Una sección de
El Bis en exclusiva para
The Adversiter Chronicle
LOST IN LOVE (1979)
Posiblemente
se trate del canto del cisne de la década de los 70´s y una de sus
más hermosas baladas, mítica como canción y un dúo adorado en el
mundo anglosajón si bien un tanto desconocidos en el orbe hispano.
Pero en 1979 cautivaron los tímpanos de medio mundo el dúo formado
por Graham Russel y Russel Hitchcock más conocidos como Air
Supply. Mezcla inglesa y
australiana con su propia leyenda de vicisitudes pese a tocar las
mieles del éxito, según narran las crónicas. La canción se hizo
popular en España gracias a su inclusión en uno de aquellos LP´s
recopilatorios que salían al inicio de cada temporada con éxitos
varios tanto patrios como éxitos en las listas estadounidenses...
La
canción es sencillamente sublime con los mejores ingredientes del
sonido de los 70´s, genuina en su sonido que trasciende el idioma en
que se canta. Una balada como mandaban los cánones y una
orquestación que mece la letra en los tímpanos y que te engancha
desde el inicio, tal vez la voz y tal vez en realidad el conjunto que
convierte a la canción en eterna. Un sonido que pasaría rápido al
tiempo pasado sepultado por ritmos tecnopoperos y cambios en las
pistas de baile donde las baladas acabarían siendo desterradas de
las mismas. La canción atrapa como el primer día si nunca la
escuchaste y nunca podrás ya olvidarla, muestra de la sensibilidad
que transmite y se transmitía en los conciertos de gira en el
público, y que sigue ocurriendo al escucharla de nuevas hoy en día.
Quería
poner el vídeo original con subtítulos en español y hube de
conformarme con subtítulos en inglés, tampoco es muy complicada y
se traduce bien con unos rudimentos de la lengua inglesa y de paso se
practica la comprensión de la misma. Coñas marineras aparte, el
vídeo es un exponente estético de los estertores de los 70´s y se
pueden visionar vídeos de sus giras a lo largo del tiempo. Hay que
ser muy bruto, las damiselas son más sensibles, para no apreciar la
canción por su valor musical y lo que representa de sonido de la
década que tocaba a su fin. No escuchar con desengaño amoroso
porque puede inducir a estados alterados de `momento plof´, pero
escuchada de vez en cuando logra una sensación onírica nada
despreciable, oiga.
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