Suplemento
literato cutre de The Adversiter
Chronicle
Autor: Kevin McKiernan
Editorial: BELACQVA
Traducción: Ana Herrera
Edición: Primera edición, mayo 2007
Vuelven
a nuestras pantallas de televisión imágenes en los noticieros de
luchadores kurdos combatiendo al Estado Islámico siendo pertrechados
por la OTAN pero posiblemente no seamos conscientes de su
significado...
Pueblo
atrapado entre las fronteras trazadas por el colonialismo siendo
minorías en los países de Siria, Iraq, Turquía e Irán que siempre
sueña con tener su propio Estado y que siempre ha sido dividido a
merced de los intereses de turno, masacrado, gaseado, tildados de
terroristas y por último aliados sobre el terreno de las tropas
estadounidenses, que no termina de reconocerles como pueblo con
derecho a tener su propio país, en las Guerras Bushianas donde
lograron mientras Iraq se sumergía en la violenta era post Sadam,
una autonomía con burocracia y simbología de país...
Kevin
McKiernan ha sido corresponsal de guerra durante más de treinta
años. Cubrió la guerra de Iraq para la cadena televisiva
norteamericana ABC News
tanto en zonas kurdas
como árabes. Ha publicado artículos y fotografías sobre los kurdos
en Los Angeles Times,
The New York Times,
Newsweek Time
y otras prestigiosas publicaciones.
Datos
de 2007 y sacados como siempre de la contraportada para ya sin más
dejaros unos breves pasajes que os inciten a su lectura:
Un
pueblo a descubrir...
“A
medida que los kurdos emergían de las sombras del tiempo y yo iba
desvelando las
múltiples capas de su historia, llegué a darme
cuenta de dos hechos capitales. Empecé a comprender que la represión
local de los kurdos en Oriente Medio se había llevado a cabo (y se
seguía llevando a cabo) con la ayuda internacional, sobre todo
mediante el suministro de armas, y que los juicios por crímenes de
guerra de individuos como el `Carnicero de Bagdad´ no serían más
que una simple venganza si se ignoraban las lecciones más
importantes que nos proporcionaba esa connivencia. El otro hecho que
comprendí fue la extraordinaria relevancia de la historia
`norteamericana´, un paralelismo que gradualmente fue iluminando
cada sucesivo viaje. A medida que me adentraba más y más en el
Kurdistán, me sorprendía el hecho de que la historia kurda
reflejase aspectos clave del conflicto sobre la tierra, el lenguaje y
la identidad que yo había encontrado en mi propio país, cuando era
un joven reportero norteamericano en Territorio Indio.”
El
`Guernika´ kurdo...
“Por
entonces ya se hallaba (1937) en marcha una guerra entre mil
quinientos guerrilleros kurdos y cincuenta mil soldados turcos. El
levantamiento, que duró más de un año, fue aplastado con la ayuda
de aviones de guerra, gas venenoso y artillería pesada. Miles de
hogares kurdos fueron quemados, se despoblaron permanentemente muchos
pueblos, y los civiles fueron masacrados. Centenares de kurdos
escondidos en cuevas o graneros fueron quemados vivos por el
ejército. Llegaron noticias de suicidios colectivos de kurdos,
huidas trágicas de los soldados en pleno pillaje. A los observadores
militares extranjeros no se les permitió presenciar las acciones del
gobierno, pero un documento del ejército turco contabilizaba a casi
ocho mil residentes de Dersim muertos sólo en los últimos meses de
1938. Más de un millón de kurdos quedaron desplazados por el
conflicto. La estimación del número de kurdos muertos en Dersim
entre 1937 y 1938 se eleva a veinte mil.”
Época
dorada de los kurdos tras la primera guerra bushiana en 1991...
“La
moral entre las bases kurdas era menos elevada que entre los líderes.
Una razón
primordial para aquella ambivalencia al respecto de la
guerra era el temor a dañar la economía emergente. En otoño de
2002, las tiendas kurdas estaban llenas de chocolate suizo,
salchichas alemanas, cerveza holandesa y otros artículos de
importación. Aunque el acceso a Internet estaba prohibido en el
resto de Iraq, había docenas de cibercafés abiertos y en pleno
funcionamiento en el Kurdistán. Abundaban las tiendas de alquiler de
vídeos y DVD. Las pizzerías estaban decoradas con carteles de
Domino´s, que sus propietarios habían conseguido en sus viajes a
Estados Unidos y Canadá. Las tiendas vendían pizza kurda (de pollo
y olivas) y los negocios florecían. Los kurdos tenían incluso su
propia refinería de petróleo. Todavía dependían del petróleo
iraquí e iraní para el grueso de sus necesidades, pero la
refinería, la única del país que no estaba bajo control del
régimen, simbolizaba una creciente independencia.”
Riesgos
del oficio en plena invasión de Iraq en 2003...
“Pocos
kilómetros al norte de Tikrit nos detuvieron en la carretera unos
hombres armados y vestidos con unos dishdashas que les llegaban a los
tobillos. Eran suníes, presumiblemente lealistas a Sadam, y se
pusieron muy furiosos cuando vieron mi cámara. Un adolescente con
una sudadera de un equipo de fútbol metió el rifle por mi
ventanilla, me exigió mis credenciales de prensa y me advirtió de
que no filmara. Al cabo de unos minutos nos dejaron pasar. Un
kilómetro y medio más allá, centenares de árabes más bloquearon
la carretera. El aparato reproductor de cintas de nuestro coche
emitía música kurda. Jaff lo apagó.”
Testigo
de los gaseamientos a poblaciones kurdas en 1988 por parte de
Sadam...
“El
único testigo militar del bombardeo de Halabja que conocí fue un
hombre llamado
Qasem Husein Mohamed, un agente doble iraquí a quien
entrevisté en una prisión kurda en 2002. Decía que era oficial
,militar iraquí en el momento del ataque aéreo, y que había
observado los acontecimientos desde una colina que dominaba la
ciudad. Justo antes de que apareciesen los aviones, me dijo Mohamed,
oyó tres palabras en la radio: ¨¡Gas! ¡Gas! ¡Gas!¨. Él y sus
hombres de inmediato se pusieron las caretas protectoras. Después
del ataque, otra transmisión de radio dio la señal de que ya era
seguro quitarse las máscaras. Aquel día, la contraseña para
indicar `todo en orden´, observó, de forma escalofriante, era
salam, la palabra árabe que significa `paz´.”
Recomendable a curiosos de la actualidad, amantes de la histeria de la historia, servicios nocturnos tranquilos, convalecencias reposadas y a la suegra que nos hará pasar unas risas mientras se escandaliza de leer sobre el infiel y esquivamos ágilmente el gaznate cuando nos lo arroje a la cabeza con cristiana ira...
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Lectura
apasionante para acercarse a la historia más inmediata de un pueblo
atrapado entre fronteras y al que occidente utiliza una vez más
mientras los gobiernos de los países donde habitan tratan de
quitarles el pan y la sal, las armas y el apoyo logístico mientras
combaten pos su propia supervivencia como es el caso de Turquía y
antes Siria, Iraq e Irán... Con un estilo ágil y documental por
parte del autor que nos sumerge en la realidad de Oriente Medio...
¿Podrán
ver cumplidos por fin sus anhelos de un Kurdistán que aporte
estabilidad a la gasolinera del mundo?
Recomendable a curiosos de la actualidad, amantes de la histeria de la historia, servicios nocturnos tranquilos, convalecencias reposadas y a la suegra que nos hará pasar unas risas mientras se escandaliza de leer sobre el infiel y esquivamos ágilmente el gaznate cuando nos lo arroje a la cabeza con cristiana ira...
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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