Una sección de
Kitapayá en exclusiva
para The Adversiter Chronicle
Jugar en línea, el
gran salto en los videojuegos
En la
historia del vídeojuego hay tres saltos tecnológicos que
propiciaron el actual auge donde hay canales temáticos que
retransmiten partidas y competiciones y se comenta de si hay que
incluir el vídeojuego como disciplina olímpica. El primer gran
salto fue propiciado por la llegada de gráficos donde imperaba el
colorido, efectos de sonido y que los avances tecnológicos hicieron
posible que la adquisición de un sistema fuera asequible. La
pantalla pasó al salón desde las salas de recreativos y jugar se
convirtió en una opción del ocio y descanso aunque se consideraba
al vídeojuego algo que no era para los adultos. Los gráficos
pasaron de ser rayas o formas poliédricas a tener fondos dinámicos
y ganaron en realismo aunque la imaginación suplía los límites,
pero era un primer gran salto de inmersión.
El
segundo gran salto vio la llegada de las primeras consolas de uso
masivo y propició que desde temprana edad fuera posible acceder al
mundo del vídeojuego. Fue un salto importante con la llegada de
juegos míticos pero era ya una forma distinta, aunque evolución, de
jugar para otra generación y las siguientes. La progresiva capacidad
de computación permitió sistemas de bolsillo y el primer gran corte
entre generaciones de vídeojuegos. El actual encanto de ventas que
viven reproducciones de sistemas de antaño y sus juegos ahora ya
clásicos, demuestra que ser adulto no implica privarse de esta
opción de ocio que propicia además la participación
intergeneracional y que el ser videojugadores y videojugadoras no
se pierde al igual que andar en bicicleta por poner un ejemplo. Es
cierto que estas generaciones que vivieron las primeras épocas en
sistemas sufrieron un corte al incorporarse a la vida laboral y
cumplir años, pero eso debe serviros de acicate para retomar el
saludable hábito de echarse momentos vídeojugando.
Y el
tercer gran salto para llegar al auge del momento actual, y parece
que ya para quedarse, es el de saltar de jugar contra la máquina o
con otro participante y siempre con una vídeoconsola, a jugar en
tiempo real con otros jugadores remotos. Es todo un universo a
descubrir ya que permite compartir mundos desde la distancia y a
través de diversos dispositivos. No es tema baladí, ahora mismo hay
millones de jugadores conectados a otros para jugar de forma
corporativa logrando una inmersión que sólo era un sueño utópico
en las mentes de quienes entonces eran usuarios y usuarias. Yo mismo
me he sentido explorador, ese mágico instante y mágica sensación
de probar algo nuevo, y con cierto pudor de vídeojugador ante el
hecho de que si eres torpe estás en cierta forma quedando en
ridículo, pero para eso se utiliza un alias y una vez en faena es tu
juego el que marca la diferencia. Poder jugar a un título de género
de disparo, por citar un ejemplo, y que la acción sea en equipo con
otros formando un pelotón, aunque ya es habitual y una opción,
resulta fascinante y es de suponer que el salto a simuladores vaya a
más en realismo, acción y variantes...
Tal
es así que ya hay títulos que priman el juego corporativo por
encima del modo historia, el nuevo título de la saga Guerra de
las Galaxias es un claro botón de muestra, y por otra parte está
claro que si retomáis el hábito lo normal es pasar un periodo de
adaptación jugando de solanas antes de dar el salto, pero es sólo
una sensación porque una vez en harina y metidos en la acción todos
estos remilgos desaparecen. Hay comunicación en tiempo real de audio
y visualización en tiempo real permitiendo la interacción que hace
que la experiencia sea grata y con ganas de repetir. Además hice la
promesa en diciembre de jugar en línea y estoy con un título que me
han recomendado encarecidamente, Destiny,
del que si no hay imprevistos trataré en el siguiente artículo, es
una evolución opcional ésta de jugar en línea pero una vez que lo
haces pasa a ser una estimulante opción. Así que ver adquirir un
sistema de vídeojuego como una inmersión rentable en ocio, un medio
de participación intergeneracional y esos impagables momentos en que
logras desconectar de la vida diaria para ser un avatar en otros
mundos, porque como siempre os digo:
¡Quien no se consuela es porque
no vídeojuega!
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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