Con la
colaboración del profesor T. A. Rambaina
en exclusiva para
The Adversiter Chronicle
Manual del Buen Comer:
Callos de lata
Hoy
en MBC tratamos de un alimento que despierta odios o pasiones, que
donde se consume al natural se reniega de la lata y donde se consume
en lata cogen asco a los naturales...
¿Cuestión
de gustos o leyenda urbana, cárnica en este caso, ein?
-Una
vez más estamos ante un refalfie más de consumidores mal
acostumbrados. Los callos en lata son un alimento completo que
satisface tanto al obrero como al chupatintas, ha saciado apetitos de
universitarios a dos velas y bien elegidos y debidamente preparados
son un manjar al alcance de casi todos los bolsillos, combinados con
una legumbre forma un cocido y alegrándolos con guindilla regado de
un tintorro o sidra puede el parado, empresario, obrero y estudiante
cubrir sus necesidades alimenticias por no hablar de las
nutricionales. Los ascos previos además de leyenda negra sólo es
refalfie, Skizo´s... ¡Refalfies de consumidor mal acostumbrado,
refalfies!
-Esto
es como todo, si hacemos ascos previos tenemos indigestos ascos.
Piense que pensar en comerse con patatas fritas el estómago de un
vacuno produce arcadas al más pintado. Pero es como las cocinas de
los establecimientos de fritangas que si ves el interior de la cocina
vomitas, el callo le pasa lo mismo, lo mismíto. Pero esto se
soluciona aprovechando unas vacaciones en regiones de matanza o en
establecimientos donde los elaboran caseramente para perder esos
remilgos culinarios que no sólo ocurre en los callos, Skizo´s, no
sólo en los callos sino en otro tipo de laterío como las albóndigas
en lata a las que dedicaré un artículo aparte.
-Pues
vayamos a la mandanga que es ir a la manduca... ¿Producto
seleccionado?
-Hay
que aclarar que hay una modalidad de formato en algunos
establecimientos que consiste en callos envasados al vacío en
recipiente plástico y con los callos a la vista. Lo resalto porque
es un ejemplo de lo dicho anteriormente, son apetitosos a la vista e
incluso llama la atención gustativa, en la lata se hace necesario
truco psicológico... Pero el producto seleccionado atendiendo a los
tres factores básicos de selección que son calidad comparativa,
economía en su adquisición y gusto al paladar ha sido `La
Noreñense´ cuyo nombre ya nos evoca las tierras del Principado y
una localidad capital del producto cárnico en Europa como es Noreña.
380G de ración declarada en el envase que nos da para una sentada si
se es pudiente y tragaldabas o para dos y hasta tres raciones
racionadas combinado con patatas fritas o bien con garbanzos de bote,
aclarando que los añadidos combinatorios encarecen el costo del menú
por supuesto.
-Pues
abrimos la latita y... ¡Redios! ¡Acabo de recibir una bofetada
olfativa, profesor, huele que da vómito...! ¡Por favor!
-¡Jajajajajajaja!
¡Es usted un cachondo, Skizo´s, un cachondo! Mire, es lo que
hablaba antes del truquito psicológico, hay varias opciones: se
puede mirar para otro lado pero puede rebanarse las manos con el
corte de la tapa a medida que se abre, una pinza en la nariz o bien
cantar una canción mientras se realiza la apertura del recipiente.
El pegote anaranjado de dudosa comestibilidad en un primer vistazo es
cuestión de rápidamente dar la vuelta al recipiente para
depositarlo en el puchero. ¡No hay que quedarse mirando el puchero
fijamente porque provoca vómito, lo aviso, lo aviso!
-¡Por
los clavos de Cristo que es increíble que algo tan simple como abrir
una lata y verter su contenido se convierta en un simulacro de guerra
química en la Academia Siria de Destrucción Masiva con
asesoramiento ruso, profesor! ¡Increíble!
-¡Refalfies!
¡Refalfies de consumidor mal acostumbrado, Skizo´s! Bien, yo
recomiendo coger las tijeras y trocear los callos según están en la
lata antes de verterlos. Cuanto más pequeño sea el callo más
placer obtendremos como consumidores. No se notan en el paladar las
rugosidades estomacales del vacuno, las patas de cerdo con uñeros o
el chorizo. Afortunadamente la producción industrial de callos en la
UE logra una amalgama digerible sin ser indigesta y que nos permite
paladear el placer de comer unos buenos callos...
-¡Ya
he dicho muchas veces ante sus refalfies de consumidor mal
acostumbrado que si se compra algo como callos en lata, se pagan como
callos y saben a callos, estamos comiendo callos! Para calentarlos
fuego lento y añadir una guindilla al menos, revolver de vez en
cuando hasta que la cosa anaranjada se haya disuelto formando un
apetitoso, espeso y contundente caldo y servir, arte éste que
consiste en verter los callos encima del complemento ya sea patatas o
garbanzos. Por último comer calientes porque según enfría, sin
llegar a chuchurrirse como otros productos al enfriar, su textura se
vuelve gelatinosa, la salsa un grumo y el vómito puede ser
inevitable, pero por lo demás están sencillamente cojonudos
Skizo´s, cojonudos.
-¡Echo
esch chierto porque chalientches eschán que che chagas pecho al
enfchriar se quedcha cholificado enytchre los dienchtes, proefchor,
se pegchan...! ¡Percho che pecghan de chojchonesch!
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
theadversiterchronicle@hotmail.es
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