The
Adversiter Chronicle entrevista a Zepulón McFree,
autor del best seller El amor era una droga que
ha sido prohibido para su lectura por las autoridades religiosas
judías, musulmanas y cristianas por cuyo contenido a sido demandado
por parte de algunas comunidades evangélicas en algunos Estados de
EEUU por espurio religioso.
-Las
tres religiones monoteistas más importantes le repudian y prohíben
su libro mientras los ejemplares se agotan... ¿Era usted consciente
del follón que iba a montar con su libro, Zepulón?
-Intuía
que mi teoría atraería la curiosidad, tal vez porque el tema de los
extraterrestres y su intervención en el planeta para que surgiera el
ser humano tiene muchos adeptos y por otra parte los creyentes tienen
dudas que sus congregaciones o líderes religiosos no quieren aclarar
o responder. Como digo en el prólogo, esta obra surge desde mis más
profundas convicciones religiosas pero desterrando la ortodoxia y
analizándolo con mentalidad abierta para concluir que sí hubo y
puede seguir existiendo una intervención que llamamos divina pero
que sólo se trataría de otros seres más avanzados que decidieron
elegir una especie del planeta e inocularle las características que
conforman y han conformado a lo largo de los siglos lo que somos:
anímales bípedos inteligentes que dominan la tecnología y la
ciencia.
-No
sólo del Vaticano pero en su caso, igual que en el judaísmo y el
Islam, saben que mi teoría hace trizas siglos de fábulas y
supercherías. Pensamos que hace 2000 años ocurrían cosas
extraordinarias cuando en realidad no pasaba nada salvo
interpretaciones ante lo desconocido y la necesidad de todo ser
inteligente
de buscar un sentido trascendente de la muerte, nos
aterra que no haya nada después y eso nos lleva a preguntar qué
ocurre con nuestra consciencia tras fallecer. Pero mi teoría no
soluciona este debate ni es el objetivo, yo planteo que el amor, ese
rasgo emocional que nos diferencia del instinto del resto de
criaturas del planeta, fue una droga para precisamente cortar
nuestros instintos animales y no es un atributo divino, el amor era
una droga que una civilización de otro planeta inoculaba en primates
seleccionados para provocar una evolución de sus cerebros a un
estado de consciencia existencial donde la droga `amor´ era en
realidad para combatir los efectos secundarios de unas mentes que
debían adaptarse a ser inteligentes superiores de sus congéneres y
fauna en general del resto del planeta.
-¡Lo
que afirmo es que lo que llamamos Dios y veneramos como su mayor
tributo que se nos otorga, el amor y la capacidad de amar, era una
droga inoculada para reprimir instintos primarios de animales
salvajes escogidos para evolucionar a lo que somos ahora. Lógicamente
eso anula el concepto de Dios y de divinidad como
creador y diseñador
además de vigía de nuestra existencia terrenal y posterior una vez
muertos. No creemos que hace miles de años viniera a este planeta
una civilización de otro pero creemos en una presencia unitaria y
magnífica que todo lo domina y ejerce su dominio! ¡No es mi libro
el que debería estar prohibido, son las religiones y sus líderes
que viven como Dios explotando esa creencia!
-¡Quiá!
¡Quiá! ¡Relaje Zepulón, relaje, por los clavos de Cristo, las
babuchas de Mahoma y las barbas de Abraham, redios! Un respeto que
tenemos lecturas entre creyentes de distintos credos. Yo más o
menos, si no he entendido mal, usted afirma que vino E.T., hace un
porrón de eras, escogen una especie, la dotan de inteligencia y para
que no muerdan a sus amos les chutan amor como medio de paliar los
efectos secundarios... Escuche amigo, conozco casos en los que por
mucho menos les someten a contención en agudos con Haloperidol dol
dol por vía intravenosa... ¿Entonces un día aparecerán de nuevo o
iremos nosotros a su planeta y todo se aclara, Zepulón?
-No
ha entendido usted nada como creo que el 99% de las personas que han
comprado el libro, se quedan con el tema de extraterrestres, las
cuchufletas sobre la droga y un Dios yonkoso y encima interpretan
como una esperanza que algún día conozcamos a los marcianos que
vinieron antes... ¡Estoy advirtiendo que somos una anomalía, un
aborto no programado! Esos primeros visitantes no nos aman y se aman,
querrán aniquilarnos y nosotros les tendremos que aniquilar a su
vez. Para ellos somos drogatas que por un accidente generamos esa
droga en nuestro organismo. Querían soldados y crearon el amor
universal, querían seres perfectos y crearon criaturas
drogodependientes. Somos únicos, pero somos un accidente de
laboratorio. Segregamos la droga de forma natural, por eso nos
quedamos colgados de alguien, nos colgamos por algo y acabamos
colgando a quien no ame...
-Pues
ya saben, resulta que amarse es tener un colocón mutuo y a ver si no
sólo legalizan la maría sino que a ver si quitan el incienso y lo
sustituyen por marihuana...
¡Aleluya!The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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