Con la
colaboración del profesor T. A. Rambaina
en exclusiva para The Adversiter Chronicle
en exclusiva para The Adversiter Chronicle
Manual del Buen Comer:
Fabada de lata
Traemos hoy a MBC otro básico del laterío, tanto en época de crisis económica como de bonanza, que siempre probamos una vez en la vida, nada menos que la fabada asturiana de lata donde la oferta es variada e inevitablemente cualquier ciudadano o ciudadana de Asturias nos dirá que eso es cualquier cosa menos fabada asturiana...
-Es
que la fabada en lata junto con la lata de bonito, o atún al que
dedicaré un capítulo aparte, es un básico de la gastronomía;
universitarios en comuna, soldadesca de reemplazo, jovenzuelos fuera
del hogar, jubilados y pensionistas en general, amas de casa y
consumidores venidos a menos aparentando ser más socialmente, todos
y todas consumimos alguna vez al año una fabada de lata. Precios hay
tantos como ofertas pero nos hemos decantado por el producto Campanal
y su gama de `Fabada Asturiana Especial con fabes seleccionadas¨ por
su relación sabor-satisfacción que, lógicamente, la hace más cara
que sus competidoras. Pero por módicos precios se puede degustar una
fabada de lata, tanto de marcas comerciales como marcas blancas que
en realidad son las mismas que las primeras sólo que con el nombre
de la superficie comercial.
-Las
latas entran por todos los sentidos siendo el de la vista el primero.
Las fotos, alardes de manual de publicidad llevadas a la práctica,
siempre son atractivas y predisponen a la ingesta amén de atrapar al
consumidor. Si nos fiamos por las fotos de los embalajes, Skizo´s,
todas son apetitosas. En este caso se ve una buena iluminación que
resalta el calibre de la faba u alubia con apetitosos trozos cárnicos
como el tocino, jamón y una morcilla al fondo. Además es un
embalaje con cantidad de información que nos puede servir de alegre
preludio lector a su ingesta y con cocinero recomendando el plato, lo
cual supuestamente, y no hay motivos para dudar de ello, hace que el
producto haya sido supervisado y tenga unos mínimos de calidad en
los ingredientes. Comida, lectura y magisterio de un profesional, es
un producto completo que supera con creces la satisfacción potencial
al consumidor.
-La
verdad es que por poco más de tres euros conocemos a un cocinero de
postín, al menos su foto, comemos y luego podemos evacuar leyendo el
embalaje... ¡Sólo faltaría una gaita y un tambor para dar
ambientillo!
-¡Jajajajajaja! ¡Es usted un cachondo, Skizo´s, un
cachondo! Mire, las latas deben cumplir un requisito como es que no
den asco que nos impidan repetir en otra ocasión. La fabada en lata
es un recurso muy manido y casi básico como dije anteriormente.
Cualquier lata de las comparadas resiste una segunda o sucesivas
ingestas, pero la lata de fabada requiere que además sea algo
especial y la base de ello es el acompañamiento cárnico y es ahí
donde fallan muchas de las ofertas en el mercado: que la abrimos y
vemos restos de algo orgánico que encima cuando se van a comer da la
impresión de que somos carroñeros de sepultura. La elegida contiene
elementos cárnicos no muy desagradables a la vista, inocuos al
olfato y una vez calentado tienen el mínimo exigible para no ir
corriendo a vomitar o tener una digestión a base de subidas de ácido
gástrico hasta el paladar. Lo demás son prejuicios, zarandajas de
consumidor mal acostumbrado y refalfies... ¡Muchos refalfies!
-Lo ideal es abrir la lata entre veinte o treinta
minutos previos a su cocción, ésta ha de realizarse a fuego mínimo
durante el tiempo que los pegotes de grasa semi solidificados se
disuelven, vigilar a sí mismo los ingredientes cárnicos porque
aunque la alubia esté caliente si el llamado compango está frío,
es decir que los trozos cárnicos no estén calientes, será
inevitable sentir náuseas a la ingesta. El caldo debe hervir, se
apaga el fuego y se deja reposar cinco minutos o menos con la olla
tapada.
-Desde luego al cocer huele a fabada y a la vista
calentita parece fabada, pero ese pegote blanquecino que se supone
tocino, parece grasa de camello tunecino, profesor...
-¡Refalfies! ¡Refalfies de consumidor mal
acostumbrado, refalfies! ¡El chorizo puede meterse en pan y tenemos
bocado de segundo plato, la morcilla es completamente comestible y
sólo el tocino defrauda respecto a la foto! ¡Si lo pagamos por
fabada, huele a fabada y se come como fabada, es que es fabada! Eso
sí, hay que comer nada más servir ya que si enfría gana en acidez
y la grasa poco apetitosa. Es un alimento básico en estos tiempos y
es recomendada por miembros de las FFAA de otros países y comer
rancho de vez en cuando es no sólo sano sino nutritivo.
-Y el calibre de las fabes es grande, aunque para
leer en el váter el embalaje se precisen gafas y estabilidad de
inodoro, que pena que no traiga una tipa en bikini o así, de forma
que de paso se alivia uno, profesor...
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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