UNA BALA EN LA CABEZA
(2012)
(Bullet to the head)El equipo de cata cinematográfica tenemos sentimientos encontrados con el bueno del Stallone. Incondicionales desde la siempre olvidada Acorralado (First Blood) y eternamente ofendidos porque esa mierda suprasobrevalorada que es Rocky recibió el Óscar que es de Taxi Driver...
Pero Stallone resulta siempre confortable porque es
solvente repartiendo hostias y desde que está avejentado es cierto
que sus peleas ganan en llaves de grecorromana pero aunque reserva
sus mejores hostias para el final, sigue destilando esa contundencia
y magnitud sin parangón que Chuck Norris jamás logró con su
sapiencia karateka.
Así que nos dispusimos a degustar al Stallone en un
papel de matón a sueldo y resultó refrescante verle de paisano y no
de mercenario rodeado de viejas glorias. Dirige además el Walter
Hill mientras que la estrella es arropada por Sung Kang que hace de
surcoreano pero de primeras parece chino y de segundas más bien
japonés. No hay cuchufletas de coreografías de lucha oriental que
si bien tienen sus fans, a nosotros nos dan grima.
De féminas destaca Sarah Shahi en ese rol ya visto mil
y una sesiones de hija de maluco que se enamora de policía que
persigue a su maluco padre, está monona pero aparte de escenas de
hostiazo en la mejilla para amantes en secreto del bondage sólo
destaca que se le insinúan los pezones bajo la camiseta, pero es un
mero papel complementario y dañado colateralmente que nunca eclipsa
a la estrella y es agradable al espectador.
La película, que en ocasiones parece europea cuando más
flojea, dota de un clásico de las pelis de Stallone: el matón
antagonista que mata por placer y diversión sin importarle el dinero
aunque cobre como mercenario y el malo en esta ocasión parece el
hermano pequeño y hormonado del matón de Cobra, el brazo fuerte
de la Ley.
La sensación final es que está hecha para aunar gustos
y se queda en un mero producto comercial que hace un guiño al
mercado oriental de consumidores de cine porque cuando se acaba nos
quedamos con el amargo sabor de boca de que podría haber estado
mejor o simplemente sea que la vemos por fidelidad a una estrella
aunque acabe, como es el caso, estrellado en algunos de sus papeles,
más por demérito del conjunto que de él que ofrece lo que
esperamos...
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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