The Adversiter Chronicle

lunes, 13 de marzo de 2017

"Manual del Buen Comer", por el profesor T. A. Rambaina


Con la colaboración del profesor T. A. Rambaina
en exclusiva para The Adversiter Chronicle

Manual del Buen Comer: Fabada de lata

Traemos hoy a MBC otro básico del laterío, tanto en época de crisis económica como de bonanza, que siempre probamos una vez en la vida, nada menos que la fabada asturiana de lata donde la oferta es variada e inevitablemente cualquier ciudadano o ciudadana de Asturias nos dirá que eso es cualquier cosa menos fabada asturiana...

-Hay multitud de ofertas de fabada en lata profesor...

-Es que la fabada en lata junto con la lata de bonito, o atún al que dedicaré un capítulo aparte, es un básico de la gastronomía; universitarios en comuna, soldadesca de reemplazo, jovenzuelos fuera del hogar, jubilados y pensionistas en general, amas de casa y consumidores venidos a menos aparentando ser más socialmente, todos y todas consumimos alguna vez al año una fabada de lata. Precios hay tantos como ofertas pero nos hemos decantado por el producto Campanal y su gama de `Fabada Asturiana Especial con fabes seleccionadas¨ por su relación sabor-satisfacción que, lógicamente, la hace más cara que sus competidoras. Pero por módicos precios se puede degustar una fabada de lata, tanto de marcas comerciales como marcas blancas que en realidad son las mismas que las primeras sólo que con el nombre de la superficie comercial.

-Lo cierto profesor es que la foto del embalaje es sugestiva y apetitosa...

-Las latas entran por todos los sentidos siendo el de la vista el primero. Las fotos, alardes de manual de publicidad llevadas a la práctica, siempre son atractivas y predisponen a la ingesta amén de atrapar al consumidor. Si nos fiamos por las fotos de los embalajes, Skizo´s, todas son apetitosas. En este caso se ve una buena iluminación que resalta el calibre de la faba u alubia con apetitosos trozos cárnicos como el tocino, jamón y una morcilla al fondo. Además es un embalaje con cantidad de información que nos puede servir de alegre preludio lector a su ingesta y con cocinero recomendando el plato, lo cual supuestamente, y no hay motivos para dudar de ello, hace que el producto haya sido supervisado y tenga unos mínimos de calidad en los ingredientes. Comida, lectura y magisterio de un profesional, es un producto completo que supera con creces la satisfacción potencial al consumidor.

-La verdad es que por poco más de tres euros conocemos a un cocinero de postín, al menos su foto, comemos y luego podemos evacuar leyendo el embalaje... ¡Sólo faltaría una gaita y un tambor para dar ambientillo!

-¡Jajajajajaja! ¡Es usted un cachondo, Skizo´s, un cachondo! Mire, las latas deben cumplir un requisito como es que no den asco que nos impidan repetir en otra ocasión. La fabada en lata es un recurso muy manido y casi básico como dije anteriormente. Cualquier lata de las comparadas resiste una segunda o sucesivas ingestas, pero la lata de fabada requiere que además sea algo especial y la base de ello es el acompañamiento cárnico y es ahí donde fallan muchas de las ofertas en el mercado: que la abrimos y vemos restos de algo orgánico que encima cuando se van a comer da la impresión de que somos carroñeros de sepultura. La elegida contiene elementos cárnicos no muy desagradables a la vista, inocuos al olfato y una vez calentado tienen el mínimo exigible para no ir corriendo a vomitar o tener una digestión a base de subidas de ácido gástrico hasta el paladar. Lo demás son prejuicios, zarandajas de consumidor mal acostumbrado y refalfies... ¡Muchos refalfies!

-Pasemos pues a su preparación, profesor, bite.

-Lo ideal es abrir la lata entre veinte o treinta minutos previos a su cocción, ésta ha de realizarse a fuego mínimo durante el tiempo que los pegotes de grasa semi solidificados se disuelven, vigilar a sí mismo los ingredientes cárnicos porque aunque la alubia esté caliente si el llamado compango está frío, es decir que los trozos cárnicos no estén calientes, será inevitable sentir náuseas a la ingesta. El caldo debe hervir, se apaga el fuego y se deja reposar cinco minutos o menos con la olla tapada.

-Desde luego al cocer huele a fabada y a la vista calentita parece fabada, pero ese pegote blanquecino que se supone tocino, parece grasa de camello tunecino, profesor...

-¡Refalfies! ¡Refalfies de consumidor mal acostumbrado, refalfies! ¡El chorizo puede meterse en pan y tenemos bocado de segundo plato, la morcilla es completamente comestible y sólo el tocino defrauda respecto a la foto! ¡Si lo pagamos por fabada, huele a fabada y se come como fabada, es que es fabada! Eso sí, hay que comer nada más servir ya que si enfría gana en acidez y la grasa poco apetitosa. Es un alimento básico en estos tiempos y es recomendada por miembros de las FFAA de otros países y comer rancho de vez en cuando es no sólo sano sino nutritivo.

-Y el calibre de las fabes es grande, aunque para leer en el váter el embalaje se precisen gafas y estabilidad de inodoro, que pena que no traiga una tipa en bikini o así, de forma que de paso se alivia uno, profesor...
 

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

http://theadversiterchronicle.org/


 
 


 
                                                                
                                                                

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Powered By Blogger