Nunca le cogí cariño, era una jodida herramienta del jodido trabajo, pero era buen compañero de fatigas: obedecía, respondía y cumplía...
Una noche de verano como hoy, se produjo una estampida por puertas mal cerradas; fue una tarea ardua con los jodidos caballos cabalgando por las instalaciones, pero ese hijo de perra entendía las señales con la linterna y logramos, cada uno por un lado y comunicados mediante señales luminosas con la linterna, meter en vereda aquellas bestias...
Era un buen perro y, supongo, dos perros siempre se entienden o al menos nos entendíamos aunque nunca establecimos lazos de perro y amo, sólo éramos carne de cañón a sueldo yo y a pienso él...
Pasamos varias vicisitudes juntos, como una onda sísmica que él percibió primero poniendo las orejas tiesas y metiéndose debajo de la silla. De noche, acabada la faena principal, tenía la sorprendente costumbre de traerme un par de erizos que yo soltaba de nuevo a la libertad pero que noche tras noche me ofrendaba aunque nunca supe si eran los mismos y siempre barrunté para mis adentros que eran los mismos cada noche...
Fantasmas del pasado que se recuerdan como se recuerdan los sueños.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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