Suplemento literato cutre de The
Adversiter Chronicle
Autor: Michael Moritz
Editorial: Alba Editorial
Traducción: Amado Diéguez
Edición: Noviembre de 2011
Reciente por cuanto fue publicado el año pasado y de actualidad porque trata, aunque no aborda como era de esperar, sobre Steve Jobs, ya fallecido y padre de muchos de los dispositivos digitales que se han vuelto imprescindibles en la ciudadanía refalfiada y consumista del mercado global, no así de la aldea que aún quedan aldeanos indigentes para el consumo que pasan hambre, penalidades, torturas y guerras mercantiles cuando no religiosas, que tanto mata, mata tanto el consumista refalfiado que el aldeano encabronado.
Pero
más que una biografía de una persona determinada o de la propia Apple, es un
recorrido por el nacimiento, desarrollo y expansión de una empresa que hará las
delicias de estudiantes de empresariales, jovenzuelos no tan jóvenes de ideas
neo liberales y amantes de los USA que aspiran a que el espíritu emprendedor y
empresarial de los mismos calen en España y la Unión Europea…
Visto
como el ejemplo último del sueño americano, asistimos a la pérdida de
inocencia, hay que decir que el libro es tan sugestivo entre líneas como en las
líneas, del nacimiento de una nueva industria, un invento que cambió para
siempre el mundo y que quienes éramos mozalbetes con un ordenador en casa
soñamos alguna vez: la revolución informática al alcance del usuario. Leer el génesis
de cosas tales como BASIC, lenguaje ensamblador, interfaz… Es un jarro de agua
fresca que nos muestra las entre telas, el laboratorio y el corazón de lo que
entonces era una brisa de futuro que a veces olfateabas programando un juego o
una aplicación.
Para
el lector sin recuerdos de prehistoria informática, se trata de un ameno
recorrido por la creación de una empresa en un sector que entonces sólo era
vasallo de gobiernos y multinacionales, de ordenadores menos potentes que el
móvil de gama ultra baja que ahora disfrutamos y que ocupaban habitaciones
enteras. El brote de la miniaturización que permitió crear mini ordenadores y
la visión de dos jóvenes que soñaban con una comunidad mundial conectada a un
ordenador del tamaño de un libro: Jobs y Wozniak.
De
Michael Moritz, autor del libro, puedo deciros como es habitual lo que trae la
solapa:
Michael
Moritz es socio de Sequoia Capital, una de las primeras empresas de capital
riesgo que invirtió en Apple en los años setenta y la primera que visitó el
mítico garaje. Fue la última persona autorizada a asistir a las reuniones de
Apple y desde una posición privilegiada hila la historia de esta compañía a
través de la investigación minuciosa y de entrevistas con los personajes clave
que participaron en el nacimiento y los primeros años de Apple Computer. Moritz
es actualmente (2011) corresponsal de la revista Time.
Pero
lo mejor es dejaros breves retazos de la obra:
Stephen
Wozniak…
“Había un hombre que ofrecía lecciones a personas que
querían obtener licencias de radioaficionado. Cuando estaba en sexto, Stephen
Wozniak hizo el examen de operador, construyó un radio transmisor de cien
watios y empezó a emitir mensajes cifrados. En cierto momento, la electrónica y
la política entraron en contacto y cuando, en 1962, Richard Nixon se embarcó en
la carrera electoral para ser gobernador de california, Margaret Wozniak quiso
que su hijo le ofreciera el apoyo de todos los radioaficionados de la Serra
School de Cupertino. Aunque en sentido estricto era el único operador de la
escuela, Stephen respondió a la petición de su madre. Jovencito de incipiente
barba y rapado a cepillo, apareció en una fotografía de la primera página del
`San José Mercury” junto al futuro presidente.
A Wozniak ser radioaficionado le parecía más
entretenido cuando modificaba su transmisor para hablar con sus amigos.
Conectaba la radio a unos altavoces y enviaba mensajes en morse de una casa a
otra. Al poco descubrió que si hablaba directamente a los altavoces, sus amigos
podían oírle. <<NO sabíamos por qué –confesaría más tarde- , pero a
partir de ese momento nos comunicábamos unos con otros como por telefonillo…”
Steve
Jobs…
“… La misma maestra, Imogene Teddy Hill, evitó que su
alumno de nueve años (Steve Jobs) iniciara el camino de la perdición cuando lo
expulsaron por segunda vez por mal comportamiento. <<Comprendió la
situación de inmediato –recordaría Steve más tarde-. Me sobornó diciéndome:
`Quiero que termines tu cuaderno de ejercicios. Si lo haces, te doy cinco
dólares”.>> Steve consiguió completar el quinto curso y aunque sus
profesores sugirieron que pasara a secundaria y aprendiera otro idioma, el niño
se negó. El informe de sexto curso decía: <<Steve es un lector excelente,
pero pierde mucho tiempo en las clases de lectura. {…} Tiene grandes problemas
de motivación y no ve el propósito de esta asignatura. {…} A veces plantea
problemas de disciplina>>.
…Finalmente, Steve Jobs se cambió de colegio y se
matriculó en la Escuela Elemental de Crittenden, que congregaba a los niños de
familias de rentas bajas de Mountain View y tenía reputación de atraer a
rufianes y fomentar el gamberrismo. La policía local acudía con frecuencia a
disolver peleas y a apaciguar a niños que amenazaban a los profesores o querían
saltar por una ventana…”
Un
momento irrepetible en la historia y paradigma del sueño americano: la creación
de una empresa y un producto que cambiaron para siempre el devenir de la
Humanidad: el PC y el software que hace posible que nos comuniquemos en tiempo
real a lo largo de todo el planeta por medio de terminales de computador que
caben en el tamaño de un libro…
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
theadversiterchronicle@hotmail.es
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