Suplemento
literato cutre de The
Adversiter Chronicle
Autor: Andrei Sajarov
Editorial: Círculo de Lectores
Traducción: María Elena Aparicio Aldazábal
Edición:
1992
Corren
los 50´s y el mundo está en plena Guerra Fría, pero esta vez no
veremos la perspectiva desde el lado capitalista, viajamos a la URSS,
a las memorias de un ciudadano soviético que es ni más ni menos que
el padre de la bomba termonuclear soviética. Trabaja convencido en
el sistema, vive rodeado de privilegios como académico que carecen
la mayoría de ciudadanos de la URSS y su imperio comunista mas al
realizar cálculos se percata de que las simples pruebas atmosféricas
ya serán la causa de la muerte de cientos de miles de vidas de seres
humanos, sólo con las pruebas atmosféricas...
Es
un libro áspero para el lector de hoy en día que debe recurrir a
imágenes de Corea del Norte pero sin olvidarse de los paraísos
bolivarianos, Cuba y, seguramente Sajarov seguiría en las
barricadas, la neo imperial Rusia de Putin, un hijo del sistema
soviético. Sus memorias, que hará las delicias de físicos
aficionados, son un viaje a un sistema cerrado que pregonaba la
armonía en el exterior y utilizaba la fuerza para aplacar
disidencias. Clientelismo, poder sin escrúpulos y un férreo control
interno por parte de la KGB, condenaron a pacifistas, reformadores y
disidentes al universo del Gulag, los hospitales psiquiátricos y el
destierro. También comprobar que los métodos de la KGB, chuscos y
cutres visto ahora pero efectivos en su época, siguen
utilizándose...
Andrei
Sajarov nació en Moscú en 1921. Inició su carrera científica en
una fábrica de armamento durante la Segunda Guerra Mundial. Tras sus
primeros trabajos teóricos importantes, en 1948 fue destinado a un
centro de investigaciones secreto, donde contribuyó decisivamente en
la creación de la bomba H soviética. Designado miembro de la
Academia de Ciencias, recibió los máximos honores oficiales. Por
esta época advirtió de los peligros de la energía nuclear y se
convirtió en un apasionado defensor de la distensión y la paz. Su
artículo Reflexiones
sobre el progreso, la coexistencia pacífica y la libertad
intelectual (1968)
provocó la indignación oficial y en la prensa se inició una
intensa campaña de descrédito de su persona. Sajarov se relacionó
con los círculos de la disidencia y se erigió en adalid de los
derechos humanos y las libertades. En 1975 le fue concedido el Premio
Nobel de la Paz. A causa de su firme oposición a la guerra de
Afganistán, en 1980 fue privado de sus condecoraciones y confinado
en Gorki, donde permaneció aislado del mundo hasta que en 1986 el
presidente Gorbachov les restituyó la libertad. Durante los últimos
años de su vida llevó a cabo una firme lucha en favor de la
democratización de su país y fue elegido diputado. Murió en
diciembre de 1989 en Moscú.
Por
una vez abundantes datos en la contraportada y sin más unas breves
reseñas que os inciten a descubrir a Andrei Dimitrievitch Sajarov:
La
escuela...
"No
tuve problemas con mis estudios en la escuela, pero no hice amigos;
por el mismo motivo, tampoco me creé enemigos. Recuerdo haber tenido
problemas en mis clases de carpintería: nunca he sido muy habilidoso
con las manos. Durante una de mis primeras clases prácticas, un par
de chicos más mayores decidieron comprobar si yo era un llorón o
no, y me metieron los dedos en un torno de banco. De alguna manera,
conseguí aguantarme las lágrimas, y la siguiente vez, uno de los
chicos se ofreció a ayudarme con mis labores de carpintería: yo lo
estaba pasando fatal para construir una banqueta. A principios de
1934, mis padres decidieron que ya había perdido bastante tiempo y
me sacaron de la escuela. Se las arreglaron para crear un curso
puente que englobase el quinto y sexto curso de modo que pudiese
pasar los exámenes y ser aceptado en séptimo curso. Este periodo de
estudio intensivo tuvo gran importancia en mi desarrollo
intelectual.”
Probando
la bomba H...
“La
tensión aumentó en la Instalación al acercarse la fecha de la
prueba. En el verano de 1952, si la memoria no me falla, tuvimos
problemas para fabricar un material en particular que necesitábamos
para el ingenio. Nicolai Pavlov, un coronel (o tal vez posiblemente
general) de la KGB y oficial del Primer Directorio General, era el
encargado de su producción. Había que tomar una determinación: el
método antiguo utilizaba una factoría que se había construido con
otro propósito, mientras que la alternativa requería una nueva
factoría de diseño especial para aprovechar una tecnología nueva y
mucho más prometedora. Pavlov, en un intento de jugar sobre seguro o
de economizar utilizando la factoría existente, decidió ambos
métodos, pese a lo cual no fue capaz de conseguir la producción
planificada. Alguien planteó esta cuestión en una conferencia a la
que asistí. Beria, aparentemente informado del tema por anticipado,
se levantó y dijo algo así: ^Cuando los bolcheviques queremos hacer
algo, cerramos los ojos ante todo lo demás (Beria entornó los ojos
con lo que su rostro era todavía más atemorizante). Pavlov, ha
perdido usted su empuje bolchevique. No le vamos a castigar ahora y
espero que corrija su error. Pero no se olvide de que tenemos mucho
sitio libre en nuestras cárceles´.”
Ecologismo
en la URSS de 1967...
“En
1967, me vi involucrado en el esfuerzo de salvar el lago Baikal. El
lago de mayor profundidad del mundo, es una inmensa reserva de agua
dulce. Y lo que es más importante, la región de Baikal es un
fenómeno único de la Naturaleza, una zona de una belleza
sorprendente que para muchos se ha convertido en un símbolo de
nuestra nación. Durante varios años, “Komsomolskaya pravda”,
“Literaturnia gazeta” y otros periódicos habían estado
publicando alarmantes y convincentes informes de las amenazas que
para el Baikal representaban las construcciones industriales a lo
largo de sus riberas, el talado y transporte de madera y el vertido
de residuos químicos en sus aguas. Aunque nuestros esfuerzos por
proteger el Baikal no tuvieron éxito, alcancé un profundo
conocimiento de los problemas medioambientales, tanto en sentido
general como en el contexto particular de la sociedad soviética.”
Primera
huelga de hambre...
"Mi
primera huelga de hambre tuvo lugar mientras Lusia estaba en el
Hospital Oftalmológico, coincidiendo con la llegada del presidente
Nixon a Moscú el 27 de junio. El objetivo era llamar la atención
sobre la penosa situación de los presos políticos: Vladimir
Bukovski, Velentin Moroz, Igor Ogurtsov y Leónidas Pliushch; los
alemanes étnicos encarcelados por manifestarse pidiendo el derecho
de emigración; y los presos en los hospitales psiquiátricos. Los
corresponsales de Prensa y televisión que viajaban con Nixon me
entrevistaron en nuestro apartamento y Tania actuó de intérprete.
Cuando un reportero de televisión intentó transmitir una entrevista
conmigo desde la estación de enlace de Ostankino, cortaron la
retransmisión a requerimiento del censor soviético. Me dijeron que
durante varios minutos, medio mundo estuvo mirando las pantallas en
blanco, en lugar de la entrevista con Sajarov, lo que dejó una
impresión perdurable.”
Afganistán...
“Los
líderes soviéticos debían haber contado con una rápida victoria
en Afganistán. Pero éste era un país que en el pasado había
luchado tanto contra Inglaterra como contra la Rusia del zar y no se
había rendido. A medida que el ejército de Karmal iba debilitándose
por las deserciones en masa y el paso a las fuerzas de la guerrilla,
la guerra se fue haciendo cada vez más bárbara. Escuchamos con
horror y vergüenza las noticias de las emisiones occidentales que
hablaban de los bombardeos de ciudades, el hambre provocada por la
destrucción de cosechas y el uso de napalm, minas, trampas
explosivas y armas químicas. Cuatro millones de afganos, un cuarto
de la población antes de la guerra, se había ido a Pakistán e
Irán, donde vivía en condiciones miserables, la mayor masa de
refugiados que había en el mundo en aquellos días. ¿Perdonarán
alguna vez los afganos el sufrimiento por el que les hicieron pasar?"
Chernobil...
"Para
mi vergüenza, al principio traté de convencerme de que no había
sido nada grave. Los informes de principios de mayo en la Prensa
soviética decían que los niveles de radiación en las proximidades
del reactor de Chernobil no excedieron los 10-15 milirroentgenios por
hora, y me llevaron a adoptar una postura bastante tranquila respecto
al accidente. Descarté el peligro de lluvia radiactiva significativa
que pudiera producir daños ecológicos o efectos biológicos fuera
del umbral que condujeran al cáncer o a deterioros genéticos. Una
pista que debería haberme alertado de la posibilidad de
encubrimiento en el informe de mediados de mayo fue la noticia de que
varios bomberos habían fallecido: si los informes anteriores habían
sido precisos, ¿qué podría haber provocado su fallecimiento?"
El
perdón de sus pecados disidentes...
"En
respuesta a mis preguntas, Marchuk dijo que no sabía nada acerca de
las fechas de las resoluciones o sobre la devolución de mis
condecoraciones. (Su admisión sería una admisión obligada de que
las autoridades se habían equivocado al desterrarme en 1980, pero
aparentemente las nuevas ideas no habían progresado tanto.) No me
dejó en claro un buen número de otras cuestiones, incluyendo la
pregunta clave, si había sido desterrado de Moscú sobre la base de
un acto oficial o por decisión de la KGB. El único decreto que he
visto hasta ahora fue el que me privó de mis condecoraciones.”
Libro
recomendable para amantes de tochos y biografías así como para
tendencias de izquierdas que pregonan a sus votantes consumistas las
bondades de un estado tipo bolivariano o putinesco que sólo
desemboca en represión y sufrimiento para la ciudadanía. Un hijo de
la URSS con el eterno alma rusa y que tal vez ha sido injustamente
olvidado por la ciudadanía gracias a un gobernante que con pompa
imperial e ínfulas intervencionistas militares mantiene secuestrada
la democracia mientras denuncia las miserias de las democracias
extranjeras en sus canales de televisión. Por supuesto anotar título
pata regalar a la suegra las próximas navidades que se cagará en
todos los santos por los impronunciables nombres rusos que nos
garantiza unas risas a su costa....
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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