Ajedrez: La partida, metodología de nomenclatura
Hemos llegado por fin al momento
supremo de enfrentarnos al contrario: el programa de ajedrez Ultra Chess que acompaña al SO Windows7.
Hay mucha leyenda urbana acerca de si
es más conveniente o no empezar con blancas o empezar con negras. Está claro
que las blancas parten con ventaja táctica, pero descubriremos que al buen
aficionado se la suda un color que otro. Si
en algún momento llegáis a pensar que se os da mejor unas que otras, es
que no habéis entendido nada y jamás seréis un gran general del damero.
Como de lo que se trata es que logre
engancharos a jugar al ajedrez y posteriormente que lleguéis a desear tener una
oportunidad de enfrentaros al contrario y puesto que el ajedrez es el juego más
parecido a una guerra, utilizaremos
símiles de nomenclatura militar:
Rey: Comandante Supremo
Torre: Unidad Acorazada
Caballo: Unidad de Artillería
Alfil: División Aerotransportada
Peón: División de Infantería
Aunque a simple vista os pueda
inducir a la risa tales símiles, veréis que llega un momento en que sentís la
refriega del tablero y la adrenalina ante la posibilidad de asestar,
sorprender, emboscar y atraer a
encerronas al contrario para su sorpresa y nuestro deleite.
Por otra parte, espero que no cojáis
el vicio tan extendido de creer ese baremo, adecuado para iniciarse pero inútil
a la hora de la verdad, de cambiar fichas por un supuesto valor cardinal,
ninguna partida es igual y a veces una unidad debe perder ante un adversario menos
potente. Debéis perder el miedo a perder piezas, siempre nos ocurrirá. Pero lo
que hace del ajedrez un deporte es que nunca se pierde porque s e aprende de
cada derrota. Esta serie sobre el ajedrez no trata de que se memoricen jugadas
y partidas más allá de lo que cada cual quiera hacer con sus neuronas. La
práctica, la veteranía en el combate adquirido a lo largo de las partidas os
volverá más astutos y audaces pero también prudentes y alerta.
Mi recomendación es que cuando
juguéis con un contrario humano, siempre de mutuo acuerdo, pactar la victoria a
3 puntos, siendo 1 punto la victoria y medio punto las tablas. Esto facilita
que por ejemplo en el chigre logremos inducir a jugar a personas que aun
sabiendo al menos los rudimentos les asusta el tablero como un teclado de
ordenador asustaba a la ciudadanía de mediana edad hace 10 años…
Prescindiré de utilizar el lenguaje
descriptivo del ajedrez, se trata de ver un tablero, un rival y pasar un
delicioso momento tratando exterminar su ejército y capturar para dar jake mate
a su Comandante en jefe, el rey.
Si logro que enfrentaros a vuestro
ordenador en el tablero de ajedrez os sea estimulante y atractivo, os
recomiendo jugar tandas de 100 partidas, el juego trae una aplicación
estadística que nos marca porcentajes y rachas de victorias, derrotas y tablas
muy atractivo, e ir anotando a lo largo del año los resultados de cada tanda.
Luego podréis sacar partido del Office y hacer estadísticas y demás zarandajas
que amén de entretenidas os dirán vuestro nivel de mejora o de fracaso de
vuestros intentos por mejorar vuestro juego…
Pero recordar siempre que el
ordenador es sólo un esparrin, que se basa en las matemáticas para derrotaros y
que cada nivel de los diez que hay de dificultad es simplemente darle más tiempo
a calcular o menos; enfrentarse a otro ser humano requiere concentración, no
concentrarse, y aprender a sentir el tacto del gatillo. De igual forma
recomiendo que si veis que el desarrollo de la partida os hace pensar que no
tenéis nada qué hacer ante vuestra inferioridad ante la máquina, deis a la
opción “retirarse” y empezar de nuevo. Si os dais tregua, si dejáis de echar la
partidita habitual, habréis sido derrotados por el desánimo, el miedo y
moriréis renegando porque podíais haber plantado cara al contrario y os
escondisteis como cobardes.
Recordaros que no hay estúpidas
reglas de caballerosidad, salvo que juguéis contra una mujer que entonces a
veces una derrota en el tablero es una victoria a la hora del desayuno, y que
cualquier táctica, exterminio de piezas o prolongar la agonía del contrario,
siempre respetando las reglas de juego, es totalmente lícita y un deber.
No hay lugar, al igual que en el
combate, para la piedad.
Terminada esta introducción a la
metodología a seguir, deciros que jugaremos una tanda de diez partidas que
ocuparán cada una un capítulo y donde veremos paso a paso como ir cogiendo
destreza en el combate, con explicaciones
sencillas y comprensibles de tal forma que os animéis a prescindir de mi
y os lancéis en solitario al combate…
The Adversiter Chronicle, diario
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