Con la
colaboración del profesor T. A. Rambaina
en exclusiva para The
Adversiter Chronicle
El pincho gratis del
bar
En
el universo gastronómico mundial es famosa España por sus tapas
donde cada región y comunidad autónoma presume de sus propias
variantes y especialidades, pero la tapa no deja de ser un pincho de
pago y donde cada vez más priva la sofisticación y la presentación.
Pero es el pincho gratuito que se sirve a la clientela en los bares
el alimento auténtico por dos poderosas razones para el bolsillo y
la profesionalidad del establecimiento: es gratis y a voluntad de la
casa en cuanto a ingredientes y presentación...
-¡Es
comida gratis y eso siempre deja satisfecho! El pincho gratis del bar
es una tradición y toda una cultura. Tiene su origen en los finales
de turno donde el establecimiento ofrecía con la pinta de vino una
rodajita de pan acompañada de una pequeña porción de tortilla o
chorizo. Una variante norteña que aún perdura en locales es la
variante con una rodajita de tomate y una sardina. Existe una
etiqueta tanto por parte del establecimiento como por parte del
cliente donde el camarero en cada ronda pasaba la bandeja ofreciendo
el pincho y el cliente respetaba los tiempos aunque desde hace unas
décadas la muchachada de instituto se ha especializado en gorronear
de la bandeja y siguen con ese hábito de adultos lo que hace que en
la actualidad son contadas las regiones de España que siguen la
tradición ante el roto económico que supone una clientela ávida de
garrapiñar todo pincho gratis a su alcance. En vez de apelar a las
buenas costumbres el gremio en su mayoría ha preferido crear la tapa
que no es más que un pincho triple y de pago.
-Por
supuesto, hay toda una cultura entre la ciudadanía jubilada,
estudiantil opositora, tele operadoras y funcionariado de bajo
escalafón que tienen controlados los establecimientos, un grupo de
consumidores y consumidoras de pinchos gratis que son además inmisericordes si el
establecimiento baja la cantidad y variedad del pincho gratis donde
no dudan un segundo en cambiar de establecimiento. Son incontables
los casos de cambio de gerencia en el establecimiento y una parroquia
fiel que busca otros pastos más abundantes arruinando la inversión
en lo que era un negocio boyante con clientela fiel. Pero
respondiendo a su pregunta, la variante que triunfa es donde cada
quince o veinte minutos salen bandejas con pinchos, un arte el del
pincho infravalorado y eclipsado por el fenómeno de las tapas.
-Es
curioso que podemos hacerlo en casa y sin embargo un pincho gratis de
jamoncito, tortilla o chorizo sabe mejor...
-Es
un proceso mental que es distinto en el macho alfa que en las
féminas. Éstas saben con una fugaz mirada si el pincho es
comestible y consumible mientras que el macho alfa responde cual
perro condicionado al hueso de comida gratis y sin tener después que
fregar los platos, es decir, un pincho que agrade a la parroquia
masculina no necesariamente agrada a las parientas, pero el buern
hostelero sabe combinar pinchos para unos y otras. Hacerlo en casa
logra que nos sintamos patéticos y ni siquiera es popular su
elaboración para francachelas en casa, es mucho más reconfortante
controlar donde ponen buenos y abundantes pinchos gratis y de paso
que pague el cuñado u la suegra. El pincho gratis del bar nos hace
ser felices, categoría de parroquiano fiel, de llevar a las
amistades y conocidas para quedar como un cosmopolita que sabe donde
comer gratis de paso que se toma un vino, por citar un ejemplo
ilustrativo. El pincho gratis debe ser elevado a la categoría que se
merece tanto como fenómeno gastronómico tradicional como por su
valor social y étnico. Si además sirve el pincho una camarera de
buen ver, se añade un componente erótico festivo.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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