The Adversiter Chronicle

viernes, 20 de septiembre de 2013

"Lomo con tapas", suplemento literato cutre


Suplemento literato cutre de The Adversiter Chronicle

Libro: La época de las revoluciones europeas 1780-1848
Autor: Louis Bergeron, François Furet, Reinhart Koselleck
Editorial: Siglo XXI De España Editores
Traducción: Francisco Pérez Gutiérrez
Edición: 8ª edición, febrero de 1994


Napoleón ha sido derrotado tras tocar la gloria aupado en una revolución ciudadana azuzada por la hambruna pero a su derrota final las monarquías europeas vuelven a reinar y diseñan un nuevo orden mas el legado napoleónico ha calado en toda Europa y mientras unos reinos regresan al más absoluto absolutismo en otros la semilla germina con monarquías constitucionales mientras la nueva clase dirigente de la burguesía se sube al carro del capitalismo tirado por el caballo de la revolución industrial que se expande desde Inglaterra...
 

Y es que ahora que parece que todo se esfuma y está caduco y no sabemos a dónde vamos, tal vez sea el momento adecuado de ver de donde venimos: de la Revolución Francesa y el fin del poder Real emanado de Dios para que sea la ciudadanía con sus votos quien otorgue y quite poder, el génesis de lo que hoy llamamos clase política y un recordatorio para mentes abstencionistas de que llegar al hecho de que un ciudadano pueda emitir su voto y que por muy poderoso que llegue a ser un político y caciquil sus sistema, tarde o temprano los votos democráticamente emitidos le quitarán de la poltrona, cierto que hay algunos que hasta que no se mueren siguen viviendo de la política...

Por otra parte se produce la revolución industrial y la creación de la figura del obrero proletario que no obstante también se empapa de la nueva cultura y empieza a organizarse políticamente para defender sus derechos mientras los distintos monarcas tratan de asimilar que el poder ejecutivo ya no reside en ellos...


Louis Bergeron nació en 1929. terminó sus estudios en la École Normale Supérieure. Profesor de Historia desde 1951; docente en la École Normal Supérieure hasta 1966, de donde pasó al Centre National de la Recherche Scientifique.

François Furet nació en 1927. Estudió filosofía e historia en la Sorbona. Dedicado a la enseñanza entre 1954 y 1960, pasó luego al Centre National de la Recherche Scientifique. A partir de 1966, es director de estudios en la École Pratique des Hautes Etudes (Sección VI, Ciencias Económicas y Sociales), en París.

Reinhart Koselleck nació en Görlitz (1923). Estudió en Heidelberg y en Bristol. Lector en la Universidad de Bristol (1953-1955); adjunto del Historisches Seminar de Heidelberg (1956-1960); profesor de Ciencias Políticas en la Ruhr-Universität de Bochum (1966-1968), y profesor de Historia Moderna en Heidelberg.

Como siempre los datos biográficos de los autores salen de mis eruditos desconocimientos y la contra portada del libro, aunque deduzco por las edades de nacimiento que si no son ya carne de gusano serán unos venerables ancianos aparte de que la primera edición en alemán data de 1969. es un libro que se devora porque es fascinante la Historia y sirve para recordarnos que la muerte es inevitable y que los derechos y obligaciones de los que hoy gozamos sencillamente no se contemplaban por quienes creídos de la Gracia de Dios eran soberanos de vidas y haciendas...

Pero mejor dejo paso al libro, siempre más interesante que mis demenciales tribulaciones.



Napoleón y España...

Pero Napoleón nunca pudo llegar a servirse de España, ya que tuvo que empezar por conquistarla, y nunca logró concluir la conquista por más que sus tropas mantuvieran de hecho constantemente la supremacía militar en el país desde finales de 1808 a mediados de 1812. tampoco logró ejercer en España su huella reformadora, por no haber podido ejercer en ella una autoridad efectiva. El primer acto legislativo con respecto a España fue la Constitución adoptada en Bayona en junio de 1807 por un simulacro de asamblea nacional. De cualquier manera, dejaba subsistir el catolicismo como religión única, las órdenes monásticas, la Inquisición y los derechos feudales. Los verdaderos decretos innovadores -en teoría al menos- fueron emitidos por Napoleón en Chamartín en diciembre de 1808: disolución del Consejo de Castilla y de la Inquisición, abolición de los derechos señoriales y de la justicia feudal, reducción en sus dos tercios las órdenes religiosas, supresión de las aduanas interiores...

...Pero aparte de esto, las revoluciones urbanas de 1808 no abrían el camino a una subversión de la estructuras políticas y sociales, sino todo lo contrario. Era una revolución al servicio de la tradición, de la que seguía estando impregnada toda la conciencia popular, hasta el punto de que las energías de las masas pudieron después ser fácilmente explotadas por los elementos ultra conservadores del clero y la nobleza, y servir de soporte a la restauración -o mejor la retrogradación de 1814. Los insurrectos no pretendieron en modo alguno hacerse con el poder; dejaron que los miembros de las clases dirigentes tradicionales constituyeran las nuevas juntas, con la condición de que fuesen ardientes patriotas. La movilización apasionada y fanática de las clases populares se efectuó en torno a un pequeño número de conceptos de una gran fuerza emotiva, pero pertenecientes indudablemente a la más vieja tradición. En primer lugar la imagen del buen rey, Fernando VII, cuyo alejamiento y cautividad no dejaron nunca de simbolizar la ofensa hecha a la patria, y cuyo retorno había de provocar manifestaciones de idolatría. Luego la de la fe católica: Madame de Staël no dejó de anotar que los españoles eran, junto con los rusos, los dos únicos pueblos europeos de una profunda religiosidad. Constantemente aparecen las manifestaciones de piedad asociadas de manera espontánea a los episodios de la lucha nacional.”


Revoluciones mediterráneas...

¿Cuáles fueron entonces los rasgos comunes de esta serie de revoluciones en el Mediterráneo?

  1. la constitución española de 1812 sirvió en todos aquellos países de guía y modelo para el futuro político. Hasta en Grecia se intentó bajo Capodistria, antes de su dictadura, imitar la constitución norteamericana; pero en ningún país se lograron estos intentos. Las constituciones siguieron siendo construcciones en el aíre.
  2. Se trataba de levantamientos que no brotaban del pueblo mismo. Sólo Grecia fue en esto una excepción. Todo el pueblo se sintió afectado por la sublevación y tomó parte en ella y sólo allí tuvo éxito. Desde este punto de vista, la rebelión griega contra los turcos es comparable con la lucha española contra Napoleón. Pero sobre todo los levantamientos fueron resultado de conspiraciones secretas tramadas por élites reducidas, las más de las veces formadas por oficiales y funcionarios, así como intelectuales y comerciantes...
  3. De todos los países se puede decir que las proclamas ideológicas de la Revolución francesa tenían una fuerte vitalidad y podían despertar impulsos revolucionarios, pero no crear situaciones revolucionarias. Las condiciones sociales de los respectivos países no habían desarrollado aún inclinación revolucionaria propia...
  4. Se dio la coincidencia de que todas las revoluciones unieron entre sí a las tres penínsulas del Mediterráneo, como en un sistema de vasos comunicantes. Su curso dependió siempre de las grandes potencias, cuyos intereses y respectivas relaciones mútuas decidían la marcha de los acontecimientos en cada país...”
Estragos revolucionarios al viejo sistema...

En el reino de Nápoles en la época napoleónica fueron suprimidos 219 conventos, y el número de sacerdotes se redujo de unos 100.000 a unos 50.000, pero la Restauración protegió la propiedad. Los latifundios no fueron tocados ni bajo el dominio inglés en Sicilia hasta 1814 ni tampoco después, y la supresión de los derechos feudales no alteró la situación de injusticia en la que vivía la clase inferior: la isla de Sicilia se encontró así con una población de 1,5 a 2 millones de personas que seguían en manos de unos 5.000 nobles, así como de 658 conventos habitados por 7.500 religiosos, según informaba una fuente contemporánea. Mientras que los revolucionarios de 1820 habían excluido a la nobleza del parlamento, después se introdujo el modelo austriaco de las llamadas `consultas´, colegios consultivos de la administración, cuyos miembros, como en los territorios lombardo-vénetos, eran elegidos por el monarca entre la clase tradicional de los latifundistas. Los campesinos no estaban representados, y aunque las sociedades secretas y el bandolerismo se extendieron por toda la superficie del país, la masa de la población siguió viviendo al margen de la esfera en la que se tomaban decisiones políticas.”·

Libro para amantes de la comprensión de la realidad, guardias tranquilas y espera en urgencias, convalecencias y a la suegra para ver si toma consciencia de que cualquier día le armamos la Revolución y le quitamos el trono, que basta que nos aprieten  las tripas para que ella se meta en el baño...
 
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV

http://theadversiterchronicle.org/

 
 
 
 
 
 
 
 
 
                                                                                     






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