Una sección de Palomino Gargajo Bilioso en exclusiva para The
Adversiter Chronicle
El retrato de Cascos
Ríos de tinta estos últimos días en
la prensa regional y nacional acerca del costo del cuadro que el pintor Antonio
López hace del híper político, lo digo porque el artista es icono del híper
realismo y recomiendo ver su obra La Gran
Vía para entender el término.
Dejando de un lado el corte
personalista y de culto al líder en que ha derivado FAC, el partido, hacia FAC,
el tipo, no hay motivo para tal polémica.
Basta que algún afiliado o no que sea
profesional de la medicina psiquiátrica y de la psicología mire la trayectoria
de FAC, el partido, para que se vea una proyección de la psique del
protagonista del cuadro en el encargo.
Es sabida su devoción por la figura
de Jovellanos, que no dejaba de ser un privilegiado ilustrado que se redimió
luchando contra la invasión francesa. Como posiblemente ya sabe el bueno de
FAC, el tipo, su organización ha entrado
en el declive, antesala de la decadencia de todo régimen de culto al líder,
extraña ver a tipos que pregonaban democracia interna en el PP y ahora tienen
puestín en FAC, el partido y algunos hasta el tipo, ya no son heraldos de hacer
congresos locales de FAC, el partido, y sueltan cortinas de humo para esquivar
el tema pero que conste que me refiero a tipos, en masculino macho alfa…
Cascos por alguna psiquiátrica razón,
decidió que el maestro de retratar la realidad le debía hacer el cuadro, pero
porque a Jovellanos le retrató Goya, cuadro de adoración casi mesiánica en
Gijón, y supongo que alberga la esperanza de que dentro de cien años ambos
retratos compartan exposición…
Dejando aparte la obscenidad del
precio en estos tiempos de 2ª fase de ciclo de crisis económica a ritmo de
recesión crítica o crítica recesión, que por otra parte es responsabilidad del
ministro de turno que lo autoriza, está claro que estamos ante una de esas
chuminadas de la que tanto gusta nuestra clase política cada cierto tiempo.
No hay nada de ofensivo en que un ex
ministro sea retratado. Si no hay mecanismos para regular tal tarea y que no
sea onerosa al erario público es el momento de determinar cuánto ha de gastarse
en algo que forma parte de la liturgia de los ministerios cuando entra nuevo
mandamás.
Y aunque ahora se levante polvareda,
seguro que en épocas de vacas gordas nadie diría nada. El pecado de la
actuación de Cascos en este tema, es que la cretinitud se propaga y fijo que
algún sucesor en el ministerio pedirá un retrato más caro y de más prestigio
del autor.
Menos mal que Picasso ya no está…
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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