Miércoles de fin de agosto, víspera del septiembre angosto
entre brumas y rayos de sol de un verano que va pasando y queda en el recuerdo
como un verso, un poema… Unas letras…
Sin título*
Ellas descansan nadando entre ligeras notas de recuerdos
enterrados por un fresco y repentino soplo de viento a finales de verano.Él lucha por un resurgir menos vigoroso pero distinto y espléndido a través de las paredes de los bosques interiores.
Las islas aguardan en sus escondites semillas que solo florecerán cuando la providencia lo crea oportuno.
El sol sale siempre por el mismo lado y solo él puede traspasar entre las hojas de los árboles cuyas hojas caídas recuerdan el llanto en otoño.
La niebla trae humedades en el infinito que aprisionan las señales que él sabe bien que se disiparán al amanecer y por eso, no teme nada en absoluto pues es el centro del universo ,antaño considerado como Dios todopoderoso.
Y a pesar de la distancia, ellas saben que siempre les dará el calor que necesitan para que florezcan justo cuando sea el momento de candores y sin osadía, el agua es éxtasis entre sublimes parajes, río de esperanzas que armoniza con su frescor, y, deposita elogios de un tesoro, rocío que desvanecerá tan pronto acaricie el alma de las flores.
Gabrielle
*publicado con autorización de la autora
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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