Suplemento
viajero cutre de The Adversiter Chronicle
Viaje al cajero
automático
El
viajero saborea el café matutino, también saborea la liturgia de
preparar la cafetera, la clásica y no esas vanguardistas de
cápsulas, servir la dosis mañanera y tomar a sorbos aún calientes
mientras otea el tráfico de esas horas donde algunos y algunas
entran y hace ya unas cuantas que otros y otras han fichado. Una
mañana que anuncia frío en las prendas de los viandantes abajo en
las aceras. Pero es una liturgia y una rutina reconfortantes, de que
es un día más o un día menos, según se mire piensa el viajero, que
planea la salida programada desde que hace un par de días se quedó
sólo con calderilla y aunque tira de tarjeta para compras, no le
gusta al viajero andar sin cuartos por si hay un imprevisto, siempre
esperando que sea asequible y no pase de la veintena de euros...
Aparta
el viajero las tribulaciones sobre su poder adquisitivo mientras echa
una mirada de reojo al boleto de apuestas en quien tiene el viajero
depositadas grandes expectativas, no carentes de esperanza, de tener
un golpe de fortuna aunque sólo sea por saber qué se siente siendo
millonetis. De momento el viajero sabe lo que es tener sólo
calderilla y se acicala para salir al exterior, un agradable paseo
hasta la sucursal de su banco, además de mañana hay transeuntes que
mitigan el temor a que atraquen a uno, que puede ocurrir a cualquier
hora, pero siempre es más seguro de día que de noche andar sacando
dinero. Le viene a la mente del viajero la estampa del pedigüeño al
lado del cajero y trata de no caer en la paranoia de que es un
observador a la caza de pardillos en el cajero...Mientras camina, el viajero medita sobre los cajeros y la popularidad de las tarjetas y viaja al recuerdo de antaño cuando una tarjeta de cajero era símbolo de estatus y el niño que era entonces miraba fascinado lo que llamaban dinero de plástico. Recuerda el viajero que decían que en el futuro sería el sustituto de los billetes de papel, pero dijeron tantas cosas que hacían soñar al viajero siendo niño como colonizar la luna o que habría robots; pero el futuro ya es presente y pasado y la gente maneja el dinero de siempre y cuando se agota tira de la tarjeta, por alguna razón el sueño se ha vuelto pesadilla y la mayoría se endeuda con uno y con otro...
Llega el viajero al cajero y hay una usuaria gestionando en el mismo y el viajero se siente una vez más incómodo como siempre que le toca hacer cola, no por él sino por la usuaria que puede pensar mal y se ríe el viajero para sus adentros cuando una vez entró con sus gafas en un banco y la cajera pensó que iba a atracarla, luego se echaron ambos unas risas y el viajero quiso volver a verla pero la cambiaron de sucursal y nunca más supo de ella, historias de cajeros, piensa el viajero como título para un guión de serie por canal de pago que le haga millonario, pero el cajero escupe el extracto y el viajero regresa a la cruda realidad de ver su exiguo presupuesto para seguir viviendo con lo puesto cual hidalgo de antaño con mecenas tacaño...
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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