The Adversiter Chronicle

martes, 7 de agosto de 2012

TELEMIERDA INC.", suplemento televisivo cutre


Suplemento televisivo cutre de The Adversiter Chronicle



Belén Esteban pierde su inmunidad como Princesa del Pueblo

 Si algo faltaba para llegar a ser la mejor candidata al dial Tele5 de emitir mejor mierda televisiva en la edición veraniega de Sálvame, el lunes 6 de agosto de 2012 puso la guinda al pastel al llegar a su paroxismo un personaje fruto e insignia de emitir mierda televisiva: la Belén Esteban, alias “Jesulina”.

 Belén Esteban alcanzó la fama por ser preñada por el torero Jesulín, un macho alfa curioso desde un punto de vista fornicador ya que pudiendo pasarse por la piedra a un montón de féminas siempre parecía escoger a la más fea.

Aupada a la popularidad de las clases sociales enganchadas a “TELEMIERDA INC.”  Y utilizada primero y contratada luego por los programas de mierda rosa,  logró ser conocida, al menos de nombre y vicisitudes pre y post preñez, comenzó a forjarse la Belén Esteban televisiva. La chica de vida dura y difícil de barrio de clase obrera comenzó a sufrir una transformación ante las cámaras que posiblemente ya se haya instalado como personalidad dominante en su ámbito doméstico y particular. Operaciones de cirugía estética que han convertido su rostro en un símil de cara de besugo fresco en la pescadería colocado en el mostrador con hojas de lechuga y a medio camino de arrimar los morros a un cristal donde se sigue pareciendo a un pez pegado al cristal de la pecera; una fijación obsesivo compulsiva por verse en los monitores del plató logrando el efecto de que hable a los espectadores que ven y ella no, que se nota que se mira; un vocabulario popular  que logró enganchar a marujas y marujos televidentes y ese aire chulesco de chica mala, lograba disimular que la única razón de que se convirtiera en animal televisivo era su cercanía al clan de los Janeiro, pero la pobre Belén se llegó a creer tertuliana de programas del corazón…

 Ya en su etapa como comentarista en Sálvame, donde fue investida de subdirectora teniendo jerárquicamente encima sólo a Jorge Javier, falacia estúpida que sólo una persona de alma inocente pese a su carcasa exterior podría tragarse como cierta, hizo que a medida que pasaban los programas la pobre Belén se creyera alguien capacitado para opinar y además sentar cátedra en sus intervenciones.

Con esa prudencia que hemos  sentido todos en un trabajo cuando empezamos y vemos a alguien inútil para la labor a desempeñar pero que tiene “contactos” con la jefatura, sus compañeros tertulianos le soportaban lloros, salidas de tono y de tonalidad, su verborrea dando por primicias lo que todos sabían y sobre todo ese aire chulesco y de torería a la hora de levantarse de la mesa y arrastrar sus huesos por el plató. Todo ello dio a Belén Esteban su estatus de intocable y consentida…

 Pero el lunes todo cambió. La causa es lo de menos, dimes y diretes de patio de colegio entre repetidores tres cursos mayores que terminan por enfrentar a los miembros de la pandilla, en este caso unas palabras que Belén puso en manos de ese otro espécimen curioso desde un punto de vista tribal que es la ex mujer de Manolo Santana aderezado todo ello con acusaciones sobre el marido de Carmele Marchante, supuesto ladrón a su propia esposa.

 Belén que llegó al plató dispuesta al enfrentamiento con su repertorio habitual de mohines, movimientos de bótox en su anatomía facial y los aires chulescos de ofendida, se encontró a una ex de Santana con argumentos sólidos y hubo de recular viendo la mierda que se le venía encima pidiendo disculpas por haber tendido una trampa utilizando a sus compañeros, y hasta entonces amigos entre comillas, de programa.

 Por supuesto que dentro del universo este asunto de la Belén es pura mierda, por eso la traemos habitualmente al suplemento, pero supone un punto de inflexión que lleva a reflexionar sobre el tema de la televisión y sus juguetes rotos.

Desde la desgraciada presentadora de 1, 2,3… contacto hasta Belén Esteban y pasando por la mítica La veneno, periódicamente la televisión ha usado, creado, magnificado y por último dejar tiradas a muchas de sus estrellas de efímero paso pero fulgor brillante como el alma de un Nexus 6 a punto de morir y ser lágrima en la lluvia…


Belén Esteban ha visto alterada su existencia desde el mismo momento en que fue captada para ser la supuesta princesa del pueblo dejando de ser una paleta de barrio. Su vida privada pasó a ser tema de ámbito de interés estratégico nacional en una aberrante deformación del cualquiera puede ser presidente  por el más ibérico del cualquiera puede ser famoso.

Casi incontables las ocasiones en que ella misma se metió en berenjenales por defender su derecho a la intimidad en lloronas sesiones, nadie osaba abofetearla directamente y sus compis le hacían loas alabando su honestidad televisiva y mierdas semejantes.

Belén, cuyo ocaso ha empezado y es alguien que igual que despierta pasiones, despierta odios, ha cavado su propia tumba por hacer una chiquillada. Cuando se vea relegada del prime time primero hasta que llegue a ser sólo el polvo de una estrella taurina, es muy probable que precise de tratamiento psiquiátrico.

Y no lo decimos por vejarla o denigrarla, todo lo contrario. La televisión no ha sido para Belén Esteban un profesor Higgins que la hiciera superarse a todos los niveles. La televisión ha dejado que las carencias de una persona de pocos recursos oratorios se magnificaran como virtudes logrando que ella misma se crea su personaje.

Belén siempre enarbola la bandera de la naturalidad y ser ella misma, falso. Belén Esteban es el alma inocente que por pasar por una vicisitud por el que pasan miles de mujeres en el mundo, un embarazo , se vio envuelta en un torbellino: Primero irse a vivir inocentona a un cortijo de intereses mercantiles, movidas familiares e ignorancia empresarial del clan Janeiro, era la nuera no deseada con la que todos podemos identificarnos; en segundo lugar le ofrecen un escenario donde la aplauden por ser como es cuando en realidad nadie se atrevía a agredirla con ferocidad dialéctica por el supuesto poder que tiene televisivamente hablando; por último y no por ello menos importante, ella misma se lo creyó, le gusta verse y piensa que es la princesa del pueblo…

 Cuento de hadas y fregonas donde Cenicienta es un alma atrapada para siempre en un espejo de las vanidades en que se han convertido los programas de tertulias, ya sean de asuntos rosa o de asuntos económicos, Belén Esteban ha perdido su inmunidad.

Dentro de 20 años, una demacrada Belén se paseará por el remake de la Terelu del programa de su madre Que tiempo tan feliz que posiblemente haga que nuestro anciano ritmo cardiaco aumente sus pulsaciones provocándonos una muerte súbita, pero al menos habremos vivido.

Porque el drama de Belén Esteban es que no vive lo que cree vivir: es una vida que pivota sobre su faceta televisiva, tan efímero como apretar el botón de apagado del televisor…

 ¿Pero mierda? ¡Mierda televisiva de primera, insuperable!

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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