The Adversiter Chronicle

martes, 25 de marzo de 2014

"TELEMIERDA INC.", suplemento televisivo cutre


Con la colaboración de Mars El Grouchu en exclusiva para The Adversiter Chronicle

SUPERVIVIENTES 2014: ¡CONCURSAR, CONCURSAR, MALDITOS!

¿Recuerdan ustedes aquella película protagonizada por Jane Fonda y Gig Young, dirigida por Sidney Pollack? Esa donde los daños colaterales humanos de la crisis económica de 1929 trataban de sobrevivir en concursos de bailes non stop (que dirían ahora) donde soportaban el martirio de aguantar bailando por un bocado caliente y una cama donde descansar...

Cuando me encargaron ocuparme de el seguimiento de este concurso televisivo, varios miembros de la redacción me recomendaron que fuese abierto de miras y he de reconocer que no les falta razón.

Tras poco más de una semana de concurso, puedo afirmar y afirmo, que lo más emocionante, deleitante hasta un punto de vista orgásmico, de primigenie depredadora, de sadismo refinado y servido en bandeja ante la pantalla del televisor, es hacerles pasar hambre y darles dos minutos al equipo ganador de la pachangada de prueba de turno para devorar una tarta...

La recompensa era breve en tiempo, pero era tal el gozo televidente, dibujándose en mi cara una mueca de gritar animándoles a comportarse como animales cochiqueros en una boda real que comprendí que el trabajo me estaba afectando.

Y es que de los concursantes, daños colaterales, salvo honrosas excepciones, todos ellos y ellas pertenecen a esa nueva clase social que son los televisivos protagonistas de concursos u programas. En el primer grupo, concursantes, vemos cuerpos moldeados, casi amaneramiento en su sensibilidad de macho alfa, de tribal y casi de ese mariconeo que se da en heterosexuales cuando un grupo de hombres pasan mucho tiempo aislados y sin presencia femenina...

Porque mujeres haberlas haylas, de hermosos cuerpos, de pechamen que quita el hipo y curvas estimulantes, lo malo es que son carne televisiva también y se ven comportamientos pijos de mentes casi infantiloídes atrapadas en un cuerpo en plena capacidad operativa para la cópula.

No es culpa de ellos y ellas, somos culpables todos y todas por dejar que nos lobotomicen con unos programas basados en ver la miseria ajena, el dolor ajeno, la envidiable alegría ajena y enajenarnos finalmente cayendo enganchados en las redes televisivas que nos atrapan y evita pensar en cosas realmente más serias e importantes que ver una manada humana caer en la denigración por falta de víveres.

El concurso es chorras total: se coge gente normalita y relativamente famosa y popular para que se vayan a una isla desierta salvo por ellos mismos, los cámaras, ayudantes de cámaras, regidores, electricistas y técnicos, personal indígena para el transporte, urgencias y poca más presencia humana, imposible soportar el aislamiento que ha provocado ya abandonos y lesiones cardíacas y costillares.

Pero en realidad la intríngulis del programa es que pasen hambre, agotarles la paciencia gastronómica con la ansiedad de ver cerca la recompensa y perderla en un instante. Se montan unos dramones de tres pares de cojones: lloros, lamentos, broncas, insultos, falta de respeto y demás toboganes anímicos que provoca el hambre en personas acostumbradas a que pasar hambre sea comer un yogur porque no queda frambuesa...

Por lo demás no deja de ser otro programa de convivencia que si no te entregas desde el primer segundo termina cansando no tanto por el formato como por la zangolotinería que se ve, las insustancialidades que se escuchan de sus labios y lo banal de su compañerismo y espíritu competitivo.

En definitiva que es una buena mierda televisiva donde vemos bailar al son del hambre a una serie de personajes y personajillos que al final son humanos, les pueden las adversidades menos adversas y están ahí para nuestro deleite de ver a seres humanos comer como cerdos, pelearse por un pescado que es pecado por su pírrico tamaño y donde los espectadores disfrutan con la hambruna ajena...
¡Igualico, igualico que en la película, oiga!


The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV

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