Una sección de
F. O. Roffön en exclusiva
para The Adversiter Chronicle
El F. C. Andorra se
lleva una manita de El Molinón en un partido muy molón
Semana
de expectación para recibir al colista y que trajo aire de mal fario
por la dolorosa derrota ante el Villarreal B que también era
colista. Sólo servía una victoria para seguir en el sueño del
ascenso, con el Real Oviedo subido a la chepa clasificatoria y muchas
dudas respecto a si el Real Sporting saldría airoso del embate. Todo
ello con la mayoría de la afición rojiblanca dividida sobre si
Ramírez sí o Ramírez no, olvidando las penurias que duraron hasta
la pasada temporada. Se ha filtrado que la planta noble de Mareo
tiene ya recambio, lo cual sólo sirve para aumentar la tensión
cuando la política, hasta esta semana, del Grupo Orlegi era que
hasta finalizar la temporada no era momento de hablar de
continuidades y bajas...
Y
quien vea el marcador tras el encuentro contra los andorranos podría
pensar que la cosa estuvo facilona, nada más lejos de la realidad.
Los jóvenes y no tan jóvenes atletas del once local llegaban a la
media hora del encuentro con dos tantos de ventaja en el marcador,
algo engañosos por cuanto el F. C. Andorra sabía aprovechar los
fallos en los pases sportinguistas recuperando la pelota y sabiendo
llegar hasta los dominios del bravo Yáñez, pero fue Cote quien
abrió la lata en otro de sus goles providenciales y el también
bravo del colombiano Otero aumentó la ventaja perforando la portería
andorrana. Todo el mundo sportinguista se las prometía muy felices,
pero el Andorra se jugaba el descenso y atinaron en el cuarenta y
tres a recortar distancias con gol de Iván Gil que hizo que se
mirara el cronómetro con ansia para llegar al descanso tras el jarro
de agua fría sobre la afición que supuso el tanto visitante. Hubo
cambios en ambos equipos y el recién entrado en juego del guerrero
Queipo tocó su primer balón y marcó el tercero en el minuto
sesenta y cuatro, pero el Andorra lejos de amedrentarse se encorajinó
y a los dos minutos de nuevo Iván Gil recortaba distancias. Y aunque
Otero en las segundas partes ya no está para trotes largos
continuos, supo dar un zarpazo en el minuto setenta, la cosa siguió
en toma y daca con fallos en los pases de los locales y los
visitantes no cejando en su empeño de luchar hasta el final. La
tranquilidad llegaría en el minuto ochenta y tres con Nacho Méndez
subiendo el quinto tanto rojiblanco y que dejaba sentenciado un
partido donde el Andorra supo aprovechar carencias y fallos de los
sportinguistas aunque algo romos en rematar jugadas a gol. Partido
vistoso y molón así como emocionante gracias a que los andorranos
vendieron cara su piel y tal vez el marcador es abultado para los
méritos en el terreno de juego, menos mal que la fortuna estuvo de
lado rojiblanco, Otero estaba en gracia y el equipo ha terminado de
lavar la penosa imagen ante el Villarreal B y permite seguir soñando
una jornada más con la opción de pelear por el ascenso.
Y la
próxima jornada toca jugar contra nada menos que el segundo
clasificado, el Leganés que saldrá a por el partido y será una
buena piedra de toque para ver si el Real Sporting es digno de seguir
peleando. La clasificación está apretada con los carbayones a dos
puntos de distancia y en puestos de promoción, así que ganar podría
significar como mínimo volver a ponerles a rebufo en la tabla
clasificatoria, otro partido donde sólo la victoria es el objetivo y
no decir adiós a la temporada y al ascenso. Quiero terminar
felicitando al Deportivo de La Coruña, un equipo que era un espejo
donde mirarnos y que ha pasado el purgatorio de cuatro temporadas
antes de volver al fútbol profesional, y donde estuvimos a punto de
caer hasta hace tan sólo un año...
F.
O. R.
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