Con
la colaboración del profesor T. A. Rambaina
en
exclusiva para The Adversiter
Chronicle
LA LATA DE ALBÓNDIGAS
Si
hay un alimento denostado y amado a partes iguales, sin duda la lata
de albóndigas que hoy traemos a MBC es uno de los más firmes
candidatos para serlo. Hay personas humanas que no las pueden ver
mientras que para otras forma parte de sus básicos a la hora de
cocinar...
-Llama
la atención que las generaciones digitales no lo contemplen en su
dieta y se consuma muy esporádicamente. Si analizamos la cuestión
podemos apreciar que son los progenitores quienes han creado el
problema y sin duda alguna el servicio militar obligatorio ha
contribuido a que unos sientan arcadas con sólo mencionarlas y los
otros se relaman de gusto. Todo ello es debido a que durante la mili
muchos soldados saciaron su hambre con albóndigas de lata y
transmitieron el amor a sus retoños mientras que se produjo el mismo
resultado a la inversa creando personas que odian las albóndigas y
sobre todo si son de lata, como puede apreciar es bastante simple:
una cuestión de educación gastronómica.
-¡No
sólo es un alimento completo sino que además beneficia a nuestro
bolsillo! Si son para un solo comensal la lata da para tres raciones;
si son varios cunde hasta cuatro comensales siempre que uno de los
mismos sea vegetariano, se puede darle los guisantes, y además
pueden combinarse piezas de albóndiga como acompañamiento para otro
plato y la salsa aprovecharla. Sin lugar a dudas, dentro del laterío,
es no sólo uno de los más completos sino además de los más
rentables. No olvidemos que además la lata es profusa en información
y si ya no nos alcanza para comprar el periódico constituye una
fuente de lectura al consumidor.
-Bueno,
pues catemos el enlatado manjar que en la foto luce apetitosamente
apetitoso, casi un néctar cárnico que... ¡Por los clavos de
Cristo! ¡Que hedor! ¡Es como abrir una sepultura redios! ¡Que
asco!
-¡Refalfies!
¡Refalfies de consumidor mal acostumbrado! ¡Ya le he dicho en
anteriores ocasiones que el contenido hay que verterlo rápido al
recipiente sin pararse a mirar y ponerse una pinza en la nariz si es
de olfato sensible! ¡No mire, hombre, no mire! Ya que pone el
ejemplo de la sepultura puedo decirle que igual que no asistimos a la
putrefacción de un cadáver pues igualmente no se mira la lata al
abrirla salvo que ya tenga experiencia. Fíjese en la abundancia de
salsa y guisantes así como el número de piezas, no se quede en el
olor que desprende al abrir el recipiente. Como siempre a fuego lento
meneando de vez en cuando y dar vueltas a las albóndigas. En caso de
micro ondas puede ser algo jodido ya que se quedan calientes por el
exterior pero interiormente estará frío y al contacto con el
paladar y debido a su textura en la lengua hará que inevitablemente
vomitemos.
-Están
muy ricas, en la marca elegida de muestra la relación
cantidad-precio es muy competitiva y si nos nos gustan por el trauma
transmitido por sus progenitores podemos dárselas a otro y nosotros
hacernos un buen chuletón que meternos entre pecho y espalda. Si
tenemos infancia en nuestro entorno podemos pasar inolvidables
momentos jugando al golf o el pin-pong una vez las albóndigas están
frías y en un momento dado tapar una intempestiva gotera hasta que
venga un profesional a reparar la misma. Es de evacuación cantarina
y aromática sin tendencia a ardores gástricos amén de...
-¡Ni
amén ni leches en vinagre! ¡Hala, espere que tiro esta bazofia a la
basura y nos vamos a zampar ese chuletón, profesor, vayámonos!
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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