadano
consumidor también, ein?
-Claro,
por supuesto. Hasta que salga usted por esa puerta tiene todo el
tiempo del mundo para estudiar el contrato de préstamo y sus
cláusulas.
-Esto
es como irse de vacaciones a Cochabamba y dejar el coche en el
aeropuerto un mes... Bueno, pues tengo veinte días y supongo que
cuando salga por esa puerta no hay marcha atrás... Muchas gracias
señor Vergadura por atender nuestras preguntas.
-¡Muy
astuto! ¡Me dejan sin hora ni comunicaciones y así no me entero si
pasaron los veinte días! ¡Sinvergüenzas usureros! ¡Eso es lo que
son!
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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