The
Adversiter Chronicle dedica este especial de “Un miércoles… un poema” a una
vieja amiga de los lectores y, algunas, deseadas lectoras: la escritora Caridad
Santamarta.
El motivo, que no escusa, es la presentación de su obra el pasado 25 de
febrero en la FNAC de “Parque Principado”. Lo que debería haber sido una crónica se tiñó
de luto horas antes con el fallecimiento de la hermana de Caridad.
Con profesionalidad y entereza,
arropada por sus compañeros de emisora y familia, Caridad Santamarta salió al
escenario en uno de esos momentos que se dan a veces en la vida donde la
tragedia convive con la gloria y que hace que la humanidad de las personas
brille con fulgor para el observador ajeno a las circunstancias personales de
la protagonista.
Un fuerte abrazo querida amiga desde
la redacción y los lectores y lectoras de “Un miércoles… un poema”
Caridad Santamarta: la magia de la lectura
La relación del lector con
un libro comienza desde el mismo momento de su elección. No es sólo el placer
de su lectura, es la liturgia de mirar la estantería donde se exponen, observar
el título, el género…
Cuando un libro llama
nuestra atención puede parecer al observador que el lector se queda absorto,
casi ido mirando detenidamente los títulos, concentrado en leer la
contraportada ensimismado en la lectura de la misma que nos habla de la
historia que cuenta, breves retazos quizás del autor…
Una vez que cogemos el
libro, que pensamos si adquirirlo o no, ya no interviene el factor precio, pese
a que ser lector resulta caro para el bolsillo, pero no dudamos en su compra
mientras nuestra mente ya viaja al interior de sus páginas y te deleitas en
imaginar los gratos momentos que su lectura te va a proponer…
Cuando el libro es ya
nuestra posesión, pasa a formar parte de nuestra vida, de nuestra casa colocado
en su estante y nos acompaña íntimamente durante el tiempo que dura su lectura.
Luego puede pasar a nuestra biblioteca particular donde no es un mero adorno
decorativo, es un amigo al que volvemos de vez en cuando y del que recordamos
pasajes enteros y que en las noches de invierno te acompaña desde su puesto estático
con otros libros, otras historias. Sientes un placer especial cuando
recomiendas su lectura o lo prestas sabiendo el peligro que existe en esa
costumbre tan hispana de no devolver los libros prestados, pero no importa,
saber que vuela como un pájaro en otra mente lectora te mitiga el dolor de su
pérdida porque siempre puedes adquirir otro ejemplar. Cierto es que muchas
veces, pierdes la amistad y el libro y te imaginas cuál será su singladura: un
puesto en otro estante, tal vez de forro de un mueble que cojea o simplemente
olvidado en algún rincón mientras sus páginas se vuelven amarillentas y
terminar quizás en un contenedor como vulgar basura…
Por fortuna a veces el
libro te es devuelto y sientes el reconfortante sentimiento de recuperar una
historia que dudabas volver a recuperar para tu biblioteca aunque ya no te fíes
de tu amistad para prestarle libros dada su tardanza en devolverlo.
Pero, sin querer casi, se
establece un vínculo entre el lector y el autor. Terminar su lectura y que te
haya atrapado la obra hace que indagues en la biografía y la bibliografía de
quien te ha hecho volar la imaginación con sus letras, con su historia
convertida en lomo con tapas que ya forma parte de tu bagaje intelectual y casi
me atrevería a decir que personal… Íntima en suma.
Nos convertimos así en
devotos de un autor, adquirir sus libros se convierte en un acto de fe por
cuanto olvidamos detalles como el precio o la historia, simplemente buscamos su
obra casi compulsivamente, subliminal sin dudar de su adquisición porque
queremos leer más de su pluma. A veces, nos desencanta alguno de sus libros o
descubrimos que la frescura de sus primeras obras nos defrauda ya que sigue
escribiendo lo mismo porque se ha vuelto mercantilista y ya no le preocupan sus
lectores sino sus beneficios y es la editorial quien dicta lo que tiene que
escribir…
Algunas veces, el autor
vuelve a su magia inicial como un canto del cisne de quien vendió su alma y
antes de morir quiere rencontrarse consigo mismo como escritor y con sus fieles
lectores…
Muchas veces conocemos la
imagen pública del autor en entrevistas, programas de televisión y no nos gusta
su personaje pero se lo perdonamos porque sigue fiel a su estilo y a su
narrativa, olvidamos la persona y nos quedamos con el escritor. Y así, sin
darnos cuenta, pasan los años, la vida, y forma parte el libro de nosotros
mismos. Es la magia de un libro que comienza cuando paseamos entre estanterías
buscando una historia para leer y fijamos nuestra mirada en ese título que
llama nuestra atención…
En el acto de esta tarde se
presenta la obra de Caridad Santamarta.
Caridad es escritora,
cumple todos los requisitos: ha publicado y tiene lectores. Detenerse a
considerar si adquirir uno de sus libros, reúne todos los ingredientes citados
anteriormente. Pero a diferencia de otros autores de renombre, Caridad
Santamarta nunca decepciona. En estos tiempos en que nombres de relumbrón bien
publicitados con el apoyo de grandes editoriales que sólo esconden copias de
estilos que se venden como propios, de historias artificiosas cargadas de datos
históricos o vueltas de tuerca que engordan las páginas hasta alcanzar tamaños
descomunales pero que te dejan un vacío ante lo intrascendente de las historias,
de mercadotecnia pura y dura para sacar los cuartos, de convertir los libros en
productos de consumo idolatrando a sus autores, surgen sin llamar la atención
autores como Caridad.
Sus libros hablan de la
vida, sin más. Tampoco hace falta porque su lectura nos envuelve en la historia
que cuenta y sus personajes, las palabras que surgen de sus bocas son la voz de
la gente corriente, esa gente que guarda y se lleva a la tumba grandes
historias que nunca serán recordadas…
Caridad escribe desde la
sencillez de las personas honestas, desde el pedestal que te da el paso de las
cosas corrientes y nada superfluas, de la lucha por tratar de ser feliz en un
mundo depredador que no siente misericordia. No son historias tristes alargadas
hasta límites de culebrón literario. Vemos como discurren sus vidas con penas y
alegrías, llega a emocionarnos ver como los personajes logran que nos
identifiquemos con sus vivencias. Un lenguaje y estilo casi cinematográfico por
cuanto en breves pinceladas Caridad consigue describir los personajes, su
contexto y lugar logrando que nuestra mente visualice lo que leemos.
Literatura honesta en suma
y alejada de los grandes circuitos de distribución pero que logra que el boca a
boca sea más efectivo que cualquier campaña de publicidad, esa magia que nos
hace recomendar su lectura a las amistades y que hace que sus libros ocupen un
lugar en nuestra biblioteca.
Hoy comprobareis al
escucharla que cuando hablo de su honestidad como escritora, trasciende el
ámbito creativo para ser honestidad como persona, como amiga ya que sin
quererlo sentimos que alguien que escribe de la forma en que Caridad lo hace
despierta nuestra empatía y conocerla sólo engrandece su obra.
Caridad Santamarta nunca
decepciona en cada nuevo libro. No sólo en narrativa, su poemario destila
sentimientos que hacen recomendable asomarse a sus versos para captar la poesía
de sus novelas. Una vez que te asomas a su universo, deseas seguir leyendo,
deseas que publique de nuevo para volver al remanso de su lectura.
Y es que Caridad Santamarta
antes de ser escritora, un personaje que podría presumir de obra demandada y
creerse y crecerse en su soberbia, como otros autores que a todos nos vienen a
la memoria, es persona, mujer, madre y esposa.
Es por ello que recomiendo
que le concedáis el beneficio de la duda y el beneplácito de su lectura. Para
quienes somos ya sus devotos lectores, cada nuevo libro de Caridad es una
fiesta, un orgullo ser partícipes activos de su éxito, humilde, sincero y
honesto, lejos de fastos consumistas y con ese aire bohemio que da la intimidad
de conocer a sus personajes y a la persona, amén de escritora, que les da vida
con la magia de su pluma.
Posiblemente, cuando muchos
de nosotros ya no estemos en este valle de lágrimas, nuevas generaciones de
lectores se asomen al universo literario de Caridad Santamarta porque sus
personajes ya son inmortales, en estantes de bibliotecas particulares y
públicas esperando nuevos ojos que se asomen a personajes que perduran y
perdurarán en la memoria de quienes se asomen a su lectura.
Y todo ello es posible y no
me canso de remarcarlo, gracias a una persona honesta que escribe con
honestidad mostrando las aristas y las virtudes de estar vivo: sueños,
tristezas, lucha, alegrías… Todas esas cosas que forman parte de la vida, de
nuestras vidas y que cuando son engarzadas por Caridad pierden todo aspecto de
penumbra para ser cuando no reconfortantes sí dignas de ser sentidas, de ser
leídas.
No dejéis pasar la
oportunidad de asomaros a su universo literario porque lejos de sentiros
defraudaros, sentiréis que tiene mucho aún por contarnos y compartir.
Porque cuando un escritor
merece la pena, y Caridad lo es, nunca nos defrauda y sí nos reconforta
sentirnos partícipes de su obra…
Y si dudáis de lo que digo,
sólo tenéis que leer uno de sus libros, no dejéis pasar la oportunidad de
conocerla en persona y veréis que cuando hay que elogiar a alguien que de
verdad se merece el elogio, sobran adjetivos y pasa a formar parte de nuestra
vida, de nuestra biblioteca porque sus libros logran la magia de la lectura y
todo ello sin vender su alma de escritora y su honestidad como persona.
Reseñar que Caridad no sólo es todo lo descrito anteriormente sino que además
es una locutora de radio que podéis escuchar en: http://www.radiomairenadelaljarafe.es/
También os dejo la dirección de su
blog donde podréis seguir su actualidad como escritora:
Terminar enviándole un fuerte abrazo
y felicitar a la organización de la presentación. Esperamos con ansia su
siguiente libro que, y en exclusiva para The Adversiter Chronicle podría ser un
nuevo poemario…
Gracias Caridad por permitirnos
asomarnos a un trocito de tu universo creativo, eres un lujo y un honor para
The Adversiter Chronicle.
The Adversiter
Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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