Unas memorias de
Antón Rendueles en
exclusiva para The Adversiter Chronicle
MI PRIMER PRESIDENTE

Al final el presidente Carter, tal vez con conceptos demasiado avanzados y secundarios en el contexto de su presidencia en plena Guerra Fría, ha terminado asociado a mi recuerdo con la imagen de un cacahuete, no es que hable de coña, pero ahí está. Luego vino Ronald Reagan y los recuerdos televisivos son en color con la guerra de Salvador de fondo, el Frente Sandinista, la invasión de Afganistán por parte de la URSS, el sonido tecno que asomaba a la sociedad de consumo...
He leído y escuchado de casi todo referente al nuevo presidente, asisto con temor atávico de quien gusta de la historia como el populismo inherente a toda época de crisis económica vuelve ataviado de ropajes nazis y fascistas y recuerdo a mi abuela compartiendo sus recuerdos de niñez donde con su hermano, cogidos de la mano de su madre, corrían mientras sonaban las sirenas de alerta y los disparos, es lo que recordaba con nitidez y siempre lo recordó durante su vida, tal vez por eso veo la guerra con temor infantil, la sabiduría del adulto que sabe que la guerra es sólo muerte y destrucción, miedo de que si las tesis xenófobas y racistas volvieran a imponerse en la democracia la juventud y los adultos estén dispuestos a sacrificar su bienestar por defender la misma o entregarían el bagaje solicitado por los nuevos y nuevas mesías políticos, mirando para otro lado cuando las leyes fueran cambiadas, cuando las leyes básicas de la democracia fueran alteradas o sustituidas por leyes totalitaristas y nacionalistas, cuando vinieran a mi casa y por ser minusválido fuera internado porque soy un subhombre y no merezco vivir por ser una carga para el Estado...
¿Harán algo o cambiarán la libertad por la seguridad del consumismo y bienestar a base de llevar la guerra a otros países, a que se maten otros en lugar de nosotros?
Los políticos que, sin serlo, alcanzan el poder como Donald Trump, poco importa que por errores propios de sus rivales, tienen dos caminos: el fracaso en formas de algaradas que pongan nerviosos a quienes le apoyaron y le maten o sencillamente le defenestren, o que por las circunstancias y algo de suerte que siempre acompaña a estos tipos logre mantener a la plebe contenta mientras se impone una estética de propaganda imperial...
No quiero pensar que la república estadounidense ha dado ya el paso a ser un ente imperial, me niego a que la humanidad se sumerja de nuevo en una de esas oscuras etapas históricas que si bien logran desarrollar la tecnología es a cambio de millones de almas inmoladas en nombre de la falsa democracia...
Pero mi primer presidente fue Jimmy Carter y supongo que lo hizo bien porque nunca estalló una guerra nuclear y aquellos niños de entonces tuvimos una infancia sin tristezas ni traumas demasiado severos y ahora somos adultos...
Si ahora fuera de nuevo aquel niño que mira a su abuela faenar, tendría tanto que contarle, que preguntarle, pero entonces, como entonces, antes de abrir la boca, la escucharía cantar una canción de Antonio Machín...
Antón Rendueles
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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