Suplemento
cinematográfico cutre de The Adversiter
Chronicle
Vidas
al límite
Sólida
película de 2005 y hábilmente dirigida por David Ayer que va más
allá de una historia de colegas que se reencuentran tras tiempo sin
verse y se colocan acabando ardiendo en el infierno que tantas veces
bordearon juntos...
Por un lado podemos entroncarla con esa pequeña joyita que es mejor según pasa el tiempo que en el momento de su estreno: Colors; antes de que se me discuta tal gilipollez, lo digo porque una lectura de la película es la propia ciudad de Los Ángeles.
Si en Colors se nos mostraba el mundo de los guetos y sus bandas con los veteranos bautizando en rituales de iniciación a los nuevos pero con claras diferencias étnicas en cada banda y colores de guerra distintos, asistimos ahora a el cambio que han pasado los integrantes dos generaciones después y que en los 80´s veían desde su infancia las tribus urbanas de su vecindario: uno viviendo de su esposa abogada a la que mantuvo mientras estudiaba pero que ahora que está estudiada le exige que se olvide de locas historias de juventud y se busque un trabajo; otro, soldado licenciado que trata de adaptarse a la vida civil y que es si no odiado sí olvidado por su antigua novia hispana, pero pese a los tiempos modernos, separados por algo más que los orígenes...
Pero que también mejoran de nivel de vida generación tras generación.
Entronca
a su vez con las pelis que se producen cada vez que EEUU libra una
guerra y nos hablan del regreso de los veteranos, pueden pasar
décadas y guerras y que el cine haya pasado del blanco y negro al
color, pero siempre es la misma historia: la integración del soldado
profesional en la sociedad civil donde matar es asesinato y te
remuerde la conciencia una vez en la retaguardia.
La película gana en intensidad e interés a medida que vamos conociendo a los antiguos pandilleros reconvertidos y socializados en ejecutivos, traficantes, currantes con vicios prohibidos y de fondo la ciudad con sus calles en las que apenas reparamos pero es un paisaje continuo como aquellos del oso Yogui que siempre pasaba la misma casa y el mismo árbol, tal espesura tiene la jungla de asfalto que es la ciudad de Los Ángeles.
La película carece de moraleja o mensaje positivista, simplemente asistimos por un momento a las vidas de dos viejos amigos que tratan de apurar la última copa, aspirar el penúltimo humo de marihuana y pillar un chocho a la vez que cada uno trata de esforzarse por encajar en la sociedad, el civil marginal y barrio bajero que sueña con el sueño americano de ser clase media y el veterano de la armas que trata de olvidar como dije más arriba.
Posiblemente con
Stop and Loss sean
las películas que pasarán a la historia del subgénero de regreso
del frente sobre las guerras de Iraq y Afganistán como antes las
hubo de Vietnam, la II Guerra Mundial y alguna que nunca recordamos
de la Guerra de Corea.
El trauma no se manifiesta
ostentósamente, vemos desde el inicio que el personaje que
interpreta Christian Bale está algo majara, pero se le atribuye a
alguien crecido en las calles y su ley, que sólo parece algo menos
tarado cuando trata de conseguir trabajo en algún cuerpo de policía.
A medida que avanza la película e instalado ya en un colocón
perpetuo logra engañar a los federales para conseguir el puesto que
le permita casarse con su novia mexicana. Pero descubrirá que si
bien no sirve para miembro del PDLA, el Tío Sam necesita de sus
dotes de soldado profesional para seguir matando en operaciones anti
narcóticos en Colombia como asesor...
No soportará tal realidad.La película gana en intensidad e interés a medida que vamos conociendo a los antiguos pandilleros reconvertidos y socializados en ejecutivos, traficantes, currantes con vicios prohibidos y de fondo la ciudad con sus calles en las que apenas reparamos pero es un paisaje continuo como aquellos del oso Yogui que siempre pasaba la misma casa y el mismo árbol, tal espesura tiene la jungla de asfalto que es la ciudad de Los Ángeles.
La película carece de moraleja o mensaje positivista, simplemente asistimos por un momento a las vidas de dos viejos amigos que tratan de apurar la última copa, aspirar el penúltimo humo de marihuana y pillar un chocho a la vez que cada uno trata de esforzarse por encajar en la sociedad, el civil marginal y barrio bajero que sueña con el sueño americano de ser clase media y el veterano de la armas que trata de olvidar como dije más arriba.
Película recomendable porque tiene a
la vez el sabor del buen cine que cuenta historias sin efectos
especialmente defectibles hechos por ordenador, lo cual se agradece.
En
mi demente opinión está a la altura de El cazador,
salvando los años y la guerra con estupendas actuaciones y que si
podéis os recomiendo ver cuando estén con hispanos en versión
original, más que nada por ver al Bale hablando español. También
por ver cómo han cambiado los códigos morales de este tipo de
películas donde los ideales no aparecen ya como tabla de salvación
para el soldado de regreso que al mismo se encuentra la misma mierda
que cuando se alistó...
Es lo malo de entrenar soldados, luego
no saben qué hacer con ellos cuando ya no son necesarios.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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