Lo digo porque cuando me entregaron las llaves de la redacción yo pensaba que era un ascenso y es en realidad, tras el paso del tiempo, que tienes que ser el primero en llegar para abrir el tinglado, que tienes que ser el último en salir para cerrar como Dios manda y porque en jornadas como hoy soy el único que no está de permiso navideño, disponible para atender el teléfono al que nadie llama en un día como hoy; además pringo en un día ñoño donde los haya en este orbe consumista y a mi las ñoñeces...
El caso es que durante mi descenso del acantilado me encontré con otro indígena del mismo y, tras el azoramiento normal en estos casos, me dispuse con mi mejor disposición a desearle ¡feliz navidad y felices fiestas...!
Juro que lo quería hacer, justo tras el inevitable comentario sobre el clima del día, pero lo cierto es que su careto inspiraba tanto espíritu navideño como la capa de Supermán en el tendedero, lo cual no viene a cuento pero ha salido de forma espontánea...
Al final le pude balbucear...
-¡Bueno, felices
fiestas!
-¡Igual, igual!- me
respondió tan azorado como yo.
Salgo al exterior y me
dirijo a comprar la prensa, que nunca la compro pero mañana no hay
prensa escrita y encuentro cierta liturgia navideña en ojear un
periódico con noticias de hoy que serán de ayer cuando mañana me
disponga a ojearlo...
Llego al kiosko, entro y
de nuevo me dispongo a desear felices fiestas cuando miro el careto
de la kioskera y se me cortan las ganas de gorgutar. Al final, casi
con prisa y con mis pies ya buscando la salida pude armarme de
valor...
-¡Bueno, pues feliz
noche y tal y tal!
-¡Igual, igual!
¡Mañana no hay prensa hasta pasado!- me
respondió casi saludando con la mano.
La
conclusión es que de unas navidades a esta parte, como que no
soltamos el feliz navidad de antaño y se nos responde con igual
felicidad...
No es
porque no haya tocado la lotería porque nunca toca, tampoco por mala
educación o anonimato puesto que ya nos conocemos aunque sólo sea
de vista. La crisis, llevamos tanto tiempo en crisis que tampoco
puede ser la causa, toda vez que seguimos consumiendo pese a la
crisis...Hay un paquete de oferta de Donuts glaseados y una botella medio vacía o medio llena de espumoso ya casi sin espumosidad y la luz mortecina sólo alumbra la redacción vacía...
-¡Feliz
Navidad!- digo en voz alta al
mobiliario.
Pero
nadie me contesta.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Salt Lake City, Utah
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