Suplemento televisivo cutre de The
Adversiter Chronicle
Belén Esteban pierde
su inmunidad como Princesa del Pueblo
Aupada a la popularidad de las clases
sociales enganchadas a “TELEMIERDA INC.”
Y utilizada primero y contratada luego por los programas de mierda rosa, logró ser conocida, al menos de nombre y
vicisitudes pre y post preñez, comenzó a forjarse la Belén Esteban televisiva.
La chica de vida dura y difícil de barrio de clase obrera comenzó a sufrir una
transformación ante las cámaras que posiblemente ya se haya instalado como
personalidad dominante en su ámbito doméstico y particular. Operaciones de
cirugía estética que han convertido su rostro en un símil de cara de besugo
fresco en la pescadería colocado en el mostrador con hojas de lechuga y a medio
camino de arrimar los morros a un cristal donde se sigue pareciendo a un pez
pegado al cristal de la pecera; una fijación obsesivo compulsiva por verse en
los monitores del plató logrando el efecto de que hable a los espectadores que
ven y ella no, que se nota que se mira; un vocabulario popular que logró enganchar
a marujas y marujos televidentes y ese aire chulesco de chica mala, lograba
disimular que la única razón de que se convirtiera en animal televisivo era su
cercanía al clan de los Janeiro, pero la pobre Belén se llegó a creer
tertuliana de programas del corazón…
Con esa prudencia que hemos sentido todos en un trabajo cuando empezamos
y vemos a alguien inútil para la labor a desempeñar pero que tiene “contactos”
con la jefatura, sus compañeros tertulianos le soportaban lloros, salidas de
tono y de tonalidad, su verborrea dando por primicias lo que todos sabían y
sobre todo ese aire chulesco y de torería a la hora de levantarse de la mesa y
arrastrar sus huesos por el plató. Todo ello dio a Belén Esteban su estatus de
intocable y consentida…
Desde la desgraciada presentadora de 1, 2,3… contacto hasta Belén Esteban y
pasando por la mítica La veneno, periódicamente
la televisión ha usado, creado, magnificado y por último dejar tiradas a muchas
de sus estrellas de efímero paso pero fulgor brillante como el alma de un Nexus 6 a punto de morir y ser lágrima
en la lluvia…
Belén Esteban ha visto alterada su
existencia desde el mismo momento en que fue captada para ser la supuesta
princesa del pueblo dejando de ser una paleta de barrio. Su vida privada pasó a
ser tema de ámbito de interés estratégico nacional en una aberrante deformación
del cualquiera puede ser presidente por el más ibérico del cualquiera puede ser famoso.
Casi incontables las ocasiones en que
ella misma se metió en berenjenales por defender su derecho a la intimidad en
lloronas sesiones, nadie osaba abofetearla directamente y sus compis le hacían
loas alabando su honestidad televisiva y mierdas semejantes.
Belén, cuyo ocaso ha empezado y es
alguien que igual que despierta pasiones, despierta odios, ha cavado su propia
tumba por hacer una chiquillada. Cuando se vea relegada del prime time primero
hasta que llegue a ser sólo el polvo de una estrella taurina, es muy probable
que precise de tratamiento psiquiátrico.
Y no lo decimos por vejarla o denigrarla,
todo lo contrario. La televisión no ha sido para Belén Esteban un profesor
Higgins que la hiciera superarse a todos los niveles. La televisión ha dejado
que las carencias de una persona de pocos recursos oratorios se magnificaran
como virtudes logrando que ella misma se crea su personaje.
Belén siempre enarbola la bandera de
la naturalidad y ser ella misma, falso. Belén Esteban es el alma inocente que
por pasar por una vicisitud por el que pasan miles de mujeres en el mundo, un
embarazo , se vio envuelta en un torbellino: Primero irse a vivir inocentona a
un cortijo de intereses mercantiles, movidas familiares e ignorancia
empresarial del clan Janeiro, era la nuera no deseada con la que todos podemos
identificarnos; en segundo lugar le ofrecen un escenario donde la aplauden por
ser como es cuando en realidad nadie se atrevía a agredirla con ferocidad
dialéctica por el supuesto poder que tiene televisivamente hablando; por último
y no por ello menos importante, ella misma se lo creyó, le gusta verse y piensa
que es la princesa del pueblo…
Dentro de 20 años, una demacrada
Belén se paseará por el remake de la Terelu del programa de su madre Que tiempo tan feliz que posiblemente
haga que nuestro anciano ritmo cardiaco aumente sus pulsaciones provocándonos
una muerte súbita, pero al menos habremos vivido.
Porque el drama de Belén Esteban es
que no vive lo que cree vivir: es una vida que pivota sobre su faceta
televisiva, tan efímero como apretar el botón de apagado del televisor…
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
theadversiterchronicle@hotmail.es
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