The Adversiter Chronicle

martes, 17 de diciembre de 2019

REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues

Uno ya no cultiva amistades, aunque si tuviera terreno tampoco cultivaría lechugas o cebollín, pero a lo largo del tiempo he forjado una estable relación que según parámetros de mi autismo social sí podría considerarse amistad...
Me refiero a mi cajero automático habitual, cierto que no habla mucho por no decir que nada, pero se expresa con el arte de las letras y uno ya le toca los botones correspondientes sin pudor ni falsa modestia, aunque no me imagino que alguien me tocase los botones a todas horas todos los días pero supongo que hay que ser cajero automático para apreciar que te toquen las partes botoneras igual que hay que ser escarabajo pelotero para apreciar el estiércol...
El caso es que de un tiempo a esta parte, a su natural y habitual amabilidad electrónica carente de toda emoción, es además generoso y me he percatado hoy mismo de que además es inocente, inocentón sería más exacto y es más gráfico. Generosidad por cuanto, sin encomendarse a Dios ni al Diablo, me ofrece un fabuloso crédito cuya lista de ceros ya me produce sudoraciones pero también esa reconfortante sensación de que te ofrezcan dinero disponible. Inocente por cuanto se ve que a nivel laboral sus compañeros humanos no le mantienen al día de las vicisitudes pufistas de los parroquianos de la sucursal, porque teniendo en cuenta que si piso la misma enseguida avisan a Seguridad, deberían advertirle que en mi caso soy un caso para la entidad bancaria...
Me quedé mirando su ofrecimiento a la vez que ordenaba a los cuatro dedos de mi mano que mantuviesen a buen recaudo el dedo índice que ya salía disparado a aceptar la propuesta tocando el botón correspondiente a la aceptación de tan tentadora y suculenta oferta crediticia...
Al final no acepté y el dedo índice, pese a su gran resistencia, acabó contenido por sus colegas. Si hubiera aceptado supongo que ya lo estaría gastando en garitos y lupanares en lugar de teclear...
Pero debo reconocer que es agradable cada vez que utilizo a mi amigo automático el que me ofrezca esa ganga, sin desagradables conocimientos de las cuotas mensuales ni los lustros que me llevará devolverlo, con la seguridad que da el saber que si no me acordara ya se acuerdan ellos y lo cogen por la mano de forma interesada en intereses de demora en abonar la cuota...
Opino que deberíamos movilizarnos la sociedad civil para que cada vez que fuéramos al cajero, éste nos ofreciera un crédito, no por aceptarlo, por rechazarlo una y otra vez pero una y otra vez ufano por el ofrecimiento, es una sensación reconfortante, agradable y animosa que te hace sentir alguien aunque sólo se siga siendo algo...
Peor sería ser un alga, supongo.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

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