The Adversiter Chronicle

jueves, 11 de julio de 2019

"Ni a pata ni alpargata y menos a La Alcarría", suplemento viajero cutre


Suplemento viajero cutre de The Adversiter Chronicle

Viaje por el pasillo

Hay ocasiones en que al viajero le invade y viaja con el blues del calor de la soledad. No es una invasión agresiva, ya no desde que el viajero tiene ausencias que llorar y es desde hace el suficiente tiempo como para que el viajero haya aprendido a no resistirse y que huir es una quimera sin salida. El viajero deja que le empape como un fantasma que atraviesa su cuerpo, una ola grande en la que ha aprendido a surfear, a dejarse llevar por el calor de la soledad que le va empapando de forma inesperada...
Entonces, el viajero busca el calor de los suyos que ya no están y habitan el pasillo, lo suficientemente largo para que de sus paredes cuelguen fotos de los ausentes, ahora no hay casi fotos y el viajero no tiene prisa en colgar más de las paredes del pasillo, como si ese pensamiento de deseo infantil alejara el espectro de la muerte y el dolor de la ausencia...
El viajero se detiene en la foto, cierra los ojos y recuerda el ser ausente hasta que la memoria destila instantes, unas veces como si fuera una foto de imagen fija pero poco a poco la imagen cobra vida y el viajero viaja, viaja en el espacio tiempo y puede sentir aquel instante concreto que lleva a otros...
En este punto del viaje por el pasillo con el blues del calor de la oscuridad, la muerte pierde su misticismo y el miedo a lo desconocido porque de alguna forma la vida es sueño porque cuando se viaja por el recuerdo, soñamos...
Se sueña sin pesadillas porque nos recreamos en el instante del recuerdo, aunque en el recuerdo la vida sigue como siguió y surgen otros recuerdos. El viajero, llegado a ese punto del viaje, sabe que es hora de coger de nuevo el tren e ir a otro apeadero. Ahora el viajero ya sueña mientras siente que la soledad comienza a desvanecerse y el viajero siente como un avión cuando suelta su carga y se eleva al perder lastre que dificulta su vuelo...
Surge una lágrima, furtiva y dolorosa, necesaria pero no necesariamente balsámica, que también. El viajero llega al final de su viaje a la par que termina de barrer el pasillo. Este tipo de viajes son agotadores, piensa el viajero, mientras contempla el verano que muestra el cristal de la ventana y echa una furtiva mirada a las fotos del pasillo y se siente acompañado de alguna forma, aunque sea simple y humana sugestión...
El viajero abre la ventana, un acto simbólico para que la soledad que se aleja le aparte de su mirada y busque otro pasillo donde habitar por unos instantes, otra alma que destile una lágrima mientras el viajero, terminado el viaje, sueña con deseo una copa con un buen brebaje de buena bebida destilada.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

http://theadversiterchronicle.org/
 










 

     









 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 

 
 
 
 






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