The Adversiter Chronicle

jueves, 4 de agosto de 2016

"Butaca de patíbulo", suplemento cinematográfico cutre


Suplemento cinematográfico cutre de The Adversiter Chronicle

DARK BLUE (2003)
Hay actores y actrices que tienen el fervor incondicional del público y es lo que nos ocurre al equipo de cata cinematográfica con el Kurt Russel, un tipo que hace personajes duros pero atribulados por alguna razón y que siempre terminan redimiéndose de sus pecados. Además envejece bien y es grato verle en pantalla, confortable para la retina cinematográfica y aunque siempre haga el mismo personaje con las connotaciones propias de cada uno, acabas sucumbiendo y visionando la película.

En esta ocasión es cine policíaco, subgénero escuadrones de la muerte, de jefes superiores clasistas que utilizan a los policías e inspectores para hacer la justicia que ellos elaboran en sus clubs y reuniones sociales. De trato afable con los subordinados a los que reparten prebendas en forma de dinero extra que les hagan vivir la ilusión del sueño americano, pero jefes superiores que no dudan ni tiemblan si hay que reafirmar su autoridad y dejar claro que están un peldaño por encima de los hombres a sus órdenes.

El telón de fondo es la ciudad de Los Ángeles con los disturbios subsiguientes a la detención y aporreamiento el 3 de marzo de 1991 del afro americano Rodney King a manos de cuatro policías mientras eran grabados sin saberlo por la vídeo cámara de un ciudadano. Argumento de plena actualidad ahora que las ciudades de EEUU sufren uno de sus periódicos brotes de abusos de la policía a la minoría negra y las consiguientes manifestaciones de ciudadanía indignada por el trato policial.

La película, pese a que resulta predecible, permite lucirse a Kurt Russel que interpreta a
un policía cuyo padre y abuelo le precedieron entrar en la hermandad de soldados del escuadrón de la muerte del LAPD. Un inspector que cree en lo que hace, que es hacer justicia matar a quien su superior le ordena porque puede que el culpable lo sea, pero el inculpado es más dañino y depredador. Su vida familiar es una mierda con un hijo que le tiene miedo y una esposa que ya no está enamorada porque él dejó que se marchitara. Las arrugas del rostro le permiten sutiles movimientos de cejas y párpados que enriquecen la actuación aunque la película defraude por previsible.

Su compañero de tribulaciones en un cagón que se bloquea cuando hay que usar el arma y además sobrino del jefe superior de los inspectores y que determina quién debe ser eliminado. Scott Speedman se luce en su interpretación de un joven agente que se ve superado por las circunstancias. Que debe aparentar ser otro macho alfa duro de cojones cuando se reúnen los miembros del escuadrón de la muerte pero que no ve moralmente aceptable que sea correcto eliminar a un culpable de delitos pero inocente del delito por el cual va a ser ejecutado...

El jefe superior de todo el cotarro es un villano Brendan Gleeson que juega a dos bandas para enriquecerse ilícitamente y que no duda en sacrificar a sus subordinados con tal de salvar su corrompido culo. Alguien sin escrúpulos que ve al cuerpo de policía como el medio de saciar su codicia, en otra interpretación solvente y casi contundente de otro actor confortable al espectador y que nunca defrauda en su apariencia de rutina interpretativa porque logra de personajes simples y lineales en el guión dotarles de profundidad y los gestos faciales están al servicio de la interpretación.

Mas como siempre, pese a que el sistema puede tener fallos y corrupción en su seno, aparece el ciudadano que siempre vela, lucha y se sacrifica por corregir tales defectos. En esta ocasión el siempre agradable además de confortable al espectador de Ving Rhames cuyo personaje es uno de los jefes superiores del LAPD y que aspira a ser el primer Jefe de jefes del departamento de raza negra. Imbuido de gracia divina del Señor y ejemplo en su comunidad del sueño americano pese a los puteos de no ser de raza blanca, es puteado por el villano mandando fotos de su rollito con una sargento del departamento que a su vez y años después está con rollito de sexo químicamente puro con el compi de Kurt Russel contraviniendo las ordenanzas internas del departamento que prohíbe rollos sentimentales entre miembros y miembras del mismo...

Y es que esta historia dirigida por Ron Shelton resulta, como ya dijimos, previsible. Tal vez porque se han querido mostrar muchas cosas en poco tiempo y por tanto el guión parece constreñido al minutaje y aunque el director mantiene el pulso éste parece temblequear, sin llegar a esa sensación de que de repente todo se desarrolla en los veinte minutos finales. No se percibe del todo porque todo el elenco del reparto está profesional pero sí nos quedó esa sensación de que la película para ser no ya redonda sino un producto atractivo, podía dar más de sí pero se disfruta por el reparto.

Extrañaréis que no hablemos de las actrices, pero es que sus papeles, aunque vitales para comprender el drama general y particular de los personajes, salen lo imprescindible y nos quedamos con ganas perversas de saber si la sargento ha tenido más rollitos entre su rollito con el jefe afro americano y el pimpollo blanco novato y atribulado por remordimientos de conciencia...
Recomendable por ver al Kurt Russel pero flojita y casi ñoña para lo que es el subgénero.


The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

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