Suplemento literato cutre de The Adversiter Chronicle
Autor: James Burney
Editorial: Editorial Renacimiento
Traducción: Victoria León
Edición: Año 2007
Deliciosa
obra la que traemos hoy a Lomo con tapas sobre
la historia de los bucaneros a lo largo del siglo XVII escrita por un cronista
del siglo XVIII y primeros del siglo XIX.
James
Burney (1750-1821) fue oficial de la Marina Británica y escritor. A la muy
temprana edad de diez años fue enviado a trabajar como sirviente personal de un
capitán del navío Princess Amelia. En
1772 acompañó al capitán Cook en su segundo viaje de descubrimiento de los
mares del Sur. A su regreso a Inglaterra, en 1774, sirvió de intérprete a Omai,
el primer tahitiano que visitó la Gran Bretaña. También acompañó al capitán
Cook en su tercer viaje, al final del cual, debido a la muerte de su inmediato
superior, el capitán Charles Clerke, fue ascendido a comandante del Discovery.
Burney
fue un hombre sociable y tuvo muchos amihgos literatos, entre los que cabe
destacar a Samuel Johnson, Charles Lamb (el autor de los Cuentos de Shakespeare) y William Hazlitt.
Es
también autor de diversas obras conocidas en el mundo anglosajón pero un
perfecto desconocido en el mundo hispano siendo este libro la primera versión
en español del mismo gracias a subvención del Ministerio de Cultura y
disponible por tanto en las bibliotecas públicas, prueba de que las
subvencionas no siempre son innecesarias aunque sean innecesarios muchos de los
argumentos para otorgarlas. En este caso es la difusión de una obra que
transversalmente es historia de la España americana que fue.
Siguiendo
la estela de buques bucaneros viajaremos a lo largo de la costa del imperio
español de ultramar a los Mares del Sur, veremos las vicisitudes físicas y
políticas y un fresco de la sociedad compuesta por aventureros, colonos,
esclavos y políticos que al vaivén de las guerras entre España y Francia,
Inglaterra y Holanda hicieron posible que se distinguiera entre piratas y
comisionados, siendo estos últimos tratados con más benevolencia que los
primeros aunque las actividades eran similares hasta que la sucesión de Carlos
II dictó la política de Francia y Gran Bretaña con la consecuencia de pasar los
bucaneros a ser proscritos dictando su sentencia de muerte hasta 1720 en que la
profesión de bucanero dejó de existir.
Pero
os dejo como siempre unas breves pinceladas.
Un
poco de historia para situarnos…
“Los hombres cuyas empresas van a relatarse, fueron
oriundos de distintas naciones europeas, aunque la mayoría de Gran Bretaña y
Francia; muchos de ellos gentes de mar que habiendo sido perjudicados por
accidente o por la enemistad de los españoles en sus más honradas actividades
en las Antillas, y tan instigados por la sed de botín como por el deseo de
venganza, se enrolaron bajo el mando de diferentes líderes de su propia
elección parta emprender una guerra depredadora contra los españoles.
Naturalmente los españoles trataron a estos hombres como
piratas; pero las peculiares
circunstancias que motivaron sus primeras empresas, y un generalizado
sentimiento de enemistad contra esa nación a causa de sus conquistas
americanas, les valió la connivencia de las potencias marítimas de Europa y el
ser conocidos, primero, con las suavizadas apelaciones de filibusteros o
aventureros, y, más tarde, con la de bucaneros.
España, o, para ser más exactos, Castilla, como premio al
descubrimiento, reclamó para sí el derecho exclusivo de posesión de toda
América a excepción de Brasil, que fue concedida a los portugueses. El papa
sancionó tales demandas y dicha división mediante la `Bula Intercaetera´, que
fue acatada en una época en la que todas las potencias marítimas de Europa se
hallaban bajo el dominio espiritual de Roma. Si bien los españoles no se
arrogaban a sí mismos el exclusivo e incuestionable disfrute de tan enorme
cantidad de territorios recientemente descubiertos, se mostraban especialmente
deseosos de conservar enteramente para sí las Antillas. Tal era el espíritu
monopolizador de los castellanos, que en vida de Isabel de Castilla, que fue
considerada mecenas del descubrimiento de Colón, fue difícil acceder al Nuevo
Mundo incluso para los españoles que no habían nacido súbditos de la corona
castellana, pues se habían publicado repetidas prohibiciones de admisión de
todas estas personas en los barcos con dicho destino. Fernando, rey de Aragón y
esposo de Isabel, se había negado a contribuir a la organización del primer
viaje de Colón, al pensar que no existía posibilidad de que éste diera fruto
alguno; emprendiéndose éste a costa de Castilla, los territorios descubiertos
fueron considerados apéndice de la corona castellana…”
Tratando
tratados buscando la paz…
“…En Julio de 1670 se firmaba un tratado entre Gran Bretaña
y España que se había redactado con el propósito de acabar con la guerra de los
bucaneros y resolver las disputas entre los súbditos de ambos países en
América. Se le dio el significativo nombre de `Tratado de América´, y parece
que fue éste el primer tratado que obedeció al común interés por establecer la
paz en la Antillas. Los artículos que, en concreto, respondían a estos fines
eran los siguientes:
II. Habrá de velarse por la paz universal y la sincera
amistad tanto en América como en el resto del mundo, entre los reyes de Gran
Bretaña y España, sus herederos y sucesores, sus reinos, plantaciones, etc…
III. Habrán de cesar todas las hostilidades, asaltos, etc…
entre los súbditos de dichos reyes.
IV. Ambos reyes cuidarán de que sus súbditos se abstengan
de toda acción hostil, y deberán abandonar la concesión de comisiones o
patentes de corso y las represalias, así como castigar a los ofensores
obligándoles a una reparación.
VII. Se enterrarán en el olvido, por ambas partes, todos
los agravios del pasado.
VIII. El rey de Gran Bretaña podrá conservar y disfrutar de
todos los territorios que posee en América.
IX. Los súbditos de cada una de las partes se abstendrán de
comerciar o navegar por espacios dominados por la otra sin licencia expresa.
XIV. Las ofensas entre particulares serán reparadas según
una legislación común, y no se tomarán represalias de no ser que les sea negada
la justicia o ésta se demore sin motivo.
Tan pronto como en las Antillas se tuvo noticia de este
tratado, los bucaneros, como de común acuerdo, resolvieron emprender una gran
expedición. Muchas circunstancias habían hecho que surgieran desavenencias
entre los bucaneros ingleses y franceses de las Antillas, pero la estima de
Morgan como comandante era tan alta que aventureros de todas partes
manifestaron su predisposición a unirse a él, y éste señaló Cabo Tiburón, al
oeste de La Española, como lugar de reunión general. A consecuencia de esta
alianza, a comienzos de diciembre de 1670, se reunía allí bajo su mando una
flota integrada por no menos de 37 naves de distinto tamaño que tripulaban unos
2000 hombres. Con tan importante ejército, celebró un consejo con los
principales comandantes y sometió a votación los distintos objetivos posibles –
Cartagena, Vera Cruz y Panamá-. Panamá fue considerado el más provechoso, y la
mala fortuna cayó sobre dicha ciudad…”
Condiciones
bucaneras de rendición a la ciudad de Cartagena de Indias…
“…El 16, el día siguiente al desembarco, se rendía el
fuerte de Boca Chica. Esto supuso un golpe de suerte inesperado que se debió en
buena parte a la diestra actuación de un pequeño grupo de bucaneros, que
incluso recibieron el elogio de M. de Pointis. <<Entre los líderes de
estos bucaneros puede haber alrededor de unos veinte hombres que se distinguen
por su coraje, y nunca ha sido mi intención atribuirles el mismo juicio que
hice de los demás.
De Pointis dirigió el asedio con diligencia y entusiasmo.
La Iglesia de Nuestra Señora de la Poupa fue tomada el 17, y el 3 de mayo la
ciudad claudicó. Los términos de la rendición fueron los siguientes:
-
Los mercaderes
presentarían sus libros de cuentas y entregarían todo su dinero y mercancías
destinadas a sus clientes.
-
Todos los habitantes
serían libres de abandonar la ciudad o permanecer en sus casas. Quienes
decidieran dejar la ciudad, tendrían antes que entregar todas sus propiedades a
los invasores. Los que decidieran quedarse, deberían declarar bajo juramento,
so pena de completa expropiación, el oro, la plata y las joyas que tuvieran en
su poder; y, con la condición de entregar la mitad de sus bienes, podrían
conservar el resto y ser después considerados como súbditos de Francia.
-
Las iglesias y otros
lugares sagrados serían respetados y protegidos.”
Libro apasionante e ideal
para marineros de agua dulce y tierras de secano, viajeros de mapas que gustan
de descubrir posicionamientos geográficos así como turistas que buscan rutas
cargadas de historias e historia.
Ideal para vigilias
nocturnas y para la suegra que comenzará a santiguarse y rezongar antes los
desmanes de unos hombres que hicieron del saqueo de posesiones españolas su
modo de vida, utilizados por los monarcas europeos a los intereses del momento
y la oportunidad perdida de haber creado un estado en América que no fue posible ante la ceguera provocada por
la codicia y el afán independiente de los bucaneros.
The Adversiter Chronicle, diario
dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
No hay comentarios:
Publicar un comentario