Menús
críticos para una crisis
Traemos una nueva firma colaboradora a The Adversiter Chronicle, el
afamado profesor T.A.Rambaina que nos ofrecerá a lo largo de este crítico 2013
menús asequibles sin renunciar a nuestro estatus de consumistas compulsivos.
Una sección que nos permitirá conocer la forma de comprar en superficies
comerciales productos que nos harán volver a la época de vacas gordas al menos
culinariamente.
-Bueno
profesor, bienvenido en un nuevo año a una nueva sección.
-Gracias
pero el agradecido soy yo, tengo la oportunidad de contribuir a que la
ciudadanía esté menos jodida, claro que he de advertir que esta sección es para
consumistas culinarios que han perdido su poder adquisitivo en el aspecto
culinario…
-Pues
se me ha adelantado… ¿Cuál será el primer menú, ein?
-He
elegido un menú de nochevieja para consumistas que deben quedarse en casa y no
salir de parranda a establecimiento hostelero: entrecot con patatas fritas y
pimientos más ajitos.
-¡Redios
que suena apetecible en estos tiempos de penurias, ese plato en menú de
Nochevieja sale por unos 45-60 aurelios de vellón, profesor T. A. Rambaina!
-Bien,
acudimos a una referencia en consumismo culinario a la clase media-mediocre
económicamente hablando, el supermercado Lidl.
-Desde
luego desde un punto de vista consumista es un sitio más bien ordinario…
-¡Oh,
vamos, no empecemos con prejuicios clasistas, Skizo´s. Lo ideal sería ir a una
tienda Corti y ser el rey del mambo
llenando el carro con lo mismo y pagando el triple. Aquí se trata de no
renunciar en la intimidad de la cocina hogareña a los manjares que el sistema
de consumo a crédito nos permitía.
-Vale,
vale, es su jodida sección profesor, pero más de un lector y alguna lectora se
habrá sentido ofendido uno y pasmada la otra con semejante oferta comercial y
que conste que soy yonki de sus helados de 500 gramos de fresa y de melocotón
con maracuyá...
-Bien,
entramos y cogemos una barra de pan rústico, pan que según pasan las horas
adquiere una textura de chicle poco recomendable para bocadillos, pero
cogiéndola en la hornada de última hora, llegará a la mesa en perfecto estado
de digestión digerible…
-¡Cierto
profesor y sin el hándicap del buen pan recién hecho que te hace devorar los
cuernos calentitos en el coche y luego llega a casa descornado y con huellas de
dentelladas!
-
Llegamos al refrigerado cárnico y cogemos una bandeja de entrecot. Es una buena
pieza de carne que en un momento dado permitiría a dos enamorados compartirlo
sobradamente saciadas su hambruna, pero que para amantes del buen diente es la
cantidad justa mono dosis.
-¡Por
los clavos de Cristo! ¡Pedazo cacho carne! Pero… pero parece el chuletón que
sale en Poltergeist andando sobre la
tarima de la cocina, redios.
-¡Prejuicios
Skizo´s, simples prejuicios de consumista mimado y mal orientado! Si vemos los
sellos, cumple todas las garantías sanitarias que la UE exige a sus productores
alimenticios.
-Coño
profesor, la etiqueta trae que fue envasado hace casi un mes, producido en
Holanda y procesado en Dinamarca… ¿Procesado? Suena como comprar una lámpara de
piel en el mercado dominical de Treblinka un domingo de 1943…
-¡Simples
prejuicios de consumista mimado, simples prejuicios! Adquirimos un pack de
latas mono dosis de pimiento.
-¿Del
Piquillo?
-No,
de latas, sección de laterío. Bien, nos queda elegir el postre y la bebida. Por
supuesto pasamos de vinos, hay una amplia oferta, pero este entrecot ya
indigesta con la vista, imaginar además un tintorro ya produce acidez, así que
elegimos una cerveza de nombre impronunciable que viene en una curiosa botella
de corcho tipo La Casera de finales de los 70´s que luego puede servirnos de
detalle en la estantería del trastero. De postre elegiremos el mousse de
chocolate en oferta en envase doble. Está hecho en Francia pero debe tener
sustancias adictivas y una vez comes uno, devoras el segundo.
-Aaaah,
los franchutes, sabe de puta madre pero no sabes de que está hecho…
-Llegados
a casa, freímos un plato de patatas en cantidad a gusto del consumidor,
adobamos antes el entrecot con ajo de fino grosor…
-Primero
habrá que sacarlo de la bandeja… ¡pero si viene plastificado dentro de la
bandeja! ¡Snif, Snif! Oiga, esto huele raro… ¡Joder! Hundes el dedo y es como
intentar hacer un agujero de forma manual en un bloque de hormigón, ¡redios!
-Prejuicios,
prejuicios. Es normal que el embalsamamiento presente cierta textura correosa al
sacarlo de la bandeja…
-¿Bandeja?
¡Parece un ataúd!
-Aaaah,
es usted un consumista mimado, Skizo´s. Mire, esto hay que dejarlo airear para
que el aire haga que la carne se oxigene. No mucho, por eso hay que consumirlo
a las pocas horas de sacarlo de la bandeja. Bien, freímos las patatas y luego,
con una tenue pátina de aceite de oliva procedemos a freír el entrecot.
-Profesor,
creo que este entrecot es chuleta.
-¿Por
qué lo dice?
-Ha
roto aguas.
-Oiga,
ya me habían advertido sobre usted, pero no entiendo…
-Es
normal que este tipo de alimentos procesados suelte algo de líquido, sólo se
deja llevar por los prejuicios. Bien, freímos bien el tocho de carne hasta que
los mazacotes de grasa amarilla que veíamos al sacarlo de la bandeja estén
tiernos. Hay gente que los desecha pero dan gusto a la carne y se consumen
apeteciblemente aportando lípidos necesarios a nuestro organismo.
Servimos
la pieza en el plato, basculamos las patatas por encima y echamos el pimiento
que viene en una pieza coronando el conjunto. Los ajos se echan sobre la carne antes
que las patatas, sacamos la cerveza que previamente dejamos enfriando y
servimos al comensal.
-¡Juro
y perjuro que está cojonudo! El pimiento no tiene el color de Los Martínez de
toda la vida, es cierto, pero sabe a pimiento y el entrecot a entrecot…
-Aaah
inocente y seducido consumista. En estos tiempos hay que recordar el axioma que
dice que si tiene pinta de entrecot, sabe a entrecot y lo compramos por
entrecot, es un entrecot.
¡Brrrrrpp!
Aaaag, esta cerveza haría relamerse a un equino adicto a la cebada concentrada…
Buurrggsss, aaag, desde luego es como meter desengrasante al filtro de la
lavadora, esto debe purgar que da gusto y dolor posterior en el esfínter…
-Prejuicios
Skizo´s, simples prejuicios de consumista mal acostumbrado. El caso es que este
mismo plato por fuera en Nochevieja saldría por más de medio centenar de euros
y si le sumamos la cerveza de importación, y los mousse de chocolate, prácticamente
nos dejamos el presupuesto en una cena…
-En
eso sí que le doy la razón, tras cenar esto dudo que vuelva a tener más cenas…
¡Brrrppppsss!
-Deluxe
entrecot: 3,99€
-Pack
de tres latas de pimientos: 0,90€
-Pan
gallego: 0,45
-Postres
de mousse: 0,69
-Schwaben
Bräu Negra: 1,99€
TOTAL:
7,33€
-Pues
mire profesor T.A.Rambaina, siempre que no digamos a los comensales el origen
del producto, da el pego, sabe de pega y sólo falta saber si no se pegará a las
paredes intestinales, aunque es cierto lo que dicen de que la cerveza es
digestiva porque siento retumbar las tripas…
-Comida
sana, consumiendo productos europeos, generando riqueza a los alemanes que dan
puestos de trabajo en España y cenados como reyes, no me lo puede negar y todo
ello a un precio irrisorio hasta 2008 pero recortado en 2012.
-¡O
como presidentes de república! ¡Ay! ¡Ay!
-¿Pero
qué le pasa ahora hombre de Dios, qué le pasa?
-¡Que
creo que voy a jiñar como un etíope tras recibir una saca de alimentos de la
Cruz Roja tras un año a suero líquido!
-Prejuicios,
sólo prejuicios. Bien estimados lectores y lectoras, para el siguiente menú,
algo acorde a la cuesta de enero: cena ligera a base de productos de Mercadona.
Espero que disfruten del menú y recuerden que ahorrar en comer es gasto en
medicamentos.
-De
todas formas, lo que se ahorra en este jodido menú se gasta luego en papel
higiénico y agua de la cisterna…
-Prejuicios,
simples prejuicios… ¡Oiga Skizo´s, le ha caído un empaste…!
-No
era un trozo del sebo que se ve que quedó entre los dientes y al endurecerse de
nuevo se ha caído…
The Adversiter Chronicle, diario
dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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theadversiterchronicle@hotmail.es
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