Unas memorias de Antón
Rendueles en exclusiva para The
Adversiter Chronicle
EL
KIOSKO DEL MERCADO DE SAN AGUSTÍN
Cuando era niño los kioskos eran parte fundamental de
mi universo y el de mis amigos o compañeros de colegio. Era la
iniciación al consumo, a pedir pesetas para gastarlas en los
múltiples productos que la oferta para infantes tenía entonces el
mercado: regaliz, caramelos de selz, pipas, cromos, tebeos...
Los kioskos eran un lugar fascinante y tuve la suerte de
disfrutar de los entresijos, y sobre todo de lectura gratis, de uno
de ellos. Estaba en lo que entonces era el mercado cubierto de san
Agustín, en su exterior había un andén donde los autobuses traían
y llevaban gentes y productos de los alrededores de la ciudad,
lindando con el Náutico a dos pasos de la playa...
Mi abuela era la reina de la tortilla en la pequeña
cantina que regentaba mi abuelo, mis padres tenían un puesto y
abandoné la infancia para entrar en la adolescencia entre ajetreos
de mercado, olores mezclados de fruta, licores, carne y pescado
fresco; el silencio del cierre con las persianas bajadas y
mostradores vacíos...
Y el kiosko.
Lo llevaba un tipo postrado como yo ahora en silla de
ruedas. Contaba la leyenda urbana que se había lesionado la espina
dorsal por saltar desde el alto al agua en el muro de la playa.
Enseguida congeniamos y entre pitos y flautas terminé un verano
ayudándole cuando su mujer no estaba a colocar y reponer mercancía,
y con esa escusa me pasaba el día sentado en una silla leyendo los
últimos números recién distribuidos de mis tebeos favoritos,
descubriendo el cómic que hablaba de un futuro en otras sociedades y
otras tierras separadas entre sí por estrellas, de porno semi oculto
visto de reojo con sagaz curiosidad, del olor de los dulces mezclados
y de ver que era una persona invalidada parcialmente, minusválida
como yo ahora...
Quiero hacer memoria pero no recuerdo su nombre y tengo
miedo a escribir el que creo
que era por temor a equivocarme, triste
clavo en el ataúd del olvido pero no en mi recuerdo aunque la
memoria falle. Ayer me trasladaron al médico y pasé por el viejo
mercado reconvertido en centro comercial sin andenes donde se vendían
melones en temporada, sin la cantina donde mi abuela era la reina de
la tortilla, de ir al kiosko...
Antón Rendueles
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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