en exclusiva para The Adversiter Chronicle
Cataluña: ¿Puede independizarse?
La
ciudadanía que aspira a la independencia de su comunidad autónoma del Estado
sólo debe exigir a sus gobernantes terruñeros activar el mecanismo que recoge
nuestro Derecho.
El
problema surge que en última instancia sería la ciudadanía del Estado quien votara
y no sólo la de la comunidad autónoma correspondiente…
Aunque
se escandalicen las personas de bien y las no tan bien se sorprendan de la
magnitud de la manifestación de la Diada,
sólo es la plasmación y representación de que estamos en un país democrático.
Que la gente acuda a manifestarse es lícito pero habría que preguntarse quiénes
son los causantes. Que CiU, partido de derechas burguesa, abrace tesis de
independencia de génesis marxista sólo produce una sensación de asco ante el
oportunismo y la demagogia de una formación que ha demostrado sobradamente su
capacidad de saber hacer política de consenso.
Pero a los demócratas también nos produce alarma y desazón ver como el nacionalismo español basa sus tesis en demonizar y vituperar a sus antagonistas, en realidad iguales pero con territorio demarcado.
España
y su ciudadanía deben salir de la siesta de la Transición y despertar en ell
sueño de la democracia para parar y exigir el fin de comportamientos inducidos
donde lo de menos es el sentir verdadero de la gente y el más el interés y
rédito político.
Amar
a España y ser patriota no es compatible con desear la eliminación del
contrario. Preguntarse si una manifestación a favor de una Cataluña donde
siempre estuvo, como parte de España, sería respetada por los independentistas
nos lleva a una respuesta conocida pero que no es real.
Históricamente
los artífices de la violencia nacionalista nunca se manchan las manos de sangre
y acaban siendo sátrapas del poder o en exilios dorados mientras las masas
lanzadas a la lucha sufren y pagan las consecuencias de un conflicto.
España
no son los Balcanes. Aquí no habría ejércitos territoriales y limpiezas étnicas
porque pese a que siempre andamos a hostias, al final todos nos sentimos parte
de algo…
Mas nunca
podemos pedir moderación y sentir democrático a los nacionalistas catalanes
cuando los nacionalistas españolistas de olor a sacristía y orden cuartelero se
erigen en defensores de España.
Si
quieren independencia los políticos catalanes que inicien el protocolo, pero
siempre tiene más réditos alimentar un conflicto inexistente que abordar con la
verdad a sus votantes, a fin de cuentas sólo hablan cada 4 años y el capital
financia campañas publicitarias a los partidos, tal vez el capital debería
plantearse dejar de financiar a quienes promueven el gañanismo y el garrulismo
terruñero creando y utilizando un sentimiento histórico que sólo existe en el
imaginario independentista, tan imaginario como el imaginario franquista que
algunos tratan de incrustar en la memoria colectiva.
País…Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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