The Adversiter Chronicle

sábado, 22 de agosto de 2015

"TELEMIERDA INC.", suplemento televisivo cutre


Con la colaboración de Mars El Grouchu en exclusiva para The Adversiter Chronicle

SÁLVAME DELUX, EDICIÓN VERANO:
 La última aventura de alcoba de Paquirrín

Tocaba hacer artículo sobre la edición veraniega del formato de Sálvame Delux donde lo más interesante es la presentadora y que se emite también los sábados, aunque debo confesar que estaba esperando al fin del verano para escribirlo por cuanto los contenidos eran algo descafeinados hasta que el viernes 21 de agosto se trató el último ligue y folleteo de ese espécimen del famoseo que es el hijo de la Pantoja, y prematuramente fallecido en los ruedos, Paquirri.


De la presentadora María Patiño, esa turbadora de mentes de macho alfa, felicitarla por no tratar de imitar a quien sustituye y felicitar al realizador por esos planos de muslamen que alegran la triste existencia de pérdida de poder adquisitivo para fundir en farras de viernes noche. Cierto es que, según cómo esté de cansada por el trajín semanal, a medida que avanza la noche, noches para ser más exactos, se le va despeinando el cardado y empieza a patiñar como presentadora y los colaboradores tienden a desmadrarse, como cuando te tocaba ser delegado temporal por ausencia de la señorita en clase y te mandaba al encerado para apuntar a los alborotadores en su ausencia y el resto de la clase puteaba porque si no apuntabas tocaba castigo tras llegar la señorita y ver el alboroto y si apuntabas a alguien te esperaban empellones al terminar la clase.


Lo de emitirse además los sábados predispone a la saturación por parte del espectador aunque la maquina de triturar y exponer vergüenzas y mierdas ajenas proporciona el típico material intrascendente veraniego para rellenar contenidos aunque para audiencias de geriátricos suponga un estímulo. El único problema es que llegan a irritar los promocionales y ese quedar a medias para la noche siguiente que termina cansando, reitero, al espectador que busca entretenerse mirando la pequeña pantalla...
Pero el pasado viernes la cosa prometía con la última aventura de alcoba de Paquirrín cuyas andanzas inducen a pensar que, de vivir su progenitor, hace tiempo le hubiera aplicado un severo correctivo por su capacidad de hacer el canelo y ser carne de cotilleos.


Paquirrín es un, ya no tanto, joven de su tiempo, libre la sociedad del control eclesiástico
y de la liberación de las féminas en el sentido de que al igual que los machos alfa son tildados de machotes y viriles por cepillarse a cuantas mujeres se pusieran a tiro, sin pagar, ahora las mujeres no son tildadas de putas por satisfacer sus deseos aunque en la realidad se siga haciendo subliminalmente como es el caso de Olvido Hormigos, pero ahora la juventud tiene los roneos, tirar los tejos y coquetear sin despreciar la posibilidad de echar un polvo deportivo sin profundas implicaciones sentimentales; tener un folla amigo u folla amiga, conocer a alguien el fin de semana y aunque se tenga pareja echar un polvo deportivo con reciprocidad por parte de la misma; y finalmente ligar por medio de cachivaches digitales donde el polvo deportivo queda en la intimidad de la pareja digital.


Pero el caso de Paquirrín es algo que se estudiará en el futuro como el fenómeno de la canción del verano o los chorizos que esquilmaron caudales públicos. Por una parte su estética que para el común de los mortales sería un lastre a la hora de comerse un rosco pero que por algún extraño arcano él
cree que liga por su encanto, su gracejo y su abierta forma de ser cuando lleva desde que nació bajo los focos y debería estar ya vacunado de la indiscreción y de ir dejando rastros de sus rollos erótico festivos, más que nada porque repite comportamientos cuando se supone que ya tiene parienta y además espera un bebé de sus partes.


Por otra parte su capacidad de elegir chonis, cazadoras de fortuna de ámbito nocturno cuando no la simple ansia de conocer un famoso que juega a la seducción por medio de mensajes en el móvil y que termina en la alcoba pero por predisposición de la fémina aunque el muy canelo se crea que es por su encanto para excitar la libido de las chicas y mujeres que le conceden ser follado por ellas.


Aún así, nada anormal o que sea digno de reprobación más allá de ver un comportamiento tardo adolescente de un adulto que ya es padre y volverá a serlo, destilando un machismo vestido de modernidad que se delata en su comportamiento con las féminas una vez saciada la curiosidad erótico festiva y sobre todo con las madres de sus retoños. Posiblemente sea un efecto colateral inevitable a toda modernidad, pero delata una falta de educación y preparación para la edad adulta y que se refleja tanto en sus vestimentas y pintas como en frases a los periodistas cuando le preguntan.


Llama también la atención desde un punto de vista de psicología de primates evolucionados a humanos su desfachatez en negar la mayor pese a las pruebas de mensajes y fotos para acabar denigrando a la fémina de turno con frases tipo: tengo mejor gusto que eso. Choca que en estos tiempos modernos, y dado el volumen de pruebas que va dejando de sus infidelidades a su parienta del momento, que encima niegue la mayor y se asesore de picapleitos.


Posiblemente si no fuera tan machista ninguna de sus conquistas de alcoba para sexo
deportivo se fuera de la lengua y contara sus intimidades como tirarse pedos sin recato, que tiene un fuerte olor corporal que precisa de más aseo diario, que es un tipo pasivo que se limita a tumbarse y que le cabalguen encima o que sus capacidades sexuales culminen nunca más tarde de diez minutos, no lo digo con recochineo o por envidia de macho alfa que debe contentarse con fantasías onanistas al término del programa pensando en los muslos de presentadora y colaboradoras fusionados en la fantasía solitaria con el pechamen de alguna de las invitadas al plató, es que la chica de turno a la pregunta de cuánto tardaba Paquirrín en tener un orgasmo dijo, y cito textualmente: no sé si tres, siete o diez minutos, resultando evidente que a los once no suele llegar y es un testimonio que coincide con otros de otras que pasaron por su lecho.


¿Mal de la modernidad inherente a todas las modernidades que han sido y serán? ¿Un cretino que vive bien y que no se entera de que no despierta el deseo por su físico? ¿Un juglar digital que se cree Casanova y sabedor de sus carencias estéticas utiliza el truco de la escritura?


Preguntas todas ellas de difícil respuesta pero que llevan a una sola conclusión: no se entera de que por ser el hijo de quien es en realidad se lo follan a él y luego se gana un dinerillo contando los detalles del folleteo. Alguien debería decirle, no su representante que utiliza el viejo ardid de decirle a la elegida para el folleteo que hacía tiempo que no se colgaba así de una chica esporádica, que se deje ya de hacer el canelo, que sólo que una mujer se enamore de él le librará de que se aprovechen de lo canelo que es y que nunca debe despreciarse a otro ser humano por haber tenido relaciones sexuales clandestinas y para tapar el pecado de la infidelidad sencillamente mentir alegando que no las conoce o que sólo son busconas según sus baremos machistas.


Como espectáculo lobotomizante de masas es sensacional este personaje, a las marujas para seguir comprobando que los hombres piensan con la polla y nos se nos puede contar ni que han soñado con uno porque tarde o temprano lo utilizamos para imponernos y a los machos alfa pues nos despierta envidia y un gran recochineo con el tema de sus pedos, sus maneras de picha floja en el arte sexual y el morbo de alguna de las chonis que le permiten sexo deportivo...

Macedonia, que es Europa, no permite entrar a quienes huyen de la guerra y la miseria pero lo importante es que haya mujeres que permitan a Paquirrín entrar en su alcoba para luego permitirnos entrar a conocer los detalles...
¿O no?


The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

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